15.2.09

benny



en aquel antro de joe muchos enjugaban sus penas en vasos de whisky o tequila. el póker apenas dejaba unos centavos en los bolsillos de los apostantes y la bolsa empezaba a recuperarse de su caída en picado a finales de la década anterior. corría 1933 y las flappers ya no correteaban por entre las mesas fumando aquellos cigarrillos tan largos que las hacía tan hermosas. el bar de joe había perdido clientela... para qué engañarnos. "ya pasará", se decía.

y es que allí ya no cantaban las mejores muchachas. ya no tocaban las mejores bandas. todo se estaba yendo al garete. y todo iba tan rápido... aquella década había arrasado con todo, todo estaba rodando por el suelo y las fiestas de antaño se habían convertido en penurias y tristezas. nada de cócteles, nada de humor... pocas mujeres... ninguna alegría. los recuerdos de años anteriores, los felices 20 los habían llamado, habían hecho más dura la caída. 

joe secaba los vasos y alguien a su lado hablaba. él hacía sus cábalas para acabar el mes en números positivos. y mientras aquel tipo no dejaba de calentarle el oído con no sé qué historia muy rentable y demasiado ridícula para ser verdad. "ólvidame, tío, ¿no ves que eso ahora ya no cuela?", "que sí, que sí, que te lo digo yo. que este tipo nos sacará a todos de este boquete. dale una oportunidad. ya ha tocado en algunos lugares y dicen que es bueno. yo he venido aquí porque eres mi amigo y porque quiero que vuelvas a hacer de este sitio el que era antes. qué me dices."

y en fin, tanto fue aquel tipo al bar de joe, todas las noches la misma cantinela, todas las noches las mismas caras tristes, lánguidas, descoloridas... joe no podía ver a sus parroquianos así. "¿cómo dices que se llama ese muchacho?", "benny, se llama benny", "pues traelo mañana, quizá sea hora de oír lo que es capaz de hacer".

aquel pequeño benny al final resultó ser la estrella de todo el harlem. nueva york era alumbrada cada noche con su música y también con la de otro tipo, algo más mayor, un tal duke ellington... el mundo era un poco más cálido después de cada actuación. los dolores de cabeza estaban desapareciendo al ritmo de jazz, las ideas empezaban a fraguarse en las mentes de la gente de a pie y el primero en alegrarse de ello fue el viejo joe. ¿que por qué? pues porque después de aquello él también empezó a hacerse rico...

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bien!Me alegro por Joe.
Ojalá alguien tenga otra idea estupenda para terminar con esta crisis tan rapidamente como Benny terminó con la del bar de Joe.

Un beso para los dos.

Eclipse dijo...

si, hurra joe!!
me encanta ver la evolución de tus personajes!!

Anónimo dijo...

Vuelvo a ser mismamente yo y vuelvo a hechizarme con tu manera de hacer bailar las palabras... Haces vida al escribir...
Un beso enorme desde el otro lado del charco

Lucina dijo...

Buena historia nos regalas,
de bares, me encantan.
Un beso

Castigadora dijo...

La historia está genial, pero no puede oir la música! Lo cierto es que me fascina el contexto en que desarrollaste la historia. Siempre me siento como en casa, en atmósferas deprimentes, añoranzas,...

Besos

Monica Binsou dijo...

Pasaba a saludarte y agradecer tu visita...nos estamos leyendo,un abrazo!!

 
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