10.5.10

tarde

tarde... siempre tarde. tarde como aquella vez que no llegó al tren. como el miércoles que perdió un avión. como aquel verano que no pudo volver porque ni siquiera compró el billete. tarde. tan tarde que ella ni siquiera lo esperaba. hacía tanto que se había olvidado de sus cabellos rizados y de su piel sonrojada por sus recurrentes calenturas. no había otra forma de verlo. era tarde. demasiado tarde. tan tarde como las tres de la madrugada de un largo día de verano.

entonces sonó el teléfono. y ella tuvo miedo a cogerlo. no quería malas noticias. tampoco buenas. no quería hablar con nadie. era tarde. tarde para quedarse dormida y para escuchar cualquier voz a través del hilo telefónico. miró de reojo el libro que tenía encima de la mesilla y le recordó aquellos iris verdes en los que ya nunca pensaba. caminó hacia atrás por la vereda que trazó su memoria y redescubrió lugares perdidos, historias que tan lejanas, no parecían suyas. el teléfono dejó de sonar y nadie acudió a descolgarlo.

respiró tranquila. y pensó que mejor sería intentar soñar con algo agradable. así que se fue a su cama enorme y vacía y cerró los ojos. y entonces, en ese justo momento... despertó. habían pasado un par de horas. había soñado con raras imágenes de bares conocidos y gente poco decente. pero había despertado por algo. había oído un ruido. un toc-toc en la puerta. un sálvame de este mar de dudas. un grito que se ahogaba en medio de todo aquel ruido nocturno e invisible. una historia inacabada.

descalza, en ropa interior, con el pelo alborotado y los párpados hinchados fue a abrir la puerta. y lo vio. con su vieja maleta de ante. con aquella expresión que -acababa de darse cuenta- tanto echaba de menos. y empezó a temblar. y no pudo evitar que sus manos acariciaran sus mejillas calientes. y que sus labios rozaran los de él. igual que no pudo evitar acompañarlo debajo de las sábanas. ni dejarse sorprender con un desayuno de los de antes a la mañana siguiente.

7 comentarios:

Georgia SinClaire dijo...

ains

(a la mitad del texto lograste entristezerme!)

menos mal que terminó en desayuno compartido esto. jaja

saludos

Belén dijo...

Bueno, al menos él no vino tarde...

Besicos

Luis Cano Ruiz dijo...

Quizá siempre pensó que era tarde, y en realidad no estyaba preparada para decidirlo ella.

Muchas veces, las oportunidades nos llegan cuando creemos que no las necesitamos.

Cuídate. Me alegro volver a leerte.

Eclipse dijo...

a veces los trenes se pasan... al menos esta vez decidió bajar en la estación correcta... y a tiempo.

abrazos!

Alicia dijo...

Yo voy al del día 15 y el del 16... pena que no vaya el 22, así podríamos habernos tomado unas cañitas. Otra vez será!!!
UN abrazo

maria jose dijo...

Bueno,menos mal que no pensó que era tarde pra abrir la puerta...

Ya saber lo que me gustan los finales felices sobre todo si son compartidos.

Un beso para los dos.

P.D:¡Por fin hice mis deberes y me puse al día con todas las entradas que tenía atrasadas!
He pasado un rato muy agradable.Siempre me dejas esta sensación de calidez...También me parece que estamos más cerca.

Castigadora dijo...

A veces tarde no significa más que una manera más de contar el tiempo que estamos esperando!

Un saludo

 
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