31.12.07

au revoir

31 de diciembre, último día del año, esperado por muchos tras tanto tiempo de calles adornadas. el último estirón antes de la llegada de los reyes magos, el momento más mágico para mí cuando era pequeño. hoy se cierra el ciclo y otros 365 días se nos han escapado. espero que los hayas aprovechado, porque no van a volver.

sin embargo aún nos quedan muchos días por delante (alguno más si el año es bisiesto, como este que empezamos) para hacer todo aquello que nos propongamos. o quién sabe, quizá sean cosas que nunca habríamos creído que podríamos hacer.

yo no he pedido demasiados deseos este año y no sé si decirlos, porque luego a lo mejor no se cumplen. no, mejor no. lo que si tienes que saber es que quiero que todos los tuyos se cumplan y que el último día de 2008 vengas a verme y me digas: ¿sabes qué? todo se ha hecho realidad. entonces seré tan feliz como tú.

sólo espero que tengas suerte en este año chino de la rata, que dicen que trae abundancia. sólo espero que cada vez que te mire tengas una dulce sonrisa dibujada en tus labios, porque así sabré que te gustan mis historias, que vienes a leerlas porque crees que aún hay esperanza, que no todo tiene que ser siempre gris, que la vida es otra cosa, de otro color. no cambies nunca, amigo lector.

te espero el año que viene. diviértete y sé feliz. un abrazo.

30.12.07

tú y yo

qué decir de un año como éste. la historia se repite y volvemos a hacer balance.

el cambio climático, las guerras, ¿por qué no te callas?, la pobreza extrema, la intransigencia, los fanatismos, las muertes, el fuego, los desaparecidos, el miedo, la sangre, la injusticia, la pena, una lágrima, la no lluvia, un muro, los huracanes, gente que pierde a gente, bombas, minas, asco... silencio.

la vida, el sol, los niños que nacen, las letras, los pensamientos, verde, azul, las canciones, un escalofrío, la juventud, tus sonrisas, guiños de ojos, futuro, pasado y presente, un perfume, el amor, la amistad, el cielo, la tierra, mis sueños, los tuyos, alegría, cualquier bar, el movimiento, la cuna en la que te mezo, los olores, el paisaje, mi mundo, nuestro mundo, tu conciencia, el corazón, tú, yo... siempre.

hoy quiero hablarte de 2007. el año que nos conocimos, el año que viniste a verme por primera vez, que quizá yo fui a verte, que oí lo que me decías al oído, que pensé que valía la pena seguir con esto. el año que tú y yo nos hicimos amigos porque me enseñaste a mirar el mundo de otra manera. hoy quiero darte las gracias por estar, por haber andado conmigo parte del camino hacia oz. aún busco a ese monstruo verde que haga mis deseos realidad. sin embargo, se me hace más corto si te quedas, si sigues a mi lado.

2008 se ilumina, ya está cerca. gracias por leer y también por escribir. gracias a todos.

29.12.07

brisas marinas

las brisas marinas traen sonidos de otros lugares y otros tiempos a esta playa. la playa de la esperanza, de saber que algún día vendrás a encontrarme de nuevo, que pronto estaremos a salvo. ojalá estos vientos lleven mi susurro a tu oído. ojalá la vida te trajera y bebiéramos de ella hasta hartarnos. tú y yo, a solas, en esta playa desierta.

las brisas marinas traen olor a sal, el olor de la llegada (de la partida, quizá).

hoy sólo quiero oler, escuchar, sentir... mirar, pensar, sin decir nada. sólo ven pronto, lo demás... qué más da.

28.12.07

fiestas

eran las fiestas del pueblo, si es que aquello podía llamarse pueblo. 24 casas y 145 habitantes, eso es lo que había contado en todo el verano. las noches llegaban antes y unas corrientes de aire frío llamaban al otoño. todo estaba terminando, al paso de unos días volveríamos a casa lejos de aquel lugar perdido del mundo y que, sin embargo, durante unos meses había sido el centro, al menos para mí.

la gente había sacado las sillas a la plaza y había encendido una hoguera. alrededor de ella los jóvenes en edad de merecer bailaban una música muy extraña que los mayores no entendían y que salía de un tocadiscos que nadie sabia quién había traído. tampoco sabían pronunciar el nombre de aquel muchacho que cantaba. ¿quién era ese elvis? yo tampoco no lo sabía aún, era muy pequeño... aunque bueno, quizá no tanto, porque ya había tenido tiempo de enamorarme de la niña más guapa que había visto en toda mi vida.

- siguéme -me dijo.

y salió corriendo camino del bosque de encinas y almendros que había un poco más allá de la plaza. las estrellas iluminaban el cielo con mucha más fuerza de lo habitual y la luna, llena, desprendía una luz que nos dejaba entrever bajo aquellos árboles. yo corría tras ella, oía su respiración entrecortada, oía sus pasos, olía su perfume y pensaba que no podía estar en ningún sitio mejor que aquel. paró cerca del río, en una gran piedra. se sentó y esperó a que yo hiciera lo mismo justo delante de ella.

- ¿qué quieres? -le dije, ingenuo.
- esto.

y me besó. el momento más feliz de toda mi vida, duró un instante, apenas lo había notado y se separó de mí. le daba vergüenza, qué inocentes éramos. como hoy. el día de los inocentes.

27.12.07

de camino



viajábamos por la autopista camino hacia ninguna parte en una huida sin freno. mi viejo descapotable, ese que arreglé en el garaje con un par de botes de pintura y un amigo manitas, corría atravesando el viento que lanzaba sus cabellos en la dirección contraria. yo era uno de esos chicos malos con chupa de cuero y tupé, un james dean sin estrella, pitillo en la boca, vaqueros desgastados y botas de las del medio oeste. ella una de esas rubias neumáticas que los tipos como yo conocían en cualquier bar de carretera y las convencían para que se largaran con ellos. camisa de cuadros y vaqueros estrechos, me gustaba aquella moda... quizá por eso la rapté.

- ¿dónde me llevas?
- donde las bujías de este trasto nos deje.
- ¿te costó mucho?
- un par de veranos trabajando y alguna que otra noche en vela.
- ¿por qué me has sacado de allí?
- porque me gustas.
- seguro que me dejarás en la próxima ciudad, allí te encontrarás a otra como yo.
- quizá lo haga.
- da igual, no tengo nada mejor que hacer.
- cuéntame algo de ti.
- no sé qué decirte. tengo hambre. me gustan las hamburguesas que prepara mi amigo joe.
- ¿dónde vive tu amigo joe?
- en california.

di un volantazo y giré el coche en medio de aquella carretera inhóspita que atravesaba el país. california quedaba al otro lado.

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canción california sun ... autor the ramones

26.12.07

días

éstos están siendo días de recuerdos, de pensar en otros momentos con la dulzura de un niño que piensa en su primer juguete... yo recuerdo mis primeros días allí. también son días de mirar atrás y olvidar aquello que no quiero encontrarme de nuevo, de saquear mi mente y dejarla limpia, a oscuras, para empezar y pintar con trazos blancos lo que vaya trayendo el nuevo año.

por eso en estos días me acuerdo de quique que siempre ha buscado en mí la melancolía y fijaté, siempre la ha encontrado. estos días de espesura mental y alborotos navideños quique me saca del centro de la tierra y me hace pensar en lo que realmente importa, en esos pequeños momentos que si no disfrutas ahora ya los estás perdiendo. y si los pierdes... ay, luego no tienes nada que contar, no serás capaz de recordar, como hace él.

sólo espero que estos días algún alma caritativa se apiade de mí y venga a mi encuentro, un naúfrago enviando un mensaje en una botella, un detective que no encuentra al asesino, un espantapájaros que espera a su dorothy. hoy es 26 de diciembre y quique está cerca. hoy canta una canción de los secretos.

aunque tú no lo sepas
me he inventado tu nombre
me drogué con promesas
y he dormido en los coches
aunque tú no lo entiendas
nunca escribo el remite en el sobre
por no dejar mis huellas.

aunque tú no lo sepas
me he acostado a tu espalda
y mi cama se queja fría
cuando te marchas
he blindado mi puerta
y al llegar la mañana
no me di ni cuenta
de que ya nunca estabas.

aunque tú no lo sepas
nos decíamos tanto
con las manos tan llenas
cada día más flacos
inventamos mareas
tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios, y toda tu escalera.

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quique gonzález. "aunque tú no lo sepas" de su disco pájaros mojados.

24.12.07

feliz navidad

dibujó su rostro en la oscuridad, acariciando las curvas de su cara, leyéndolas, intuyendo la expresión de su boca, recorriendo las arrugas de su piel, las arrugas que la felicidad había tatuado en su piel. le hacía cosquillas cuando rozaba sus yemas sobre sus párpados y no podía dejar de reír cuando se acercaba a sus orejas. ambos reían. sus manitas tocaban, a tientas, cada rincón de aquel viejo rostro mientras intentaba dormirse.

la costumbre, esa misteriosa forma que hace que al final no seas capaz de levantarte si no es con el pie derecho, que no puedas hacer un examen sin tu bolígrafo de la suerte, que ni siquiera intentes comer sin el tenedor que lleva tu nombre marcado, en fin, que no seas capaz de "hacer" una cosa sin "hacer" antes, después o a la vez, otra, no dejaba a aquella niña quedarse dormida sin estar antes, un rato tocando la cara de su abuelo.

él disfrutaba aquella sensación de vida, de ilusión que parecía que desgastaba su cara un poco más pero que le hacía sentir y recordar los momentos más dulces de su niñez. se veía reflejado en aquellos dedos como si fueran un espejo de su larga vida. ella sólo tenía cuatro años y su abuelo le auguraba un futuro de sonrisas, mientras cerraba los ojos aquel hombre soñaba con los años que aún le quedaban por delante en los que podría ver como aquella niña crecería y crecería hasta hacerse más alta que él y la vería hecha toda una mujer... "los años pasan para todo el mundo", pensó. y aquel 24 de diciembre ella durmió feliz porque su abuelo le acompañaba y papá noel iba a llegar pronto.

los tiempos habían cambiado, papá noel no era sino otra excusa para que los niños jugasen con más aparatitos de esos nuevos, no era más que otra forma de hacer ganar dinero a las grandes superficies -pensaba el abuelo-, pero también era una nueva fuente de ilusión para aquella niña que ya sabía mucho acerca de los pequeños placeres de la vida. la navidad estaba cerca.

hoy esa niña volverá a esperar con impaciencia a que un hombretón gordito y con una barba muy larga y blanca baje por la chimenea y le traiga todo lo que ella pidió. hoy es un día para estar en familia, sé feliz como lo será ella.

que tengas una muy buena navidad, amigo.

22.12.07

vaya día

hablaba yo de la suerte... y más en un día como hoy, donde la suerte no puede ser más determinante. ¿los niños de san ildefonso han cantado alguno de tus números? por lo que sé, ninguno de los míos. sin embargo, eso no es lo peor. voy a contarte mi horrible día de vuelta a casa.

me levanto temprano, algo antes de las 8 de la mañana para no perder un autobús que tendría que coger a las 10. salgo de casa con la intención de no cansarme demasiado, mentalizándome para que las 6 horas de camino se me hicieran lo más cortas posible... no sabía lo que me esperaba. así que llego a la estación de cercanías, después de cargar con una maleta increíblemente pesada y un bolso lleno de apuntes pero feliz porque había llegado una hora antes a la estación para hacer un recorrido de apenas media hora.

descubro que algo extraño pasa. la gente corre de un lado para otro y una voz que casi no se oye alerta por megafonía a los viajeros, que no han tenido otro remedio que despertar de su letargo mañanero, de que un tren ha arrollado a una persona y el servicio está interrumpido... "¡rápido! ¡piensa qué vas a hacer, coge un plano del metro y otro del cercanías y busca cómo llegar!", me digo y tomo una decisión. equivocada, por cierto. así que ya te puedes imaginar, después de subir y bajar de trenes y metros he llegado media hora tarde a mi autobús. es hora de buscar otra solución y para entonces yo ya estoy desquiciado.

"perdone, es que he perdido el autobús que tendría que haber cogido hace un rato y...", le digo al hombre de la taquilla con mi mejor cara de pena, sin embargo no sabe darme una respuesta demasiado satisfactoria y no tengo más remedio que comprar un billete para la siguiente salida que por lo menos, sale a las 11 aunque no me lleva a mi destino inicial, cualquier cosa antes que quedarme hasta las 4 de la tarde esperando. total, ya sabes... 6 horas de autobús no se aguantan fácilmente, pero bueno... uno acaba resignándose.

son las 5 de la tarde. acabo de llegar a sevilla y ya tendría que estar en casa. sin embargo, aún me queda otro viaje de dos horas por delante en autobús. "espero que salga pronto". tuve que cambiar de estación y lo hice lo suficientemente lento como para que acabara de irse cuando llegué. y tan pronto. ¿que qué pasó? pues que allí me ves teniendo que esperarme una hora y media más, hasta que saliera el siguiente.

ya son las 7, por fin es la hora de la salida... veo a algunos amigos que también vuelven a casa y les cuento mi día, un día que había empezado hacía ya mucho tiempo. el autobús tarda en salir, "seguro que es por mi culpa, yo soy el gafe". hablamos de esto y aquello, me siento incómodo, ¿por qué tarda dos horas si en coche es poco más de una? son las 9 de la noche. estoy en olvera.

lo primero que hago es encender el ordenador. voy a mirar que ha pasado hace 12 horas en zarzaquemada. el país dice que una mujer ha muerto arrollada cuando atravesaba las vías en un paso no autorizado... parece que la navidad no ha empezado muy bien para ella, quizá no tuviera nada que celebrar.

esta mañana estoy más tranquilo, pero lo cierto es que ayer no fue un buen día.

20.12.07

vuelvo a casa

hace un rato estaba recogiendo mis cosas para meterlas en la maleta y pensaba en lo rápido que pasan los días, los meses. hace nada estábamos celebrando la llegada de un nuevo año y ya se está yendo, se escapa, como se escapan las estrellas fugaces.

las cosas no van mal por aquí, espero que tú también estés bien. hoy sólo quiero que sepas que hay historias para rato, que el año acaba pero la vida sigue, que debemos correr con el tiempo, a su misma velocidad y aprovechar cada momento, cada instante. sólo espero que la suerte te acompañe, amigo, la suerte, como en la película de woody allen y como en los anuncios de la lotería.

espero que en estas vacaciones (si las tienes, como yo) seas capaz de rendirte cuentas, de mirarte a ti mismo y pensar en tus nuevos retos, en todo lo que tendrás que hacer para ser más feliz, para estar más a gusto contigo y, si puedes, con los demás.

vuelvo a casa por navidad, como el turrón. vuelvo al sur, a mi sur. desde allí te seguiré contando historias y pensarás que el mundo es otro, que quizá la vida sea de otro color... azul, por ejemplo.

19.12.07

recuerdos al sur

bajó la mirada y con las manos en los bolsillos volvió andando a casa. sabía que tardaría al menos una hora pero no le importó. ella se marchaba y el quería pasear para poder hacerse a la idea. habían estado juntos casi todo el invierno, y ahora ella volvía a su norte, como en aquella canción. allí acababa el verano. la historia volvía a repetirse y él no podía acostumbrarse.

en la ciudad la primavera empezaba a dejarse notar y una ligera brisa movía las ramas de los árboles que ya querían colorearse de verde. imágenes de mil momentos venían a su mente, imágenes de noches celestes que no acababan, de conversaciones y recuerdos, de paseos por el malecón cuando caía el sol y las calles parecían más doradas, de mañanas saboreando el café que ella había preparado, de siestas que se hacían cortas...

volvió a aparecer tras años escondida. "tengo familia aquí" le dijo aquel verano, por navidad. y en aquellas dos semanas fueron capaces de volar más lejos y más alto que su propia imaginación... fueron días maravillosos de luz y calor, de playa y guitarras, de oír a esos músicos que ella traía de allí, de hablar de los temas que hacían daño aquí... pero voló más lejos y más alto que su propia imaginación y nunca volvió.

hasta hace dos meses que vino a ver a su familia. sus tíos viven en la casa de al lado, así que cuando ella llegó con esa luz, con ese ángel, no pudo más que iluminar su rostro y su sonrisa. se contaron mil historias, mil aventuras de aquellos años que pasaron separados: los días azules, los otros más negros, aquellos que habían enrojecido por el amor, las semanas verdes e incluso esas más amarillentas, que se hacen con recuerdos. todo.

fue como volver a aquel banco donde se dieron el primer beso, como viajar a aquel bar donde me conocieron, como sentir que estaban en el cielo, como volver a mirar atrás en aquella esquina donde se dijeron adiós y que aún estuvieran allí. y estas ocho semanas han vuelto a ser inolvidables... "espero que vengas a verme otra vez" le dijo él. y ella con los ojos empañados, una mota quizá, y sonriendo como siempre, asintió y subió a ese avión que la llevará de vuelta a su ciudad.

¿sabes? para colmo nevó en buenos aires y alguien rodaba una película cerca de allí, mientras aún estaban juntos.

18.12.07

historias

estoy preocupado. las historias se acaban.

esta mañana he tenido una sensación muy extraña al despertar. la radio estaba muda, estaba encendida pero nadie decía nada, no había noticias, no había voces que me ayudaran a conectar con el mundo después de una noche de apacible sueño. así que he pensado que alguna tripa se le habría roto. me he metido en la ducha, y al salir he ido a encender la tele, necesitaba que alguien me diera los buenos días. pero nada. ¿qué pasaba? de nuevo estaba encendida pero no había presentadora de informativos ni hombre del tiempo. ha sido muy raro, pero he pensado que quizá fuera el cable de la antena el que no funcionara. he desayunado y corriendo he bajado las escaleras. ¡llegaba tarde al trabajo! esas son las cosas de no poder oír las señales horarias.

he cogido el autobús en la puerta de casa y durante el viaje nadie parecía extrañado, de hecho, ni siquiera parecía que estuvieran allí, adormilados, como casi todas las mañanas. he llegado a mi parada y al bajar he pensado en ir a comprar el periódico. aún no sabía nada de nada de lo que estaba ocurriendo en el mundo. pero qué casualidad, el kiosco estaba cerrado. ¿qué pasaba? ya era la segunda vez que me preguntaba lo mismo en el mismo día. un cartel avisaba a los compradores asiduos de que no habían llegado los repartidores de prensa y que como no había nada que vender, mañana abriría de nuevo.

así que he subido las escaleras y he llegado a este cubículo que tengo por despacho. acabo de encender el ordenador y veo con incredulidad que no hay internet. ¿cómo? ¿la gran red ha desaparecido? quizá sea un problema del servidor central, ¿no? bah, voy a seguir con mi trabajo, ese que dejé aparcado ayer porque estaba cansado y quería ir a casa.

acabo de oír un rumor en la sala de café. ya no hay historias, se han acabado. ¿será verdad? no lo creo. siempre hay historias, siempre hay cosas que contar, incluso esta. ¿acaso no es una historia que no haya historias? ¿acaso no se puede contar en un periódico que jamás habrá más que contar porque no pasará nada más? el rumor ha salido de mi edificio y toda la ciudad está contagiada. miro por la ventana y abajo la gente se mira extrañada, como si ya lo supiera, como si temieran que fuera verdad.

no pueden acabarse las historias, si mueren ellas morimos nosotros. si no hay historias es porque nosotros no las creamos, porque ya no somos capaces de sentir, porque no somos originales, porque nuestra vida se ha tornado tan monótona que ya no pasa nada. no, no puede ser. las historias no se acaban, no pueden acabar... no mientras el mundo gire, no mientras alguien respire ahí afuera.

pi, pi... pi, pi...
son las 7 de la mañana. las noticias del día son...

17.12.07

nada de líneas

un día alguien pintó una línea que cortaba el planeta y le dijo "jamás podrás atravesarla, si no lo haces te compensaré muy gratamente, si lo haces algo realmente malo puede pasarte. además, ya sabes que tienes la mitad del mundo para seguir viviendo y descubrir nuevos lugares y gentes". él era joven aún y como le había prometido compensarle, aunque no sabía muy bien de quién era aquella voz pensó que no estaría mal hacerle caso. no estaba demasiado convencido pero no le importó y confió en quien le hablaba.

no mucho tiempo después aquella voz volvió y le preguntó "¿estás bien?" y él dijo "sí, muy bien, aún no he visto demasiado mundo, pero te prometo que no voy a atravesar la línea que marcaste". aquella voz que parecía muy amigable le pidió un nuevo favor a cambio de recompensas aún mayores. así que dibujó otra línea que cortaba el planeta en cuatro trozos. "nunca atravesarás esta segunda línea", le dijo. y él que creía que jamás podría conocer tantos países pensó que no le importaba, que al final la recompensa valdría la pena.

la voz no le habló en unos meses y él seguía en su trozo del mundo. vivía contento sus monótonas jornadas de trabajo con la certeza de que en algún momento algo muy bueno le pasaría, como le habían prometido.

un día aquella voz volvió a hablarle: "siento decirte esto, pero debo pedirte otro favor. sin embargo, ya sabes que te voy a recompensar, y además, esta vez lo haré de forma muy muy agradable, ya lo verás". "¿sí?" preguntó él. "sí, pero debes prometerme que jamás abandonarás la ciudad." él se quedó pensando, como si esta vez la oferta no le hiciera tanta gracia, como si le costara desprenderse de esa parte de su libertad. la voz, que sabía que le estaba pidiendo demasiado a aquel hombre bueno, insistió en que la recompensa sería extraordinariamente generosa, mucho más de lo que pudiera imaginar y que además, si salía de la ciudad, quién sabe la de cosas malas que podrían ocurrirle, sí cosas malas, tremendamente malas. "¿cuáles?" preguntó él.

pero la voz se fue y no le respondió. ahora los límites cercaban su ciudad y aquel hombre no sabía que hacer. pensaba que era demasiado estricto pero no se atrevía a dar un paso fuera de ella, ¿qué podría pasarle? así que decidió quedarse, de todas formas tampoco salía mucho de allí, se pasaba los días en el trabajo, no estaba casado ni tenía hijos y cuando tenía un poco de tiempo libre era mejor quedarse en casa, descansando, como siempre había hecho.

los años fueron pasando y aquel hombre se acostumbró a ver el mundo desde los escondites de su ciudad, bajo el manto que la envolvía y que le hacía sentir seguro. o eso creía él.

sin embargo, un día la voz le habló de nuevo. casi había olvidado como sonaba pero volvió y otra vez le prometió grandes recompensas, una vida mejor no se sabía cuando, oro, incienso y mirra, amor, mujeres, alegría y felicidad. "¿a cambio de qué?" preguntó. "a cambio de que jamás abandones tu habitación." "¿mi habitación? ¿estas cuatro paredes?" y la voz le dijo "sí, estas cuatro paredes, de lo contrario..." "de lo contrario, ¿qué? -le interrumpió- me has prometido grandes recompensas durante toda mi vida y aún no he visto nada, olvida tus promesas y olvídate de mí, estoy cansado de esperar."

y salió de la habitación. y cuando salió de casa cogió su coche que casi no había usado en los últimos años y abandonó la ciudad. y nada le pasó. y siguió conduciendo hacia el sur, hacia una de esas líneas que aquella voz había trazado y la dejó atrás y no ocurrió nada. las personas andaban por las calles de otras ciudades, corrían por los parques e incluso se reían y parecían felices. ¿por qué alguien querría ahogarle en un lugar tan estrecho con tanto mundo por descubrir? ¿qué ganaba aquella horrible voz? ¿qué ganaba aquel hombre creyendo todo lo que la voz decía?

no lo sé.

14.12.07

anoche

anoche sentí escalofríos. esa sensación que te viene desde tan hondo, desde las entrañas mismas de tu cuerpo. de tu cuerpo no, de tu alma. sentir como se eriza tu vello en la nuca, en los brazos, como un remolino de sentimientos que te zarandea por dentro... anoche sentía escalofríos con tus canciones, viejo amigo. anoche te sentía cerca, como si los tres estuvieramos en cualquier bar de madrid, no muy lejos de tu casa. en esa ciudad que sigue sumida en la eterna búsqueda de un tesoro, el que tú escondes.

granada está preciosa por navidad. es una ciudad acogedora y bella, una ciudad de antiguos encantos que no pudo ser mejor posada para ti y tus canciones. tampoco pudo ser mejor lugar de encuentro para mí, después de un viaje tan largo desde la capital. ojalá todos los jueves por la noche fueran así. gracias ismael.

13.12.07

duerme

ella había olvidado quién era, había olvidado su nombre, su aspecto, dónde había nacido, a sus amigos de la infancia, a sus compañeros de trabajo... no recordaba dónde vivía ni el año en el que estábamos. cuando despertó aquella noche no recordaba nada.

hoy es distinto. es la primera vez que vengo a verla desde aquel día, no he podido hacerlo antes. no sé, la idea de estar con ella otra vez y notar la frialdad de unos ojos que no me reconocen no me había dado demasiadas ganas ni fuerzas, hasta ahora.

ahí está, tumbada en la cama con uno de esos tubitos por debajo de la nariz, con un par de monitores y conectada a un gotero. el sonido de sus constantes vitales, monótono, como si no pasara nada. es una sensación extraña, nunca la había visto tan frágil y, sin embargo, sigue tan hermosa como siempre.

hace un momento me ha dado un vuelco el corazón. es como si hubiera sentido mi presencia en esta habitación, ha abierto los ojos y con un pequeño hilo de voz me ha dicho "te conozco, la primera vez que te vi fue para pedirte una copa en aquel bar de malasaña..." y ha vuelto a bajar los párpados para quedarse dormida. recuerdo aquella noche, yo estaba sentado en la barra y ella llegó de repente y me dijo "necesito un amigo, necesito contarte mi vida, ¿me invitas a una copa?". desde entonces todo ha cambiado para mí.

¿y sabes? se me ha helado la sangre porque su libro de la memoria se ha vaciado, porque en el baúl de sus recuerdos ya no hay nada (o eso creíamos) y aún así ha sido capaz de reconocerme. casi había olvidado la facilidad con la que podía sorprenderme. ahora me he sentado en este incómodo sillón, cerca de ella, para mirarla, para sentirla. y parece que el mundo ha vuelto a empezar, que estamos a solas, que no existe nadie más. al menos en su mente debe ser algo así ahora. en la mía lleva siéndolo muchos años.

a veces resulta imposible ser su mejor amigo y no poder tocarla, no poder abrazarla y pensar que nunca podré hacerlo y que ni siquiera tendré una oportunidad. disimulo cuando estoy con ella. soy un cobarde, lo sé, pero prefiero tenerla cerca aunque tremendamente lejos que no tenerla. prefiero no perderla. ¿no lo entiendes? no quiero arriesgarme, no sé arriesgarme.

11.12.07

¿se casa? ¡se casa!

- ¡qué dolor! -no pude decir otra cosa, me pilló de improviso cuando me levantaba del sofá y del susto me dí un golpe de esos horribles en la espinilla con la mesita del café.- ¿que te vas a casar?
- sí... dentro de un par de semanas.
- ¿cómo que te vas a casar? ¿qué significa que te vas a casar? ¿con quién? -no podía creérmelo, ¿se nota, verdad?- pero si eres un casi cincuentón feote y barrigudo que nunca ha sido capaz de acercarse a una mujer... venga, que me estás tomando el pelo.
- no, es cierto, de verdad.
- sí, claro. antes de ayer estabas más solo que la una y hoy te vas a casar, ¿no?
- no, digo sí, digo... que sí que me voy a casar pero que antes de ayer no estaba más solo que la una.
- ¿que no? ¿y con quién te vas a casar? ¿cómo ha sido eso? ¿por qué no me has hablado antes de ella? no lo entiendo... no lo entiendo...
- bueno, es que me daba un poco de cosa. ya ves, llevamos más de 20 años viéndonos todos los martes, jueves y sábados sin faltar ni una sola vez a nuestra cita y en todo este tiempo no he tenido contacto (de ningún tipo) con mujer alguna... así que decirte esto ahora... no sé, no quería que creyeras que te estoy abandonando...
- vaya, no lo había pensado de ese modo... así que es verdad, me abandonas por ella.
- no... no lo mires así. verás... es que pienso que ya es hora de compartir mi vida con alguien.
- ¿con alguien? ¿y yo qué?
- tú no eres una mujer...
- ...buena excusa...
- ...además, podremos seguir quedando, aunque tendrá que ser menos a menudo, pongamos... sólo los jueves. y también podremos seguir jugando al tute, aunque creo que ya no podremos ver los documentales de la 2 juntos, ya sabes, a esas horas tendré que estar en casa con mi esposa...
- ¿ves? ¡me vas a dejar! ¿y se puede saber por quién? aún no me has dicho quién es esa bendita (des)afortunada.
- es... mi señora de la limpieza.
- ¿qué? ¿cómo? ¿doña pura? ¿esa mujer tan mayor? ¿la misma que va a tu casa los lunes, miércoles y viernes?
- sí... aunque bueno, ahora también viene los domingos.

10.12.07

el asco

cuatro días más tarde aún no se había movido. allí seguía tumbado en el sofá, aburrido mirando la programación matinal de la televisión pero sin hacerle mucho caso. incluso me había dado las llaves de su casa para no tener que moverse cuando fuera a verle.

- toma, yo no las voy a necesitar en un tiempo. cierra la puerta al salir.

y en esos cuatro días sólo se había levantado para ir al baño y poco más. no comía, apenas dormía y había descolgado el teléfono. las persianas estaban bajadas y un ligero olor acre empezaba a apoderarse de la habitación. había sumido el gran salón de su estudio postmodernista en una oscuridad reflejo de la pesadumbre que llevaba dentro.

asco, eso es lo que sentía o, al menos, eso decía. sin embargo, su cara más que asco expresaba temor, miedo a salir a la calle, a las personas, a respirar el aire limpio pero sucio de madrid. sus manos temblaban sobre la manta, sostenían un libro cerrado que aún no había empezado, ¿acaso temblaba porque también tenía miedo del mundo ficticio dentro de ese libro?

- no consigo sacar este asco de mí, es como si se hubiera apoderado de mis fuerzas, como si me consumiera por dentro. la luz, los olores, los colores, los sonidos, las caras, mis pensamientos, tu sonrisa, todo me sienta mal, todo me da asco, todo es odioso.
- ¿mi sonrisa?
- sí, tu sonrisa, porque sé que no expresa lo que sientes, porque sé que te doy pena...
- no me das pena, me hace gracia que hayas montado todo esto por algo así.
- ¿algo así? para mí es muy importante.
- pues no tendría que serlo.
- ¿por qué no? vivo de ello, me han hecho daño y no puedo evitar pensar que quizá tengan razón. por eso me dan asco ellos y me da asco que la gente pueda pensar como ellos, me doy asco a mí mismo. tanto esfuerzo para nada.
- ¿para nada? tal y como yo lo veo has hecho un favor a muchos, has hecho uno de los grandes trabajos de este año, la gente te apoya porque en un par de semanas has tenido miles de espectadores. miles de personas que te aprecian a ti y que también aprecian tu trabajo. así que levántate de ahí, abre las ventanas y grita al mundo que estás orgulloso de ti y de los que han rodado contigo esta película.

aquel largometraje fue el más importante del año, como yo había augurado y él se convirtió en el mejor director de la década. qué más da lo que piensen unos pocos, aunque a veces esos pocos sean importantes. a mí no me importa demasiado, la verdad.

9.12.07

domingo

recuerdas los tiempos en que, viejo amigo,
ardía en tu boca la azul madrugada.
borracha, afrodita reía y brindaba contigo
dejando el olor de otro cuerpo en tu cama.
¿dónde encallaron esos días?
¿en qué luminosas playas?

huyendo de ti y de la aurora, escapaste
buscando en mil bares el abracadabra
que detiene el tiempo, pero regresaste
y te encontraste a ti mismo esperándote en casa.
y el alba sincericida
trajo su rutina y su ancla.

el amor es la piedra que sísifo empuja.
el mundo el cascabel de un gato asustado.
nadie nos avisó que amar es doler,
que crecer es aprender que para regresar,
y para casi todo, es tarde,
y aquello que no fue
nuestro más leal amante.

así que brindemos ahora viejo amigo:
que acabe este otoño y resuelva el misterio
del eclipse en tu pecho, que aún no nos rendimos.
de la noche aprendimos viejos sortilegios
que ayudan a conjurar
al reloj y sus espectros.

sísifo abandona hoy su piedra en la cima
y el gato se duerme esta noche en tus brazos.
quizás tengan razón y amar es doler
pero quién diablos quiere regresar
si lo que cuenta es aprender
que no está perdido aquello que no fue,
que no está perdido aquello que no fue.

ha sido un día extraño. uno de esos domingos raros en el que los que estaban de visita vuelven a casa y tú te quedas contigo mismo, como antes. ella ha encontrado en algún sitio una entrevista para la radio y yo he estado oyéndola tranquilamente. has cantado canción para un viejo amigo y he comprendido que no hay que perder la esperanza. siempre lo he intuido pero viniendo de alguien con tu serenidad y tu sensibilidad para las pequeñas cosas, heredada quizá de tu padre, tiene mucho más sentido. por fin dejó la piedra en la cima, seguro que todos podemos, imposible is nothing como decía aquel anuncio. lo mejor está por llegar.

esta semana iremos a granada. allí te veremos y de paso nos tomaremos unas cañas a tu salud, brindaremos por ti, viejo amigo. ojalá todo fuera tan fácil.

5.12.07

abuelos

era la navidad de 1936, una navidad diferente a las de ahora, incluso diferente a las de entonces. el terremoto político había hecho añicos una españa que se había roto. dos bandos morían por el control de un país que sufría sin cesar. un pequeño hombre había empezado a tomarle las medidas al bando de los azules y los caciques amedrentaban a los vecinos de los pueblos perdidos.

en olvera, uno de esos pueblos perdidos, dos bebés lloraban al mismo tiempo, puede que ya se echaran de menos. dos vidas paralelas, pero también diferentes. dos vidas que empezaban en un tiempo de hambre y guerra, en un tiempo que no auguraba un futuro feliz.

él creció sin padre, los azules lo mataron al poco de empezar la guerra, ni siquiera llegó a conocerlo. seguramente lo habrían fichado en una de las reuniones del gremio de zapateros, iban a negociar los precios. su madre tuvo que marcharse fuera a trabajar así que él se crió con una familia cercana. ella nació en una familia algo más cómoda, no es que los años de la guerra no fueran duros para ellos, sólo que pudieron soportarlos un poco mejor. sin embargo, también hubo momentos difíciles, una vez incluso tuvieron que huir y resguardarse en algún cortijo alejado del pueblo. los hombres malos no perdonaban a nadie, por eso eran malos.

a los trece años empezaron a verse. ella dice que él no era demasiado guapo, él dice que ella siempre ha sido preciosa. él ha tenido millones de trabajos: representante por las tierras de españa, emigrante, albañil, camarero durante muchísimos años... ella, mujer coqueta donde las haya, siempre fue costurera y luego, también, cocinera en el bar de su marido.

la vida no ha sido fácil para ellos, jamás lo fue. ahora son dos alegres jubilados y más jóvenes que nunca vuelven a pasear por madrid.

mis abuelos han venido a verme así que no podré escribiros durante este puente. sed felices y pasadlo bien. un beso.

4.12.07

la radio

acostumbraba a dormir con la radio encendida, siempre se imbuía en el océano del sueño antes de poder apagarla. era como la canción de cuna que oía cuando era un bebé o como el libro con el que su padre le leía cada noche, como las novelas de allan poe cuando era ya un adolescente... nunca había podido dormirse así, sin más.

aquella noche habían anunciado un nuevo programa en su emisora preferida. de súbito la música jazz que había sonado durante un rato cesó y un extraño ruido le hizo dar un respingo. era un sonido agudo pero no sonaba bien, como si hubiera interferencias. cada vez se hacía más insoportable, no podía escucharlo más, estaba a punto de apagar la radio... paró.

una voz surgió entonces de la nada, una voz extraña, grave pero dulce a la vez, tenía un ligero acento sudamericano, era un hombre, un hombre que hablaba no sabía muy bien de qué. se oía una música de fondo, pero lo suficientemente bajito para no entorpecer la narración de aquel nuevo personaje, era música de ópera.

el sonido estridente la había exaltado un poco, pero ahora volvía a relajarse. cerró los ojos y se sumió en un terremoto de sensaciones. aquella voz la hipnotizaba, la hacía viajar en el tiempo y en el espacio, la lanzaba en un torbellino de colores e imágenes que nunca había experimentado. esa voz se introducía en su cuerpo, erizaba su piel, se apoderaba de su alma y removía sus extremidades entre las sábanas.

una fuerza extraña se hacía con ella mientras la música de ópera se hacía cada vez más evidente en la emisora, y aquel hombre misterioso deslizaba su voz por las ondas hasta su habitación. susurraba historias que ahora sí entendía, que ahora llenaban su cuerpo y su mente, que la hacían sentir distinta, mientras la soprano elevaba su tono y ella ya no controlaba sus sensaciones. cada vez era más extraño y más envolvente, cada vez se hacía más difícil escapar...

de pronto nada se oyó. la voz sugerente se había apagado. ella respiró hondo sin saber aún muy bien qué había pasado, respiró y durmió como hacía mucho que no dormía.

3.12.07

bolígrafos

toc, toc, toc. daba golpecitos en la mesa. toc, toc, toc. daba tres golpecitos seguidos. toc, toc, toc. los daba con un bolígrafo, uno de esos bic que todos usaban en clase para tomar apuntes. toc, toc, toc. era azul, como el cielo que lucía radiante por la ventana. toc, toc, toc. daba tres golpecitos seguidos, cada tres segundos. toc, toc, toc. como si fuera un reloj, siempre con la misma frecuencia.

daba golpecitos automáticamente mientras el profesor explicaba no se qué maravilla de la semántica y miraba a la calle. miraba el mundo de verdad y se imaginaba volando como volaba su imaginación. se imaginaba viajando, recorriendo mares, sin controlar sus alas ni saber donde le llevaban. toc, toc, toc. esquivaba altos edificios, pasaba tan cerca de ellos que había quien, desde dentro, se sorprendía de verle. volaba cada vez más rápido y cada vez más bajo. toc, toc, toc. y se coló, no sabía cómo en uno de esos taxis amarillos que iban por la quinta. nueva york. toc, toc, toc. nadie conducía pero el coche se movía rápido y le llevaba a algún sitio.

toc, toc, toc. the great wall, ponía en un cartel. ¿la gran muralla china? se preguntó. los turistas se apartaban con estrépito, un taxi amarillo surcaba los caminos amarillos hasta no se sabía dónde. toc, toc, toc. el coche no giraba, había una curva y el coche iba recto, ¿qué pasaba? toc, toc, toc. el coche se salía del camino y volaba... toc, toc, toc. ¿la reina de inglaterra? allí estaba, con ropas un poco extrañas y tomando el té con una de las mujeres más estiradas de toda la historia. increíble pero cierto. ¿qué tal el tiempo por londres?

toc, toc, toc. la reina le invitó a pasar a una de las grandes habitaciones de buckingham palace, "sígueme, por favor", le decía. toc, toc, toc. ya no era la reina, era un canguro y ahora se encontraba en el palacio de la ópera de sidney. toc, toc, toc. el canguro se lo llevó en su bolsa a pasear y saltó y saltó tanto que de un brinco apareció en la patagonia, allá por la argentina. preciosa tierra, aquella, por cierto. toc, toc, toc.

el profesor le miraba con cara de odio. toc, toc, toc. ¿se puede saber en qué mundos ha estado hoy? ¿en los de yupi? ¿en el universo de zipi y zape? baje de las nubes, estamos en clase. toc, toc, toc. y ese hombre le sacó de su sueño, el sueño del... toc, toc, toc.

1.12.07

diciembre

hoy comienza el último mes de 2007. las calles se llenarán de bolsas con regalos, de niños que piden a sus padres nuevos juguetes, de historias bajo la nieve... la puerta del sol acogerá a miles de turistas ávidos por descubrir un mundo de luces, colores y árboles de navidad en fechas de frío y solidaridad. todos seremos felices y comeremos perdices.

me gusta diciembre, es una mezcla de pasado y futuro, la esquina donde gira un año que se acaba, donde encontraremos un nuevo camino que aún no hemos andado. diciembre es el tiempo de mirar atrás, de echar cuentas con nosotros mismos y de pedirnos la factura de un año que seguramente no habrá tenido días suficientes para abarcar todo lo que nos habíamos propuesto. pero también es el momento de buscar nuevos deseos, de hacer nuevos esfuerzos para que este año consigamos todo aquello que siempre hemos querido. es el tiempo de hallar la fórmula de la eterna juventud, de encontrarnos a nosotros mismos, de ser más felices...

para otros, sin embargo, es el tiempo de la hipocresía, de pensar que sólo hay pobres en navidad, que dar una limosna lo arregla todo, que otros curarán a esa mujer que anoche dormía en las escaleras del metro... es el tiempo de gastar, de comprar a nuestros hijos cientos, miles de juguetes con los que sólo disfrutarán durante unos días después de la llegada de los reyes magos, o quizá, de santa claus. es el tiempo del marisco exquisitamente caro, el tiempo de las burbujas de freixenet, del turrón de suchard o del lobo, ese que vuelve por navidad, de los ferrero rocher, del pavo... la vida es mucho más bonita cerca del árbol adornado. también es mucho más triste lejos de él.

diciembre trae a mí sentimientos contradictorios, por eso en mi carta a melchor, gaspar y baltasar siempre pido un poco de alegría para aquellos que no tienen con quien pasar "esos días tan especiales". por eso siempre he creído en las segundas oportunidades, en que no todo será siempre oscuro para aquellos a los que la suerte da hoy la espalda.

ojalá alguien me escuche. ojalá volváis a casa conmigo. ojalá nunca perdamos la esperanza.
 
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