31.12.07

au revoir

31 de diciembre, último día del año, esperado por muchos tras tanto tiempo de calles adornadas. el último estirón antes de la llegada de los reyes magos, el momento más mágico para mí cuando era pequeño. hoy se cierra el ciclo y otros 365 días se nos han escapado. espero que los hayas aprovechado, porque no van a volver.

sin embargo aún nos quedan muchos días por delante (alguno más si el año es bisiesto, como este que empezamos) para hacer todo aquello que nos propongamos. o quién sabe, quizá sean cosas que nunca habríamos creído que podríamos hacer.

yo no he pedido demasiados deseos este año y no sé si decirlos, porque luego a lo mejor no se cumplen. no, mejor no. lo que si tienes que saber es que quiero que todos los tuyos se cumplan y que el último día de 2008 vengas a verme y me digas: ¿sabes qué? todo se ha hecho realidad. entonces seré tan feliz como tú.

sólo espero que tengas suerte en este año chino de la rata, que dicen que trae abundancia. sólo espero que cada vez que te mire tengas una dulce sonrisa dibujada en tus labios, porque así sabré que te gustan mis historias, que vienes a leerlas porque crees que aún hay esperanza, que no todo tiene que ser siempre gris, que la vida es otra cosa, de otro color. no cambies nunca, amigo lector.

te espero el año que viene. diviértete y sé feliz. un abrazo.

30.12.07

tú y yo

qué decir de un año como éste. la historia se repite y volvemos a hacer balance.

el cambio climático, las guerras, ¿por qué no te callas?, la pobreza extrema, la intransigencia, los fanatismos, las muertes, el fuego, los desaparecidos, el miedo, la sangre, la injusticia, la pena, una lágrima, la no lluvia, un muro, los huracanes, gente que pierde a gente, bombas, minas, asco... silencio.

la vida, el sol, los niños que nacen, las letras, los pensamientos, verde, azul, las canciones, un escalofrío, la juventud, tus sonrisas, guiños de ojos, futuro, pasado y presente, un perfume, el amor, la amistad, el cielo, la tierra, mis sueños, los tuyos, alegría, cualquier bar, el movimiento, la cuna en la que te mezo, los olores, el paisaje, mi mundo, nuestro mundo, tu conciencia, el corazón, tú, yo... siempre.

hoy quiero hablarte de 2007. el año que nos conocimos, el año que viniste a verme por primera vez, que quizá yo fui a verte, que oí lo que me decías al oído, que pensé que valía la pena seguir con esto. el año que tú y yo nos hicimos amigos porque me enseñaste a mirar el mundo de otra manera. hoy quiero darte las gracias por estar, por haber andado conmigo parte del camino hacia oz. aún busco a ese monstruo verde que haga mis deseos realidad. sin embargo, se me hace más corto si te quedas, si sigues a mi lado.

2008 se ilumina, ya está cerca. gracias por leer y también por escribir. gracias a todos.

29.12.07

brisas marinas

las brisas marinas traen sonidos de otros lugares y otros tiempos a esta playa. la playa de la esperanza, de saber que algún día vendrás a encontrarme de nuevo, que pronto estaremos a salvo. ojalá estos vientos lleven mi susurro a tu oído. ojalá la vida te trajera y bebiéramos de ella hasta hartarnos. tú y yo, a solas, en esta playa desierta.

las brisas marinas traen olor a sal, el olor de la llegada (de la partida, quizá).

hoy sólo quiero oler, escuchar, sentir... mirar, pensar, sin decir nada. sólo ven pronto, lo demás... qué más da.

28.12.07

fiestas

eran las fiestas del pueblo, si es que aquello podía llamarse pueblo. 24 casas y 145 habitantes, eso es lo que había contado en todo el verano. las noches llegaban antes y unas corrientes de aire frío llamaban al otoño. todo estaba terminando, al paso de unos días volveríamos a casa lejos de aquel lugar perdido del mundo y que, sin embargo, durante unos meses había sido el centro, al menos para mí.

la gente había sacado las sillas a la plaza y había encendido una hoguera. alrededor de ella los jóvenes en edad de merecer bailaban una música muy extraña que los mayores no entendían y que salía de un tocadiscos que nadie sabia quién había traído. tampoco sabían pronunciar el nombre de aquel muchacho que cantaba. ¿quién era ese elvis? yo tampoco no lo sabía aún, era muy pequeño... aunque bueno, quizá no tanto, porque ya había tenido tiempo de enamorarme de la niña más guapa que había visto en toda mi vida.

- siguéme -me dijo.

y salió corriendo camino del bosque de encinas y almendros que había un poco más allá de la plaza. las estrellas iluminaban el cielo con mucha más fuerza de lo habitual y la luna, llena, desprendía una luz que nos dejaba entrever bajo aquellos árboles. yo corría tras ella, oía su respiración entrecortada, oía sus pasos, olía su perfume y pensaba que no podía estar en ningún sitio mejor que aquel. paró cerca del río, en una gran piedra. se sentó y esperó a que yo hiciera lo mismo justo delante de ella.

- ¿qué quieres? -le dije, ingenuo.
- esto.

y me besó. el momento más feliz de toda mi vida, duró un instante, apenas lo había notado y se separó de mí. le daba vergüenza, qué inocentes éramos. como hoy. el día de los inocentes.

27.12.07

de camino



viajábamos por la autopista camino hacia ninguna parte en una huida sin freno. mi viejo descapotable, ese que arreglé en el garaje con un par de botes de pintura y un amigo manitas, corría atravesando el viento que lanzaba sus cabellos en la dirección contraria. yo era uno de esos chicos malos con chupa de cuero y tupé, un james dean sin estrella, pitillo en la boca, vaqueros desgastados y botas de las del medio oeste. ella una de esas rubias neumáticas que los tipos como yo conocían en cualquier bar de carretera y las convencían para que se largaran con ellos. camisa de cuadros y vaqueros estrechos, me gustaba aquella moda... quizá por eso la rapté.

- ¿dónde me llevas?
- donde las bujías de este trasto nos deje.
- ¿te costó mucho?
- un par de veranos trabajando y alguna que otra noche en vela.
- ¿por qué me has sacado de allí?
- porque me gustas.
- seguro que me dejarás en la próxima ciudad, allí te encontrarás a otra como yo.
- quizá lo haga.
- da igual, no tengo nada mejor que hacer.
- cuéntame algo de ti.
- no sé qué decirte. tengo hambre. me gustan las hamburguesas que prepara mi amigo joe.
- ¿dónde vive tu amigo joe?
- en california.

di un volantazo y giré el coche en medio de aquella carretera inhóspita que atravesaba el país. california quedaba al otro lado.

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canción california sun ... autor the ramones

26.12.07

días

éstos están siendo días de recuerdos, de pensar en otros momentos con la dulzura de un niño que piensa en su primer juguete... yo recuerdo mis primeros días allí. también son días de mirar atrás y olvidar aquello que no quiero encontrarme de nuevo, de saquear mi mente y dejarla limpia, a oscuras, para empezar y pintar con trazos blancos lo que vaya trayendo el nuevo año.

por eso en estos días me acuerdo de quique que siempre ha buscado en mí la melancolía y fijaté, siempre la ha encontrado. estos días de espesura mental y alborotos navideños quique me saca del centro de la tierra y me hace pensar en lo que realmente importa, en esos pequeños momentos que si no disfrutas ahora ya los estás perdiendo. y si los pierdes... ay, luego no tienes nada que contar, no serás capaz de recordar, como hace él.

sólo espero que estos días algún alma caritativa se apiade de mí y venga a mi encuentro, un naúfrago enviando un mensaje en una botella, un detective que no encuentra al asesino, un espantapájaros que espera a su dorothy. hoy es 26 de diciembre y quique está cerca. hoy canta una canción de los secretos.

aunque tú no lo sepas
me he inventado tu nombre
me drogué con promesas
y he dormido en los coches
aunque tú no lo entiendas
nunca escribo el remite en el sobre
por no dejar mis huellas.

aunque tú no lo sepas
me he acostado a tu espalda
y mi cama se queja fría
cuando te marchas
he blindado mi puerta
y al llegar la mañana
no me di ni cuenta
de que ya nunca estabas.

aunque tú no lo sepas
nos decíamos tanto
con las manos tan llenas
cada día más flacos
inventamos mareas
tripulábamos barcos
y encendía con besos
el mar de tus labios, y toda tu escalera.

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quique gonzález. "aunque tú no lo sepas" de su disco pájaros mojados.

24.12.07

feliz navidad

dibujó su rostro en la oscuridad, acariciando las curvas de su cara, leyéndolas, intuyendo la expresión de su boca, recorriendo las arrugas de su piel, las arrugas que la felicidad había tatuado en su piel. le hacía cosquillas cuando rozaba sus yemas sobre sus párpados y no podía dejar de reír cuando se acercaba a sus orejas. ambos reían. sus manitas tocaban, a tientas, cada rincón de aquel viejo rostro mientras intentaba dormirse.

la costumbre, esa misteriosa forma que hace que al final no seas capaz de levantarte si no es con el pie derecho, que no puedas hacer un examen sin tu bolígrafo de la suerte, que ni siquiera intentes comer sin el tenedor que lleva tu nombre marcado, en fin, que no seas capaz de "hacer" una cosa sin "hacer" antes, después o a la vez, otra, no dejaba a aquella niña quedarse dormida sin estar antes, un rato tocando la cara de su abuelo.

él disfrutaba aquella sensación de vida, de ilusión que parecía que desgastaba su cara un poco más pero que le hacía sentir y recordar los momentos más dulces de su niñez. se veía reflejado en aquellos dedos como si fueran un espejo de su larga vida. ella sólo tenía cuatro años y su abuelo le auguraba un futuro de sonrisas, mientras cerraba los ojos aquel hombre soñaba con los años que aún le quedaban por delante en los que podría ver como aquella niña crecería y crecería hasta hacerse más alta que él y la vería hecha toda una mujer... "los años pasan para todo el mundo", pensó. y aquel 24 de diciembre ella durmió feliz porque su abuelo le acompañaba y papá noel iba a llegar pronto.

los tiempos habían cambiado, papá noel no era sino otra excusa para que los niños jugasen con más aparatitos de esos nuevos, no era más que otra forma de hacer ganar dinero a las grandes superficies -pensaba el abuelo-, pero también era una nueva fuente de ilusión para aquella niña que ya sabía mucho acerca de los pequeños placeres de la vida. la navidad estaba cerca.

hoy esa niña volverá a esperar con impaciencia a que un hombretón gordito y con una barba muy larga y blanca baje por la chimenea y le traiga todo lo que ella pidió. hoy es un día para estar en familia, sé feliz como lo será ella.

que tengas una muy buena navidad, amigo.

22.12.07

vaya día

hablaba yo de la suerte... y más en un día como hoy, donde la suerte no puede ser más determinante. ¿los niños de san ildefonso han cantado alguno de tus números? por lo que sé, ninguno de los míos. sin embargo, eso no es lo peor. voy a contarte mi horrible día de vuelta a casa.

me levanto temprano, algo antes de las 8 de la mañana para no perder un autobús que tendría que coger a las 10. salgo de casa con la intención de no cansarme demasiado, mentalizándome para que las 6 horas de camino se me hicieran lo más cortas posible... no sabía lo que me esperaba. así que llego a la estación de cercanías, después de cargar con una maleta increíblemente pesada y un bolso lleno de apuntes pero feliz porque había llegado una hora antes a la estación para hacer un recorrido de apenas media hora.

descubro que algo extraño pasa. la gente corre de un lado para otro y una voz que casi no se oye alerta por megafonía a los viajeros, que no han tenido otro remedio que despertar de su letargo mañanero, de que un tren ha arrollado a una persona y el servicio está interrumpido... "¡rápido! ¡piensa qué vas a hacer, coge un plano del metro y otro del cercanías y busca cómo llegar!", me digo y tomo una decisión. equivocada, por cierto. así que ya te puedes imaginar, después de subir y bajar de trenes y metros he llegado media hora tarde a mi autobús. es hora de buscar otra solución y para entonces yo ya estoy desquiciado.

"perdone, es que he perdido el autobús que tendría que haber cogido hace un rato y...", le digo al hombre de la taquilla con mi mejor cara de pena, sin embargo no sabe darme una respuesta demasiado satisfactoria y no tengo más remedio que comprar un billete para la siguiente salida que por lo menos, sale a las 11 aunque no me lleva a mi destino inicial, cualquier cosa antes que quedarme hasta las 4 de la tarde esperando. total, ya sabes... 6 horas de autobús no se aguantan fácilmente, pero bueno... uno acaba resignándose.

son las 5 de la tarde. acabo de llegar a sevilla y ya tendría que estar en casa. sin embargo, aún me queda otro viaje de dos horas por delante en autobús. "espero que salga pronto". tuve que cambiar de estación y lo hice lo suficientemente lento como para que acabara de irse cuando llegué. y tan pronto. ¿que qué pasó? pues que allí me ves teniendo que esperarme una hora y media más, hasta que saliera el siguiente.

ya son las 7, por fin es la hora de la salida... veo a algunos amigos que también vuelven a casa y les cuento mi día, un día que había empezado hacía ya mucho tiempo. el autobús tarda en salir, "seguro que es por mi culpa, yo soy el gafe". hablamos de esto y aquello, me siento incómodo, ¿por qué tarda dos horas si en coche es poco más de una? son las 9 de la noche. estoy en olvera.

lo primero que hago es encender el ordenador. voy a mirar que ha pasado hace 12 horas en zarzaquemada. el país dice que una mujer ha muerto arrollada cuando atravesaba las vías en un paso no autorizado... parece que la navidad no ha empezado muy bien para ella, quizá no tuviera nada que celebrar.

esta mañana estoy más tranquilo, pero lo cierto es que ayer no fue un buen día.

20.12.07

vuelvo a casa

hace un rato estaba recogiendo mis cosas para meterlas en la maleta y pensaba en lo rápido que pasan los días, los meses. hace nada estábamos celebrando la llegada de un nuevo año y ya se está yendo, se escapa, como se escapan las estrellas fugaces.

las cosas no van mal por aquí, espero que tú también estés bien. hoy sólo quiero que sepas que hay historias para rato, que el año acaba pero la vida sigue, que debemos correr con el tiempo, a su misma velocidad y aprovechar cada momento, cada instante. sólo espero que la suerte te acompañe, amigo, la suerte, como en la película de woody allen y como en los anuncios de la lotería.

espero que en estas vacaciones (si las tienes, como yo) seas capaz de rendirte cuentas, de mirarte a ti mismo y pensar en tus nuevos retos, en todo lo que tendrás que hacer para ser más feliz, para estar más a gusto contigo y, si puedes, con los demás.

vuelvo a casa por navidad, como el turrón. vuelvo al sur, a mi sur. desde allí te seguiré contando historias y pensarás que el mundo es otro, que quizá la vida sea de otro color... azul, por ejemplo.

19.12.07

recuerdos al sur

bajó la mirada y con las manos en los bolsillos volvió andando a casa. sabía que tardaría al menos una hora pero no le importó. ella se marchaba y el quería pasear para poder hacerse a la idea. habían estado juntos casi todo el invierno, y ahora ella volvía a su norte, como en aquella canción. allí acababa el verano. la historia volvía a repetirse y él no podía acostumbrarse.

en la ciudad la primavera empezaba a dejarse notar y una ligera brisa movía las ramas de los árboles que ya querían colorearse de verde. imágenes de mil momentos venían a su mente, imágenes de noches celestes que no acababan, de conversaciones y recuerdos, de paseos por el malecón cuando caía el sol y las calles parecían más doradas, de mañanas saboreando el café que ella había preparado, de siestas que se hacían cortas...

volvió a aparecer tras años escondida. "tengo familia aquí" le dijo aquel verano, por navidad. y en aquellas dos semanas fueron capaces de volar más lejos y más alto que su propia imaginación... fueron días maravillosos de luz y calor, de playa y guitarras, de oír a esos músicos que ella traía de allí, de hablar de los temas que hacían daño aquí... pero voló más lejos y más alto que su propia imaginación y nunca volvió.

hasta hace dos meses que vino a ver a su familia. sus tíos viven en la casa de al lado, así que cuando ella llegó con esa luz, con ese ángel, no pudo más que iluminar su rostro y su sonrisa. se contaron mil historias, mil aventuras de aquellos años que pasaron separados: los días azules, los otros más negros, aquellos que habían enrojecido por el amor, las semanas verdes e incluso esas más amarillentas, que se hacen con recuerdos. todo.

fue como volver a aquel banco donde se dieron el primer beso, como viajar a aquel bar donde me conocieron, como sentir que estaban en el cielo, como volver a mirar atrás en aquella esquina donde se dijeron adiós y que aún estuvieran allí. y estas ocho semanas han vuelto a ser inolvidables... "espero que vengas a verme otra vez" le dijo él. y ella con los ojos empañados, una mota quizá, y sonriendo como siempre, asintió y subió a ese avión que la llevará de vuelta a su ciudad.

¿sabes? para colmo nevó en buenos aires y alguien rodaba una película cerca de allí, mientras aún estaban juntos.

18.12.07

historias

estoy preocupado. las historias se acaban.

esta mañana he tenido una sensación muy extraña al despertar. la radio estaba muda, estaba encendida pero nadie decía nada, no había noticias, no había voces que me ayudaran a conectar con el mundo después de una noche de apacible sueño. así que he pensado que alguna tripa se le habría roto. me he metido en la ducha, y al salir he ido a encender la tele, necesitaba que alguien me diera los buenos días. pero nada. ¿qué pasaba? de nuevo estaba encendida pero no había presentadora de informativos ni hombre del tiempo. ha sido muy raro, pero he pensado que quizá fuera el cable de la antena el que no funcionara. he desayunado y corriendo he bajado las escaleras. ¡llegaba tarde al trabajo! esas son las cosas de no poder oír las señales horarias.

he cogido el autobús en la puerta de casa y durante el viaje nadie parecía extrañado, de hecho, ni siquiera parecía que estuvieran allí, adormilados, como casi todas las mañanas. he llegado a mi parada y al bajar he pensado en ir a comprar el periódico. aún no sabía nada de nada de lo que estaba ocurriendo en el mundo. pero qué casualidad, el kiosco estaba cerrado. ¿qué pasaba? ya era la segunda vez que me preguntaba lo mismo en el mismo día. un cartel avisaba a los compradores asiduos de que no habían llegado los repartidores de prensa y que como no había nada que vender, mañana abriría de nuevo.

así que he subido las escaleras y he llegado a este cubículo que tengo por despacho. acabo de encender el ordenador y veo con incredulidad que no hay internet. ¿cómo? ¿la gran red ha desaparecido? quizá sea un problema del servidor central, ¿no? bah, voy a seguir con mi trabajo, ese que dejé aparcado ayer porque estaba cansado y quería ir a casa.

acabo de oír un rumor en la sala de café. ya no hay historias, se han acabado. ¿será verdad? no lo creo. siempre hay historias, siempre hay cosas que contar, incluso esta. ¿acaso no es una historia que no haya historias? ¿acaso no se puede contar en un periódico que jamás habrá más que contar porque no pasará nada más? el rumor ha salido de mi edificio y toda la ciudad está contagiada. miro por la ventana y abajo la gente se mira extrañada, como si ya lo supiera, como si temieran que fuera verdad.

no pueden acabarse las historias, si mueren ellas morimos nosotros. si no hay historias es porque nosotros no las creamos, porque ya no somos capaces de sentir, porque no somos originales, porque nuestra vida se ha tornado tan monótona que ya no pasa nada. no, no puede ser. las historias no se acaban, no pueden acabar... no mientras el mundo gire, no mientras alguien respire ahí afuera.

pi, pi... pi, pi...
son las 7 de la mañana. las noticias del día son...

17.12.07

nada de líneas

un día alguien pintó una línea que cortaba el planeta y le dijo "jamás podrás atravesarla, si no lo haces te compensaré muy gratamente, si lo haces algo realmente malo puede pasarte. además, ya sabes que tienes la mitad del mundo para seguir viviendo y descubrir nuevos lugares y gentes". él era joven aún y como le había prometido compensarle, aunque no sabía muy bien de quién era aquella voz pensó que no estaría mal hacerle caso. no estaba demasiado convencido pero no le importó y confió en quien le hablaba.

no mucho tiempo después aquella voz volvió y le preguntó "¿estás bien?" y él dijo "sí, muy bien, aún no he visto demasiado mundo, pero te prometo que no voy a atravesar la línea que marcaste". aquella voz que parecía muy amigable le pidió un nuevo favor a cambio de recompensas aún mayores. así que dibujó otra línea que cortaba el planeta en cuatro trozos. "nunca atravesarás esta segunda línea", le dijo. y él que creía que jamás podría conocer tantos países pensó que no le importaba, que al final la recompensa valdría la pena.

la voz no le habló en unos meses y él seguía en su trozo del mundo. vivía contento sus monótonas jornadas de trabajo con la certeza de que en algún momento algo muy bueno le pasaría, como le habían prometido.

un día aquella voz volvió a hablarle: "siento decirte esto, pero debo pedirte otro favor. sin embargo, ya sabes que te voy a recompensar, y además, esta vez lo haré de forma muy muy agradable, ya lo verás". "¿sí?" preguntó él. "sí, pero debes prometerme que jamás abandonarás la ciudad." él se quedó pensando, como si esta vez la oferta no le hiciera tanta gracia, como si le costara desprenderse de esa parte de su libertad. la voz, que sabía que le estaba pidiendo demasiado a aquel hombre bueno, insistió en que la recompensa sería extraordinariamente generosa, mucho más de lo que pudiera imaginar y que además, si salía de la ciudad, quién sabe la de cosas malas que podrían ocurrirle, sí cosas malas, tremendamente malas. "¿cuáles?" preguntó él.

pero la voz se fue y no le respondió. ahora los límites cercaban su ciudad y aquel hombre no sabía que hacer. pensaba que era demasiado estricto pero no se atrevía a dar un paso fuera de ella, ¿qué podría pasarle? así que decidió quedarse, de todas formas tampoco salía mucho de allí, se pasaba los días en el trabajo, no estaba casado ni tenía hijos y cuando tenía un poco de tiempo libre era mejor quedarse en casa, descansando, como siempre había hecho.

los años fueron pasando y aquel hombre se acostumbró a ver el mundo desde los escondites de su ciudad, bajo el manto que la envolvía y que le hacía sentir seguro. o eso creía él.

sin embargo, un día la voz le habló de nuevo. casi había olvidado como sonaba pero volvió y otra vez le prometió grandes recompensas, una vida mejor no se sabía cuando, oro, incienso y mirra, amor, mujeres, alegría y felicidad. "¿a cambio de qué?" preguntó. "a cambio de que jamás abandones tu habitación." "¿mi habitación? ¿estas cuatro paredes?" y la voz le dijo "sí, estas cuatro paredes, de lo contrario..." "de lo contrario, ¿qué? -le interrumpió- me has prometido grandes recompensas durante toda mi vida y aún no he visto nada, olvida tus promesas y olvídate de mí, estoy cansado de esperar."

y salió de la habitación. y cuando salió de casa cogió su coche que casi no había usado en los últimos años y abandonó la ciudad. y nada le pasó. y siguió conduciendo hacia el sur, hacia una de esas líneas que aquella voz había trazado y la dejó atrás y no ocurrió nada. las personas andaban por las calles de otras ciudades, corrían por los parques e incluso se reían y parecían felices. ¿por qué alguien querría ahogarle en un lugar tan estrecho con tanto mundo por descubrir? ¿qué ganaba aquella horrible voz? ¿qué ganaba aquel hombre creyendo todo lo que la voz decía?

no lo sé.

14.12.07

anoche

anoche sentí escalofríos. esa sensación que te viene desde tan hondo, desde las entrañas mismas de tu cuerpo. de tu cuerpo no, de tu alma. sentir como se eriza tu vello en la nuca, en los brazos, como un remolino de sentimientos que te zarandea por dentro... anoche sentía escalofríos con tus canciones, viejo amigo. anoche te sentía cerca, como si los tres estuvieramos en cualquier bar de madrid, no muy lejos de tu casa. en esa ciudad que sigue sumida en la eterna búsqueda de un tesoro, el que tú escondes.

granada está preciosa por navidad. es una ciudad acogedora y bella, una ciudad de antiguos encantos que no pudo ser mejor posada para ti y tus canciones. tampoco pudo ser mejor lugar de encuentro para mí, después de un viaje tan largo desde la capital. ojalá todos los jueves por la noche fueran así. gracias ismael.

13.12.07

duerme

ella había olvidado quién era, había olvidado su nombre, su aspecto, dónde había nacido, a sus amigos de la infancia, a sus compañeros de trabajo... no recordaba dónde vivía ni el año en el que estábamos. cuando despertó aquella noche no recordaba nada.

hoy es distinto. es la primera vez que vengo a verla desde aquel día, no he podido hacerlo antes. no sé, la idea de estar con ella otra vez y notar la frialdad de unos ojos que no me reconocen no me había dado demasiadas ganas ni fuerzas, hasta ahora.

ahí está, tumbada en la cama con uno de esos tubitos por debajo de la nariz, con un par de monitores y conectada a un gotero. el sonido de sus constantes vitales, monótono, como si no pasara nada. es una sensación extraña, nunca la había visto tan frágil y, sin embargo, sigue tan hermosa como siempre.

hace un momento me ha dado un vuelco el corazón. es como si hubiera sentido mi presencia en esta habitación, ha abierto los ojos y con un pequeño hilo de voz me ha dicho "te conozco, la primera vez que te vi fue para pedirte una copa en aquel bar de malasaña..." y ha vuelto a bajar los párpados para quedarse dormida. recuerdo aquella noche, yo estaba sentado en la barra y ella llegó de repente y me dijo "necesito un amigo, necesito contarte mi vida, ¿me invitas a una copa?". desde entonces todo ha cambiado para mí.

¿y sabes? se me ha helado la sangre porque su libro de la memoria se ha vaciado, porque en el baúl de sus recuerdos ya no hay nada (o eso creíamos) y aún así ha sido capaz de reconocerme. casi había olvidado la facilidad con la que podía sorprenderme. ahora me he sentado en este incómodo sillón, cerca de ella, para mirarla, para sentirla. y parece que el mundo ha vuelto a empezar, que estamos a solas, que no existe nadie más. al menos en su mente debe ser algo así ahora. en la mía lleva siéndolo muchos años.

a veces resulta imposible ser su mejor amigo y no poder tocarla, no poder abrazarla y pensar que nunca podré hacerlo y que ni siquiera tendré una oportunidad. disimulo cuando estoy con ella. soy un cobarde, lo sé, pero prefiero tenerla cerca aunque tremendamente lejos que no tenerla. prefiero no perderla. ¿no lo entiendes? no quiero arriesgarme, no sé arriesgarme.

11.12.07

¿se casa? ¡se casa!

- ¡qué dolor! -no pude decir otra cosa, me pilló de improviso cuando me levantaba del sofá y del susto me dí un golpe de esos horribles en la espinilla con la mesita del café.- ¿que te vas a casar?
- sí... dentro de un par de semanas.
- ¿cómo que te vas a casar? ¿qué significa que te vas a casar? ¿con quién? -no podía creérmelo, ¿se nota, verdad?- pero si eres un casi cincuentón feote y barrigudo que nunca ha sido capaz de acercarse a una mujer... venga, que me estás tomando el pelo.
- no, es cierto, de verdad.
- sí, claro. antes de ayer estabas más solo que la una y hoy te vas a casar, ¿no?
- no, digo sí, digo... que sí que me voy a casar pero que antes de ayer no estaba más solo que la una.
- ¿que no? ¿y con quién te vas a casar? ¿cómo ha sido eso? ¿por qué no me has hablado antes de ella? no lo entiendo... no lo entiendo...
- bueno, es que me daba un poco de cosa. ya ves, llevamos más de 20 años viéndonos todos los martes, jueves y sábados sin faltar ni una sola vez a nuestra cita y en todo este tiempo no he tenido contacto (de ningún tipo) con mujer alguna... así que decirte esto ahora... no sé, no quería que creyeras que te estoy abandonando...
- vaya, no lo había pensado de ese modo... así que es verdad, me abandonas por ella.
- no... no lo mires así. verás... es que pienso que ya es hora de compartir mi vida con alguien.
- ¿con alguien? ¿y yo qué?
- tú no eres una mujer...
- ...buena excusa...
- ...además, podremos seguir quedando, aunque tendrá que ser menos a menudo, pongamos... sólo los jueves. y también podremos seguir jugando al tute, aunque creo que ya no podremos ver los documentales de la 2 juntos, ya sabes, a esas horas tendré que estar en casa con mi esposa...
- ¿ves? ¡me vas a dejar! ¿y se puede saber por quién? aún no me has dicho quién es esa bendita (des)afortunada.
- es... mi señora de la limpieza.
- ¿qué? ¿cómo? ¿doña pura? ¿esa mujer tan mayor? ¿la misma que va a tu casa los lunes, miércoles y viernes?
- sí... aunque bueno, ahora también viene los domingos.

10.12.07

el asco

cuatro días más tarde aún no se había movido. allí seguía tumbado en el sofá, aburrido mirando la programación matinal de la televisión pero sin hacerle mucho caso. incluso me había dado las llaves de su casa para no tener que moverse cuando fuera a verle.

- toma, yo no las voy a necesitar en un tiempo. cierra la puerta al salir.

y en esos cuatro días sólo se había levantado para ir al baño y poco más. no comía, apenas dormía y había descolgado el teléfono. las persianas estaban bajadas y un ligero olor acre empezaba a apoderarse de la habitación. había sumido el gran salón de su estudio postmodernista en una oscuridad reflejo de la pesadumbre que llevaba dentro.

asco, eso es lo que sentía o, al menos, eso decía. sin embargo, su cara más que asco expresaba temor, miedo a salir a la calle, a las personas, a respirar el aire limpio pero sucio de madrid. sus manos temblaban sobre la manta, sostenían un libro cerrado que aún no había empezado, ¿acaso temblaba porque también tenía miedo del mundo ficticio dentro de ese libro?

- no consigo sacar este asco de mí, es como si se hubiera apoderado de mis fuerzas, como si me consumiera por dentro. la luz, los olores, los colores, los sonidos, las caras, mis pensamientos, tu sonrisa, todo me sienta mal, todo me da asco, todo es odioso.
- ¿mi sonrisa?
- sí, tu sonrisa, porque sé que no expresa lo que sientes, porque sé que te doy pena...
- no me das pena, me hace gracia que hayas montado todo esto por algo así.
- ¿algo así? para mí es muy importante.
- pues no tendría que serlo.
- ¿por qué no? vivo de ello, me han hecho daño y no puedo evitar pensar que quizá tengan razón. por eso me dan asco ellos y me da asco que la gente pueda pensar como ellos, me doy asco a mí mismo. tanto esfuerzo para nada.
- ¿para nada? tal y como yo lo veo has hecho un favor a muchos, has hecho uno de los grandes trabajos de este año, la gente te apoya porque en un par de semanas has tenido miles de espectadores. miles de personas que te aprecian a ti y que también aprecian tu trabajo. así que levántate de ahí, abre las ventanas y grita al mundo que estás orgulloso de ti y de los que han rodado contigo esta película.

aquel largometraje fue el más importante del año, como yo había augurado y él se convirtió en el mejor director de la década. qué más da lo que piensen unos pocos, aunque a veces esos pocos sean importantes. a mí no me importa demasiado, la verdad.

9.12.07

domingo

recuerdas los tiempos en que, viejo amigo,
ardía en tu boca la azul madrugada.
borracha, afrodita reía y brindaba contigo
dejando el olor de otro cuerpo en tu cama.
¿dónde encallaron esos días?
¿en qué luminosas playas?

huyendo de ti y de la aurora, escapaste
buscando en mil bares el abracadabra
que detiene el tiempo, pero regresaste
y te encontraste a ti mismo esperándote en casa.
y el alba sincericida
trajo su rutina y su ancla.

el amor es la piedra que sísifo empuja.
el mundo el cascabel de un gato asustado.
nadie nos avisó que amar es doler,
que crecer es aprender que para regresar,
y para casi todo, es tarde,
y aquello que no fue
nuestro más leal amante.

así que brindemos ahora viejo amigo:
que acabe este otoño y resuelva el misterio
del eclipse en tu pecho, que aún no nos rendimos.
de la noche aprendimos viejos sortilegios
que ayudan a conjurar
al reloj y sus espectros.

sísifo abandona hoy su piedra en la cima
y el gato se duerme esta noche en tus brazos.
quizás tengan razón y amar es doler
pero quién diablos quiere regresar
si lo que cuenta es aprender
que no está perdido aquello que no fue,
que no está perdido aquello que no fue.

ha sido un día extraño. uno de esos domingos raros en el que los que estaban de visita vuelven a casa y tú te quedas contigo mismo, como antes. ella ha encontrado en algún sitio una entrevista para la radio y yo he estado oyéndola tranquilamente. has cantado canción para un viejo amigo y he comprendido que no hay que perder la esperanza. siempre lo he intuido pero viniendo de alguien con tu serenidad y tu sensibilidad para las pequeñas cosas, heredada quizá de tu padre, tiene mucho más sentido. por fin dejó la piedra en la cima, seguro que todos podemos, imposible is nothing como decía aquel anuncio. lo mejor está por llegar.

esta semana iremos a granada. allí te veremos y de paso nos tomaremos unas cañas a tu salud, brindaremos por ti, viejo amigo. ojalá todo fuera tan fácil.

5.12.07

abuelos

era la navidad de 1936, una navidad diferente a las de ahora, incluso diferente a las de entonces. el terremoto político había hecho añicos una españa que se había roto. dos bandos morían por el control de un país que sufría sin cesar. un pequeño hombre había empezado a tomarle las medidas al bando de los azules y los caciques amedrentaban a los vecinos de los pueblos perdidos.

en olvera, uno de esos pueblos perdidos, dos bebés lloraban al mismo tiempo, puede que ya se echaran de menos. dos vidas paralelas, pero también diferentes. dos vidas que empezaban en un tiempo de hambre y guerra, en un tiempo que no auguraba un futuro feliz.

él creció sin padre, los azules lo mataron al poco de empezar la guerra, ni siquiera llegó a conocerlo. seguramente lo habrían fichado en una de las reuniones del gremio de zapateros, iban a negociar los precios. su madre tuvo que marcharse fuera a trabajar así que él se crió con una familia cercana. ella nació en una familia algo más cómoda, no es que los años de la guerra no fueran duros para ellos, sólo que pudieron soportarlos un poco mejor. sin embargo, también hubo momentos difíciles, una vez incluso tuvieron que huir y resguardarse en algún cortijo alejado del pueblo. los hombres malos no perdonaban a nadie, por eso eran malos.

a los trece años empezaron a verse. ella dice que él no era demasiado guapo, él dice que ella siempre ha sido preciosa. él ha tenido millones de trabajos: representante por las tierras de españa, emigrante, albañil, camarero durante muchísimos años... ella, mujer coqueta donde las haya, siempre fue costurera y luego, también, cocinera en el bar de su marido.

la vida no ha sido fácil para ellos, jamás lo fue. ahora son dos alegres jubilados y más jóvenes que nunca vuelven a pasear por madrid.

mis abuelos han venido a verme así que no podré escribiros durante este puente. sed felices y pasadlo bien. un beso.

4.12.07

la radio

acostumbraba a dormir con la radio encendida, siempre se imbuía en el océano del sueño antes de poder apagarla. era como la canción de cuna que oía cuando era un bebé o como el libro con el que su padre le leía cada noche, como las novelas de allan poe cuando era ya un adolescente... nunca había podido dormirse así, sin más.

aquella noche habían anunciado un nuevo programa en su emisora preferida. de súbito la música jazz que había sonado durante un rato cesó y un extraño ruido le hizo dar un respingo. era un sonido agudo pero no sonaba bien, como si hubiera interferencias. cada vez se hacía más insoportable, no podía escucharlo más, estaba a punto de apagar la radio... paró.

una voz surgió entonces de la nada, una voz extraña, grave pero dulce a la vez, tenía un ligero acento sudamericano, era un hombre, un hombre que hablaba no sabía muy bien de qué. se oía una música de fondo, pero lo suficientemente bajito para no entorpecer la narración de aquel nuevo personaje, era música de ópera.

el sonido estridente la había exaltado un poco, pero ahora volvía a relajarse. cerró los ojos y se sumió en un terremoto de sensaciones. aquella voz la hipnotizaba, la hacía viajar en el tiempo y en el espacio, la lanzaba en un torbellino de colores e imágenes que nunca había experimentado. esa voz se introducía en su cuerpo, erizaba su piel, se apoderaba de su alma y removía sus extremidades entre las sábanas.

una fuerza extraña se hacía con ella mientras la música de ópera se hacía cada vez más evidente en la emisora, y aquel hombre misterioso deslizaba su voz por las ondas hasta su habitación. susurraba historias que ahora sí entendía, que ahora llenaban su cuerpo y su mente, que la hacían sentir distinta, mientras la soprano elevaba su tono y ella ya no controlaba sus sensaciones. cada vez era más extraño y más envolvente, cada vez se hacía más difícil escapar...

de pronto nada se oyó. la voz sugerente se había apagado. ella respiró hondo sin saber aún muy bien qué había pasado, respiró y durmió como hacía mucho que no dormía.

3.12.07

bolígrafos

toc, toc, toc. daba golpecitos en la mesa. toc, toc, toc. daba tres golpecitos seguidos. toc, toc, toc. los daba con un bolígrafo, uno de esos bic que todos usaban en clase para tomar apuntes. toc, toc, toc. era azul, como el cielo que lucía radiante por la ventana. toc, toc, toc. daba tres golpecitos seguidos, cada tres segundos. toc, toc, toc. como si fuera un reloj, siempre con la misma frecuencia.

daba golpecitos automáticamente mientras el profesor explicaba no se qué maravilla de la semántica y miraba a la calle. miraba el mundo de verdad y se imaginaba volando como volaba su imaginación. se imaginaba viajando, recorriendo mares, sin controlar sus alas ni saber donde le llevaban. toc, toc, toc. esquivaba altos edificios, pasaba tan cerca de ellos que había quien, desde dentro, se sorprendía de verle. volaba cada vez más rápido y cada vez más bajo. toc, toc, toc. y se coló, no sabía cómo en uno de esos taxis amarillos que iban por la quinta. nueva york. toc, toc, toc. nadie conducía pero el coche se movía rápido y le llevaba a algún sitio.

toc, toc, toc. the great wall, ponía en un cartel. ¿la gran muralla china? se preguntó. los turistas se apartaban con estrépito, un taxi amarillo surcaba los caminos amarillos hasta no se sabía dónde. toc, toc, toc. el coche no giraba, había una curva y el coche iba recto, ¿qué pasaba? toc, toc, toc. el coche se salía del camino y volaba... toc, toc, toc. ¿la reina de inglaterra? allí estaba, con ropas un poco extrañas y tomando el té con una de las mujeres más estiradas de toda la historia. increíble pero cierto. ¿qué tal el tiempo por londres?

toc, toc, toc. la reina le invitó a pasar a una de las grandes habitaciones de buckingham palace, "sígueme, por favor", le decía. toc, toc, toc. ya no era la reina, era un canguro y ahora se encontraba en el palacio de la ópera de sidney. toc, toc, toc. el canguro se lo llevó en su bolsa a pasear y saltó y saltó tanto que de un brinco apareció en la patagonia, allá por la argentina. preciosa tierra, aquella, por cierto. toc, toc, toc.

el profesor le miraba con cara de odio. toc, toc, toc. ¿se puede saber en qué mundos ha estado hoy? ¿en los de yupi? ¿en el universo de zipi y zape? baje de las nubes, estamos en clase. toc, toc, toc. y ese hombre le sacó de su sueño, el sueño del... toc, toc, toc.

1.12.07

diciembre

hoy comienza el último mes de 2007. las calles se llenarán de bolsas con regalos, de niños que piden a sus padres nuevos juguetes, de historias bajo la nieve... la puerta del sol acogerá a miles de turistas ávidos por descubrir un mundo de luces, colores y árboles de navidad en fechas de frío y solidaridad. todos seremos felices y comeremos perdices.

me gusta diciembre, es una mezcla de pasado y futuro, la esquina donde gira un año que se acaba, donde encontraremos un nuevo camino que aún no hemos andado. diciembre es el tiempo de mirar atrás, de echar cuentas con nosotros mismos y de pedirnos la factura de un año que seguramente no habrá tenido días suficientes para abarcar todo lo que nos habíamos propuesto. pero también es el momento de buscar nuevos deseos, de hacer nuevos esfuerzos para que este año consigamos todo aquello que siempre hemos querido. es el tiempo de hallar la fórmula de la eterna juventud, de encontrarnos a nosotros mismos, de ser más felices...

para otros, sin embargo, es el tiempo de la hipocresía, de pensar que sólo hay pobres en navidad, que dar una limosna lo arregla todo, que otros curarán a esa mujer que anoche dormía en las escaleras del metro... es el tiempo de gastar, de comprar a nuestros hijos cientos, miles de juguetes con los que sólo disfrutarán durante unos días después de la llegada de los reyes magos, o quizá, de santa claus. es el tiempo del marisco exquisitamente caro, el tiempo de las burbujas de freixenet, del turrón de suchard o del lobo, ese que vuelve por navidad, de los ferrero rocher, del pavo... la vida es mucho más bonita cerca del árbol adornado. también es mucho más triste lejos de él.

diciembre trae a mí sentimientos contradictorios, por eso en mi carta a melchor, gaspar y baltasar siempre pido un poco de alegría para aquellos que no tienen con quien pasar "esos días tan especiales". por eso siempre he creído en las segundas oportunidades, en que no todo será siempre oscuro para aquellos a los que la suerte da hoy la espalda.

ojalá alguien me escuche. ojalá volváis a casa conmigo. ojalá nunca perdamos la esperanza.

29.11.07

anhelos

a diario me cruzo por la calle con gente que se pasa la vida anhelando, con tristes miradas que lo darían todo si supieran que algún día van a conseguir la paz en el alma.

ya, ya lo sé. todos anhelamos, todos hemos deseado alguna vez algo que no tenemos. sí, incluso el que os escribe ha añorado alguna vez algo que ha perdido o que ni siquiera ha encontrado nunca. sin embargo lo nuestro es puntual, un pequeño halo oscuro, a lo sumo tres o cuatro historias deshilachadas... pero quiero pensar que para la mayoría de nosotros, la vida está hecha de más luces que sombras.

sus vidas no son así. cabizbajos se levantan cada mañana muy temprano y cabizbajos conducen hasta su lugar de trabajo. pasan las horas y siguen melancólicos, como ausentes, cuando llegan a casa, cuando cenan viendo las terribles noticias en el telediario y cuando vuelven a una cama de la que, piensan, no tendrían que haber salido.

no han perdido las ganas de seguir, la cuestión es que viven porque es lo que les toca pero no porque tengan un motivo que les haga respirar y sentirse parte del mundo. algunos anhelan la compañía de la persona a la que nunca se atrevieron a hablar, otros los días en los que lo más difícil era aprender a atarse los zapatos, otros añoran el olor del café recién hecho y viajar para ver más allá de su estrecha caja de cartón en un portal abandonado, hay quien se desvive por que la persona que cada día despierta a su lado abrace más a sus hijos y olvide los problemas del trabajo... hay quien echa de menos una familia con la que compartir momentos inolvidables y hay, en fin, quien sólo busca la felicidad en un mundo lleno de injusticias.

me resisto a pensar que han perdido la fe en la vida, o en ellos mismos... en el fondo saben que algún día les tocará a ellos. porque dicen que siempre hay un roto para un descosido, porque el mundo no se acaba en estas cuatro paredes, porque tú y yo decidimos... porque el futuro nos sonríe.

28.11.07

tiempo perdido

más rápido, en flashbacks, de colores, deformado, sin ni siquiera notarlo, más lento, incomprensiblemente despacio, quieto, sin pasar... el tiempo moría.

mi reloj no sabía contar las horas que pasaba contigo. no había arena, ni sol que pudiera decirme cuándo podría encontrarte al fin. la vida se hacía eterna a cada paso que daba sin ti. sin embargo, todo era maravillosamente rápido cuando te acercabas a mí.

recuerdo aquellos días de incertidumbre como si alguien no hubiera encontrado un entretenimiento mejor que el de soplarme en el estomágo cada vez que pensaba en ti. pero no eran esas mariposas de otras veces, era algo mucho más fuerte... sí, eran como pinchazos cerca del corazón.

medía mis palabras cada vez que tenía que hablar contigo, planificaba las conversaciones y visionaba cada instante en mi mente para que siempre fueran perfectos. nada podía salir mal. pero todo salía mal. se me secaba la boca y tartamudeaba si tenía que decirte algo, me quedaba en blanco cuando te veía sonreír, temblaba cuando creía que me mirabas de otra manera... era exageradamente patoso y jamás fui capaz de dar un paso adelante.

pasaban las semanas y las páginas de mi calendario caían al suelo como en un otoño cualquiera. la historia se repetía cada mañana en el trabajo y yo no encontraba la fórmula que me acercara a ti de una vez para siempre. hablábamos cada día y estaba casi seguro de que sabías que sentía algo por ti, pero tú no querías darte cuenta.

lo había decidido al entrar en la ducha, aquel sería el gran día, no había marcha atrás. después de tanto marear la perdiz, no iba a dejar pasar más tiempo, necesitaba estar contigo y no a solas en mi triste apartamento. necesitaba trenzar mi cuerpo con el tuyo en el pasar de los años. necesitaba agarrarte fuerte de la mano y olvidar los días perdidos lejos de ti.

y aquel día entré en tu despacho y te vi muy contenta. me dijiste que te ibas, que te habían trasladado, que tenías que cambiar de país porque iban a abrir una nueva sucursal al otro lado del atlántico, que iba a ser una gran oportunidad para tu carrera y que me echarías de menos, igual que echarías de menos al resto de los compañeros... ahí se rompió mi corazón.

el tiempo se escurrió entre mis dedos como los pétalos de tu amor.

27.11.07

la decisión

no creo en el destino. creo en ti y en mí y en nuestra fuerza para cambiar las cosas. nada está escrito, nosotros decidimos.

por eso aquel año, en plena depresión económica, los altos ejecutivos de su empresa pensaron que ya no valía la pena sostener aquella situación, que llevaban meses perdiendo cantidades ingentes de dinero y decidieron declararse insolventes, suspender los pagos y despedir a cientos de trabajadores que de la noche a la mañana se verían con una familia a la que alimentar pero sin nada para llevarse a la boca.

cuando el jefe de plantilla les reunió en el salón de actos de la compañía todos sabían qué era lo que les iban a decir. de hecho, todos entraron con la cabeza baja, como si el peso de la noticia que aún no habían recibido cayera ya sobre sus hombros. las caras de aquellos colegas reflejaban la resignación de los que no podían hacer nada contra lo que ya estaba escrito. y es que el destino había reservado para ellos y para todo el país años de un futuro desorientado, de hambre y pérdida.

pero él dijo que no. se puso a gritar como un loco entre el murmullo apesadumbrado de los que estaban allí. gritó y gritó hasta que todos se callaron y sólo se escuchó su voz. de repente se vio de pie ante 200 compañeros y vio como sus expresiones iban cambiando. y salió a la calle y esos 200 trabajadores le siguieron y recorrieron las grandes avenidas de la ciudad y la gente le seguía. él no sabía dónde iba, no sabía qué estaba haciendo pero seguía gritando y gritando y la gente le aplaudía y le animaba, "estamos contigo, amigo" le decían.

y andaban y andaban y aquello se convirtió en una manifestación que no era manifestación. la gente de las tiendas, de los bares, de las empresas que estaban en su misma situación, salían a la calle y se unían a aquel hombre que había dicho no. y seguían andando y no paraban nunca. alguien preguntó "dónde vamos" y el hombre que había dicho no respondió "ya lo verás". ya lo sabía, ya lo había descubierto. al final de la calle estaba la casa del presidente del país.

para entonces alguien le había dado un megáfono por el que seguía gritando y gritando. luego calló y el murmullo cesó, todos esperaron.

- quiero trabajar, quiero salir de esta situación, quiero que nuestro país salga adelante -al instante, todos los demás dijeron "y yo", "nosotros también queremos salir", "sí, todos queremos"- quiero innovar, quiero dar soluciones a los problemas que tenemos y a los de los demás. tengo algunas ideas y seguro que vosotros también. quiero que sepáis que confío en vosotros, que confío en mi país y que lo vamos a conseguir.

la marea de hombres y mujeres que abarrotaba la gran plaza de la república empezó a hablar en susurros, como asombrada de aquel mensaje que alguien les enviaba.

- quiero que sepáis que somos capaces, que hay que buscar la forma de ganarle a toda esa panda de empresarios adinerados que sólo miran por sus intereses y que nos han dejado en esta situación. somos capaces. tenemos ideas y las pondremos en marcha. sí, encontraremos la forma, ya lo veréis.

y las caras se iluminaron y se empezaron oír "sí, podemos", "a mí se me ocurrió una idea para sacarle más partido a la impresora de casa", "yo encontré la manera de hacer algunas ventas por internet", "yo he decidido crear mi propia línea de ropa"...

la gente no dejaba de dar ideas, los trabajadores abatidos de las empresas que quebraban se estaban dando cuenta de que de verdad podían, sólo hacía falta tomar la decisión. y pensaron que el mundo cambiaría porque pensaban cambiarlo ellos mismos. ellos decidían.

25.11.07

al despertar

aquella mañana al despertar no se levantó de inmediato como acostumbraba. la miró y se quedó observando cómo se movía su pecho, acompasado, arriba y abajo, mientras dormía. no sabía como lo hacía pero siempre amanecía destapada y muerta de frío, no podía estarse quieta. recorrió su cuerpo con la mirada y la vio despeinada y preciosa, con la boca entreabierta y sus graciosas aletas de la nariz hinchándose y deshinchádose como si de velas de barco se tratara.

le gustaba ponerse sus camisetas para dormir, dichosa manía que hacía que no volvieran a su armario sino que se quedaran en el de ella. aquella mañana llevaba una con un dibujo de tom y jerry que habían comprado juntos en su último viaje a barcelona, en una tiendecita "muy mona" -habría dicho ella- perdida en el barrio gótico. había sido un viaje perfecto, como cada uno de los días que habían pasado juntos.

al fin decidió levantarse, bajó las escaleras y fue a la cocina. encendió la cafetera que un día habían comprado de un color que hacía juego con la encimera y se preparó un capuccino al más puro estilo italiano. con la taza en la mano salío al balcón y respiró el aire fresco de aquella mañana soleada en madrid. bajó la mirada y en la calle, algunos rezagados aún querían tomarse la última. él mientras sonreía y recordaba sus noches absurdas por los garitos extraños de la capital. en uno de esos la conoció.

hacía ya muchos años, años de miles de experiencias, de miles de días iguales pero distintos a la vez, en los que no habían dejado de cautivarle eso que él llamaba "las cosas de ella", sus manías, sus costumbres, sus formas de hacer esto y aquello, sus teorías (inventadas) de hasta lo más mínimo, sus gestos, sus miradas que siempre lo explicaban todo... un mundo de connotaciones y sentimientos, en fin, sin el que ya no podía vivir.

sonreía porque se estaba dando cuenta de que se hacía mayor, de que ya no era aquel joven que vagaba por las calles en busca de otro bar en el que acabar la noche, sonreía porque había descubierto la reconfortante tranquilidad que da la felicidad.

22.11.07

a solas

últimamente ando un poco perdido, pero la vida sigue triste y pausada. te marchaste cerrando la puerta hace ya casi dos meses. como el protagonista de la náusea me observo en el espejo y no veo más que un hombre abatido, inmerso en un trabajo que ya aburre y que ni siquiera me apetece terminar. te marchaste y perdí. fin del juego.

hace días que vengo dándole vueltas a todo esto. es como una de esas sit com de televisión, donde nadie envejece nunca. nada ha cambiado durante los dos últimos meses excepto el hecho de que ya no estás. sigo igual de absorto en mí mismo, o en ti, ya no sé muy bien. a veces creo que se trata siempre del mismo día, que toda la vida es el mismo instante, que nada se mueve. te marchaste y todo quedó estático. o puede que no, puede que todo estuviera ya muerto antes de que te fueras, puede que por eso te fueras.

a solas conmigo mismo pierdo la noción del tiempo. ya ves, hoy he despertado por fin, a las tres de la tarde. la nevera está tan vacía como la dejaste. no sé qué es lo que me pasa pero cada vez me parezco más a ese antoine roquentin del que habla sartre. antoine... qué gran ironía. a veces creo que soy él, que me asomo a la ventana y no hay nadie bajo la farola amarillenta.

creo que voy a necesitar un woody allen, algo de psicoanálisis no le vendría mal a un hombre desquiciado por la soledad. pero tú no tienes la culpa, tú estuviste conmigo durante más tiempo del esperado. fui yo el que me aislé, el que dejé de pensar en ti, porque ni siquiera podía pensar en mí. ahora no creo que esté perdiendo el juego, supongo que estoy perdiendo la batalla.

fuera los colores se entremezclan, se me nubla la vista si me veo rodeado de muchos, ya no soy capaz de bajar a la calle. tendrías que volver para curarme. tengo miedo, miedo de mí mismo, de ti, de todo, pero necesito que me saques de aquí. vuelve con la vacuna de esta enfermedad, vuelve con tu regazo y tus historias mal contadas, esas que no tenían fin porque te perdías en los detalles. soy yo, pero me faltas tú.

20.11.07

gente corriente

siempre me ha gustado mirar a la gente. ya sabéis, me impresiona la gran cantidad de almas que se cruzan con nosotros, cada una con una vida, una familia, unas historias. y más, después de volver a madrid. las calles se llenarán de caras cuando se acerque la navidad, las castañas vuelven a oler en las esquinas y las viejas empiezan a hacer su agosto con la lotería.

a veces juego a inventarme las historias de esas caras, me gusta utilizar sus cuerpos para colocarles una vida que no sé siquiera si se acerca a la que tienen. a veces me siento en cualquier rincón de una cafetería y sólo observo. todo empieza a moverse sin mí, todos andan de aquí para allá a través de la ventana y en el centro del mundo algunos conversan.

hoy una pareja se ha sentado cerca de mí. ella no llega a 25, él es un poco más mayor, quizá esté ya en los 30. vienen con una montaña de periódicos, un rotulador y un par de cafés. tienen prisa, se mueren por empezar a buscar un trabajo o a lo mejor su primer piso, el que por fin les dé la independencia, el que les una lejos del ruido de la gran ciudad. quién sabe. después de un rato, esas caras que se iluminaban de entusiasmo han perdido el ánimo. parece que esta vez no ha habido suerte, sólo un par de anuncios les han convencido. pero da igual, van a intentarlo, es hora de empezar una nueva vida lejos de papá y mamá.

una señora mayor ha pasado por delante de ellos. se ha acercado al camarero y le ha hablado en tono amable, como el de las señoras mayores que yo conozco. luego se ha ido a su mesa con un par de infusiones. allí estaba su amiga, seguramente se conocerán de toda la vida. no sé qué dicen, pero se lo están pasando bien. puede que estén recordando los viejos tiempos en los que salían a bailar con sus maridos, o puede que hablen de aquella vez que fueron a benidorm con el inserso o de lo que van a hacer esta navidad. ríen. puede que tengan hijos y nietos, o puede que vivan solas en un apartamento enorme. no dejan de reír. puede que sean las mejores amigas del mundo.

en el otro lado de la cafetería hay una chica de mi edad, a solas. está leyendo un libro, puede que sea interesante. sí, diría que sí, no pierde detalle. es de las mías, cuando deje de leer se pondrá a observar a la gente e inventará sus vidas. para ella también será una forma de acercarse a esas caras, una forma de sentirse más cómoda en un mundo cada vez más anónimo.

la calle está repleta de madres con niños que han acabado el cole y de gente joven que no sé adonde va. creo que me voy a ir a casa. ya es un poco tarde.

15.11.07

deliro

esta semana he estado un poco enfermo. nada grave, un gran catarro que me ha tenido inservible durante varios días y que aún me dura. tampoco es extraño en esta época de frías mañanas, tardes oscuras y hojas que caen.

en la cama todo daba vueltas, los sudores fríos que caracterizan los días de tos y sábanas recorrían mis mejillas como amazonas en estación lluviosa, sin embargo estaba ardiendo y los escalofríos subían y bajaban por mi espalda, como los vecinos de mi edificio por el ascensor. intentaba quedarme dormido y no lo conseguía, sólo podía entrecerrar un poco los ojos pero al instante una horrible visión venía a la negrura de mis párpados.

dragones infernales de piel oscura gritando sonidos inteligibles, soltando fuego por la boca y humo por las orejas, agitando sus colas contra el suelo mientras alguien pequeño, muy pequeño, diminuto, susurra ¿por qué no te callas?

símbolos extraños, cabezas sin pelo, trenes que pasan y no vuelven, sangre que impregna un cuchillo, un joven alegre que se equivoca de amigos en un valle idílico donde todo es maravilloso.

un taxista que aprieta un botón y aparece en mi mundo de ensoñaciones extravagantes, de pensamientos impuros, terroríficos, inventados... la policía te busca, amigo, deja de seguirme y vuelve a casa.

la facultad crece, el campus cada vez se hace más grande y me pierdo, oigo voces que no vienen de ningún sitio, veo letras, folios de apuntes, libros incompletos, anuncios... en un brain storming que no acaba nunca.

despierto. ella está a mi lado y me pregunta ¿cómo estás? me siento como dorothy en el mago de oz, se está mejor en casa que en ningún sitio.

8.11.07

estudiantes

cuatro pisos distintos, en cuatro años de universidad. tres ciudades, una al sur de españa y dos al sur de madrid. un anhelo... la fría esperanza de vivir donde tú vives, allí donde los semáforos colorean las grandes avenidas y donde el cielo se oscurece para que todo parezca más acogedor.

este año vivimos bien, para qué engañaros. nuestro barrio es un lugar alegre, de gente humilde, de largas jornadas de trabajo, de sonidos extraños, de olor a ropa tendida, de cristales opacos en los balcones, de rejas, de niños que corren por el parque, de mujeres que hablan en idiomas distintos y que aún así se entienden, de chinos, marroquíes, subsaharianos, rumanos, rusos, búlgaros, españoles... qué más da. gente corriente con una vida corriente. quizá el tipo de vida del que más historias podemos contar.

sí, este año vivimos bien. ayer fui a pagar la comunidad y un señor de pelo cano y muy barrigudo me abrió la puerta. llevaba la camisa del pijama manchada, como si hubiera estado pintando un cuadro, o como si la llevara desde hacía semanas:

- buenas tardes, vengo a pagar la comunidad -le dije.
- ah, muy bien. dime en qué piso vives -me espetó.
- en el séptimo b.
- ...
- tu cambio y tu recibo -me despidió, cerrando la puerta.

como el que va al banco a pagar el gas o la luz. después de cuatro años fuera de mi rincón en el sur, después de estar alejado durante tanto tiempo del pueblo que me vio crecer y donde todo el mundo se saluda y se pregunta qué tal estás, donde aún todos nos conocemos... no deja de sorprenderme la tremenda frialdad de la ciudad. quizá porque el señor vivía en el noveno, porque ya habrían pasado por allí bastantes vecinos a cumplir con su obligación de buenos contribuyentes o porque su vena artística le impedía relacionarse con los demás, lo cierto es que me sorprendió su espesa amabilidad.

es extraño ver como cambia la vida de un lugar a otro. a veces pienso que la generosidad en el ser humano muere en la ciudad. otros se moverán en ella cuál pez en el agua. a mí me cuesta ser como ellos. sin embargo, este año vivimos bien.

4.11.07

viejo y sucio

miércoles, 24. trayecto o'donnell - príncipe pío.

la boca de metro acogía a todos aquellos que querían resguardarse de las primeras lluvias del otoño. madrid es un universo hecho de millones de mundos distintos. su subsuelo, para no ser menos, se llena de historias cada día entre largas esperas, vagones atestados y grandes paneles publicitarios.

sería poco menos de la una de la madrugada y unas cincuenta personas recién salidas de un concierto a medio terminar, esperábamos impacientes un tren que no llegaba. miradas desesperadas y paseos de ida y vuelta. todos teníamos algo importante que hacer, temprano, al día siguiente, todos con la cabeza en la nebulosa celeste de las sábanas.

por fin, un fantasma blanco y azul asomó sus luces por la oscuridad del túnel. algunos bajaron. nosotros subimos, deprisa, como si el último haz de luz fuera a desaparecer y a dejarnos allí varados, en medio de la nada. una mirada rápida dentro y un asiento se había quedado libre. claro... corrí a sentarme, pobres mis pies malheridos y cansados.

a mi lado, un hombrecillo había pasado desapercibido para casi todos en el vagón. intentaba dormir, oscureciendo su mundo bajo un jersey que ocultaba su rostro. de vez en cuando, si alguien subía o bajaba levantando revuelo, aquella personita gruñía entre susurros, como malhumorado, pidiendo un poco de paz que sostuviera su ligero sueño. estaba sucio, sus pantalones hacía semanas, meses, que no probaban un poco de agua y un olor un tanto agrio subía desde sus axilas cuando levantaba los brazos para taparse los oídos.

de repente quiso emerger desde su profundidad, abrió un poco los ojos y bostezó pensando, a lo peor, en el poco tiempo que tenía para estar caliente y seco, sin temer a los improperios meteorológicos. en esas estaría cuando volvió a bajar los párpados y su cabeza se apoyó en mi hombro. aquel hombre de nulo cabello y barba espesa me había escogido de mullida almohada. una extraña ternura me embargó y pensé en el tiempo que llevaría buscando un hombro como el mío en el que apoyarse, buscando refugio tras tanta soledad.

unas paradas después bajé del tren y el anciano ni siquiera notó mi ausencia. no nos habíamos hecho amigos, seguía durmiendo, o haciéndose el dormido para que los guardias del último turno cuidaran de él hasta la mañana siguiente.

hoy he vuelto a pensar en aquel hombre viejo y sucio.

30.10.07

volvimos a vernos (iii)

hola, ¿estás en casa? si aún no te has dormido coge el teléfono. ya sé que es bastante tarde, ya sé que mañana tienes que ir a trabajar pero necesito hablar contigo. estoy nervioso, tengo ganas de gritar, la vida está a un segundo de escapárseme de las manos, estoy a punto de hacer una locura, me voy de aquí, me voy lejos, muy lejos. cuando sepa dónde estoy te llamo. no creo que tarde demasiado, pero es que ahora no sé nada, no sé qué voy a hacer.

bueno, espera, voy a tranquilizarme. ya sé que querrás saber de qué va todo esto. no tengo mucho tiempo pero allá va.

esta noche he llegado al bar y no estaba allí, no estaba sentada en la barra bajo esa luz fea, y tampoco en el rincón donde se había sentado anoche. no estaba. le he preguntado al camarero y me ha dicho que no había vuelto desde entonces. no he podido evitarlo, automáticamente he pensado en su amenaza "quizá una noche ya no me encuentres aquí". pero luego he pensado que no puede hacerme esto, que me pidió ayuda y que yo estaba dispuesto a dársela.

he pedido una copa y me he sentado en algún sitio libre. he esperado durante un par de horas y no ha aparecido. no ha venido al bar. ya no sabía en qué pensar. me estaba agobiando allí adentro, así que he pagado y me he marchado. el camino a casa ha sido insoportable, jamás se me había hecho tan largo, no podía dejar de darle vueltas a la situación: qué se supone que había hecho mal, cuándo me engañó que no me dí cuenta, tan tonto fui para fiarme de ella, ya se fue una vez y otra vez me ha dejado plantado. aunque bueno, ya me avisó, no sé de qué me quejo.

por fin he llegado al portal y mientras abría he oído una voz: "¿puedo subir contigo?". era ella. y he respirado tranquilo.

hemos estado hablando y dice que no puede estar más tiempo en esta horrible ciudad, que quiere irse, que quiere que la lleve a otro lugar. y ya te lo he dicho, estoy dispuesto a hacerlo. creo que nos vamos al sur, cuando lleguemos te llamo. un abrazo.

29.10.07

volvimos a vernos (ii)

¿sabes? anoche volví a verla. no estaba sentada bajo aquella triste luz amarilla. parecía escondida parapetada detrás de la barra, cerca del baño. apenas su silueta se dibujaba en aquel rincón oscuro y su mirada, como suspendida, se perdía en la espesa bruma del bar. no tardé en acercarme a ella y como era costumbre, ni siquiera me miró. cogió su copa, dio un trago largo y pausado, como la vida que llevaba, y me habló:

- ¿por qué has estado tanto tiempo viniendo a verme?
- no lo sé. supongo que estoy enamorado de ti.
- no quiero que te enamores de mí. ¿no te das cuenta de que puedo volver a escaparme? quizá una noche ya no me encuentres aquí.
- correré ese riesgo.
- no, no quiero tenerte como a un perrito faldero. quiero estar aquí, a solas, sin nadie a quien rendir cuentas. me gusta vivir así, al fin y al cabo, es como he vivido durante toda mi vida.
- no me importa.
- no, vete. te juro que te haré daño, que un día te joderé tanto que odiarás haberme encontrado de nuevo. y luego me iré de aquí y no volverás a verme, no quiero que vuelvas a verme, no quiero que te preocupes por mí, no quiero que estés cerca, que me toques, no te quiero.

no pude articular palabra. a decir verdad no me imaginaba que aquello pudiera acabar de esa manera. así que me levanté y ya me iba cuando...

- quiero irme contigo. llévame lejos de aquí, llévame a ese lugar del que tantas veces me has hablado, a ese rincón cerca de ningún sitio donde no hay nadie más que tú. dónde puedas cuidar de mí y hacer que sienta que aún valgo para algo.

entonces volví a enmudecer. me quedé como petrificado, ya no sabía si había oído lo que había oído. me di la vuelta y sus ojos estaban llenos de lágrimas, temblaba. volvía a ser aquella muchacha indefensa que yo había conocido, la misma que en los años de universidad había sido mi compañera inseparable.

esta vez no voy a dejarla marchar. contéstame cuando leas esto. ahora tengo que irme, he quedado con ella en el bar.

25.10.07

volvimos a vernos

allí estaba ella, al final de la barra, jodida y radiante y yo me enamoré. quién no se ha enamorado al pie de una barra.

esa historia no es suya. yo se la conté. aquella noche se había colocado debajo de una de las pocas luces del garito y el color pálido de aquella bombilla no le hacía justicia. se le marcaban las ojeras de muchas noches sin dormir, se la veía más cansada y mucho más delgada que la última vez. no sabría decirte cuánto tiempo hacía. el caso es que no pude evitarlo y me acerqué a ella. ya sabes que soy hombre de poca voluntad.

el camarero me sirvió una copa. ella ni siquiera me miró, pero ya me había reconocido. empezó a recordar con amargura los tiempos en los que aún salía de aquel bar, aquella noche que vagamos por las calles de madrid sin rumbo fijo y que descubrimos que la ciudad no dormía, que muy al contrario estaba aún más viva bajo el oscuro cielo de noviembre.

me dijo que desde que no nos veíamos todo había cambiado, que todo era aún más difícil. que ya no éramos niños, que lo que un día fue futuro ilusionante, hoy se había convertido en presente inútil e incierto. que ya no tenía ganas de luchar contra la marea del miedo. que nada le había salido en años de un viaje desolador por la vida. que no había encontrado puertas abiertas ni compañeros de huida.

y yo recordé lo mucho que había creído en ella. sus ojos eran más tristes pero tenían aún ese brillo de antaño, guardaban una promesa, una caja de sorpresas que nadie había abierto porque nadie se había acercado a ella. pensé que había llegado el momento de sacarla de aquel bar, de enseñarle otra luz distinta de la de aquel antro asqueroso. pero no lo conseguí.

ella prefirió quedarse. y yo vuelvo cada noche para convencerla. creo que estoy volviendo a enamorarme. lo sé, y ya te lo dije, soy un hombre débil.

4.10.07

puntos suspensivos

y llegó octubre y volvieron las carreras camino de la universidad, los "uff, ¿otra vez?" en los pasillos y los bostezos mañaneros escuchando la perorata, a veces, excesivamente soberbia de algún que otro profesor que no sabe ya en qué tiempo vive.

lo que no ha llegado es la autopista de la información a la pequeña habitación que regento en un lugar indeterminado de la geografía madrileña. mis lectores me perdonarán, seguro. intentaré no demorarme demasiado. no obstante, espero poder contaros alguna que otra historia en este tiempo.

un abrazo a todos.

p.d. quiero mandar desde aquí un sentido recuerdo para mandarina azul, amiga inseparable de las historias trucadas y de la buena música. te echaremos de menos. (por cierto, tenéis un link a su prolífico blog en este rincón).

27.9.07

estrellas

ella siempre volvía a aquel lugar. le gustaba sentarse sobre las piedras y disfrutar observando el reflejo de la luna sobre el mar. ella creía que cada ola era un recuerdo, cada suspiro que traía el océano un nuevo impulso para contar, era allí donde había imaginado los cuentos más bellos, los poemas más profundos.

y siempre era igual. miraba al cielo iluminado por millones de puntitos brillantes y se quedaba absorta, prendada. hacía cabalgar su mente sobre las brisas marinas y la llevaban a cada uno de esos diminutos mundos iluminados. un remolino de colores, de letras, de notas musicales la transportaban a un lugar mágico, casi divino donde todo se componía de mil maneras distintas cada vez.

allí podía ver a un hombre que reflexionaba acerca del mundo y sus problemas (sus alegrías, también), o quizá veía a una triste adolescente que suspiraba por un muchacho que aún no sabía que existía, puede que viera alguna vez un bar donde dos amigos conversaban acerca de los viejos tiempos, o puede que sintiera el pinchazo horrible en alguien que pierde a un ser querido, o el pinchazo maravilloso en el que encuentra a su amor perdido... a veces también se veía a ella misma viviendo sus propias experiencias.

en fin. cada estrella en el cielo era todo un universo de sentimientos que ella luego plasmaba en sus textos. cada estrella y su rayo de luz significaban una nueva historia, un nuevo relato con el que transmitir al lector, un nuevo poema con el que atraparlo, divertirlo, asombrarlo o conmoverlo, pero sobre todo, significaban una nueva forma de poder compartir.

cada minúsculo agujero en el tapete azul de la noche se había convertido para ella en una catarata enorme de pequeñas y maravillosas vivencias.

23.9.07

septiembre

se esfuma septiembre. se escapa entre mis dedos como arena de playa. el agobiante calor se apaga y llega la lluvia. las hojas en los árboles empiezan a palidecer de tristeza casi, y bajan al suelo donde nadie las recoge.

es tiempo de despedidas, de hasta prontos y vueltas al trabajo, a los estudios, a los lugares de los que escapamos a finales de junio. septiembre se acaba y yo vuelvo a madrid. ciudad de gentes y lugares. ciudad de olores, de sensaciones. ciudad que sangra por sus calles coches a todas horas, semáforos que no dejan de colorear un cielo oscuro, caminos llenos de paradas que aún no conozco. madrid llama a todos los que aún no han vuelto.

septiembre es punto y aparte. olvera recupera el blanco y negro de otras épocas, nadie anda por las calles, todo es distinto. septiembre es un inciso que te lleva de nuevo a la realidad, a tu realidad, a esa que habías aparcado, a esa que ya echabas de menos. septiembre siempre vuelve con nuevos, o quién sabe, quizá los mismos bríos de antes.

septiembre se marchita poco a poco.

19.9.07

al sur del sur

al día siguiente volverá a casa y todo será como siempre fue. pero hoy quiere aprovechar su último día en la ciudad perdida, quiere saborear las caricias de la brisa que los mares del sur traen desde tan lejos. no está dispuesta a olvidar ni tan siquiera un instante, volverá allí con su mente cada vez que se encuentre desorientada en ese laberinto de calles, coches, semáforos e incesante ruido, en esa selva de acero donde lo más importante es ser la mejor jefe de ventas de todo el clúster.

al día siguiente volverá a casa y todo será como siempre había sido. lo que ocurre es que ya no quiere volver, que se ha dado cuenta de que la vida es algo más que darse cabezazos contra el parqué de la bolsa porque tus acciones han caído un uno por ciento, que lo verdaderamente interesante de la vida no está en el estrés de un par de días de viaje para asistir a una reunión en las más altas cumbres de la economía mundial. ahora sólo piensa en perderse en ese paisaje al sur del sur. visitar ciudades con las que ha soñado, descubrir que lo que te hace respirar es saber que no sabes nada, que nada es previsible, que siempre hay alguien que puede enseñarte, que la vida no se acaba en estas cuatro paredes, que hay que disfrutar de la maravillosa hazaña de estar vivos.

por eso al día siguiente no volverá a casa, porque no quiere que todo vuelva a ser como antes. por eso no tomará ese avión. se quedará allí, al sur del continente para mirar al norte y saber que no sabe nada. para empezar un viaje que la llevará lejos, por un camino precioso de personas y recuerdos.

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gracias a gabriel mancilla por su blog fotográfico y por sus poesías que me dejaron escribir esto, gracias a aroa por saber buscar tan bien en la red.

17.9.07

personas

siempre me ha impresionado la cantidad de caras distintas que podemos llegar a ver. caras que esconden tras de sí toda una vida como las nuestras, puede que más interesantes, puede que menos divertidas... todas esas caras tienen una historia y buscan un futuro.

miles y miles de personas que atestan la latina en las primeras noches de verano, que como tú compran en el supermercado de la esquina, que beben y se emborrachan en los bares igual que tú, quizá en los mismos en los que tú lo hiciste alguna vez. caras que ya has visto antes y no sabes dónde, personas que se unen un par de horas y que luego vuelven a su vida, una vida muy parecida a la tuya.

y entre todas esas horas trenzadas que forman las vivencias de un alguien cualquiera encontré aquel instante que me llevó a ti, el mismo que te trajo a mí. tantos kilómetros nos separaban, tantas personas a tu alrededor y en algún momento aparecí yo. no sabes cuánto me alegro.

14.9.07

ventiún años

ayer fue mi cumpleaños. un día movido, gente que iba y gente que venía. miles de personas en las calles de albacete. y mientras yo cumplía un año más y sólo habían pasado cinco minutos desde la última vez que había mirado el reloj.

ayer fue un día de recuerdos. un día para pensar en todo lo que había ocurrido en estas veintiuna primaveras (veranos, otoños, o inviernos...). y me di cuenta de que lo más importante de mi vida aún no ha pasado. me di cuenta de que me quedan muchos lugares por visitar, muchas personas por conocer y muchos momentos dulces que pasar. también sé que habrá momentos difíciles, días de lluvia, tardes de sol, paseos por la playa, noches en vela, largas conversaciones, duros días de trabajo, libros desconocidos, nuevos discos de cantantes geniales, conciertos en salas vacías...

hoy escribo. y escribo porque quiero contaros mis historias. espero que sigáis ahí. un beso.

3.9.07

vuelvo pronto

la distancia me aleja de este punto de encuentro durante unos días... el dios del tiempo libre ahora ha venido a llevarme a mí. no será mucho tiempo, seguro que me asaltan las dudas, os contaré trozos de una vida que no es la mía, que quizá sí lo sea.

nos vemos pronto. un beso.

27.8.07

noches

fragmentos de una noche rota. imágenes fijas, que se mueven, muy nítidas, borrosas, rojos, verdes, amarillos, azules, voces que vienen, canciones que van, trozos de alguna conversación, una boca que se mueve al hablar... botellas vacías.

retazos de una vida nocturna incendiada, de todo lo que nos hizo ser como somos ahora. ¿quién dijo que los mejores amigos no se encuentran alrededor de un par de vasos de ron? diez años pasarán y volveremos a encontrarnos, como en aquella canción, tengo una cita contigo.

ahora tu nombre me suena a barras de aluminio, a rincones oscuros de bares solitarios en los que hablábamos durante horas mientras bebíamos, mientras soñábamos con el futuro y recordábamos los tiempos de la niñez. tú contabas siempre las mismas historias y yo hablaba a menudo de los mismos cantautores. ya no había secretos, demasiadas noches en vela.

aquella rubia nos marcó a los dos, pero no supimos qué decirle, se marchó. al rato te fuiste tú, yo me quedé mirando por la ventana, a un par de jóvenes no les dejaban entrar en el garito de enfrente.

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la cita. ismael serrano en los paraísos desiertos.

24.8.07

recuerdos

volvía a aquella habitación después de un largo tiempo de exilio. todo estaba casi igual que aquella tarde, aunque estaba claro que mamá había colocado un par de cosas donde no era en alguna de sus rutinarias jornadas de limpieza.

mis viejos comics amontonados en el estante de encima de la cama, siempre prestos para una lectura tranquila antes de cerrar los ojos y dormir. también estaban los cd's de jazz que me había regalado el abuelo cuando aún no había escuchado demasiadas cosas y los cascos que compré con mis primeros ahorros para poder oír toda aquella música y poder perderme en los detalles. también estaban mis libros de flanagan, el detective que sin sabueso ni watson todo era capaz de descubrir, con él crecí y también me enseñó muchas cosas, a como tratar a las chicas, por ejemplo. sí, y allí estaba aquella piedra que recogí en la playa. la piedra en la que escribí tu nombre y que pensé en guardar para siempre.

algo se movió dentro de mí en aquel momento. sentí que aún latías cerca de mi corazón y que quizá, sólo quizá, no te habrías olvidado de mí.

el mundo gira y no podemos hacer nada por impedirlo. sólo debemos disfrutar de lo que tenemos y pensar que cada momento es tan valioso como aquellas cosas que sólo suceden una vez. por eso mis ojos se humedecieron cuando abrí la puerta de mi antiguo santasanctorum. recordé lo divertida que había sido mi infancia y pensé que tendría que volver más a menudo.

22.8.07

me quedo aquí

hace unos meses volvió para recordarme que otro mundo es aún posible, que no hay que cansarse de vivir aunque parezca inútil pues puedo cambiar el lugar dónde vivimos. volvió y me sorprendió que hablara de lo mismo que hablaban otros en otros tiempos.

aquel joven viajero que con su amigo quiso recorrer el sur en una vieja moto que les dejó tirados en medio de la nada, aquel filósofo que inspiró a toda una generación de franceses que hicieron vivir unos días de intenso trasiego a finales de los 60, aquel chileno que vivió ilusionado antes de morir decepcionado a manos de un dictador en un triste campo de fútbol, o aquel trovador que aún hoy vive pregonando ideales que ya nadie escucha porque creen imposibles...

ellos y otros nos abrieron los ojos a una realidad que por cercana, quizá, ni siquiera sabíamos que existía. tú volviste y permitiste que me acercara a una parte de la historia que no conocía. por eso me quedo aquí, esperando a que no tardes en venir de nuevo.

16.8.07

¿oz?

entorno los ojos porque aún no me he acostumbrado a tanta luz. ¿cuánto tiempo ha pasado? quizá un par de horas... sin mis gafas no veo más que un par de tablones de colores y algunos focos muy borrosos. sí, ahora lo veo mejor. la escena ya está preparada, los cientos y cientos de actores en miniatura se colocan para rodar una de las partes más importantes de la película. y ahí aparece ella, judy... a decir verdad, siempre ha sido una chica muy guapa, pero parece estar mucho más bella en los días clave. las coletas rojizas destacan más aún sus mejillas sonrosadas por el colorete sobre su piel blanca.

sssshhhhh... silencio, van a empezar a rodar. los enanitos van y vienen, los niños corretean cantando graciosas cancioncillas, la bruja buena ha llegado, la mala está ahí debajo, judy se pone sus chapines rojos y anda y salta por el camino de baldosas amarillas hasta el final del plató. ¡perfecto! váyamos a por el espantapájaros.

¿otro sueño?

13.8.07

nunca es tarde

tus pies se hundían mientras paseabas a mi lado, siempre me ha gustado la huella que dejan. no sé si lo recordarás ya, el agua estaba fría pero no importaba porque hacía tiempo que no paseábamos por la playa.

tú me hablabas de lo que habías estado haciendo durante todos estos años y yo asentía convencido de que casi había estado allí, cientos de veces me había imaginado pidiéndote una copa en alguna de esas terrazas del paseo, volviéndote a ver. todo me era tan familiar que no habría apostado a que hacía casi 5 años desde que decidiste marcharte.

seguías tan guapa como siempre. aquellos ojos marrones me sorprendieron otra vez como lo habían hecho antes, cuando me enamoraron de ti. yo no podía dejar de mirar tu pelo ondeando con el viento y tú no podías dejar de hablar. idiota de mí casi había olvidado tu voz y ahora volvía a sonar como música en mis oídos, aunque no sabía muy bien lo que decías, no quería ponerme celoso.

al llegar a las rocas volví a entender lo que aquel remolino de palabras quería decir. habías estado pensando en mí y por eso me habías mandado la postal. decías que necesitabas a alguien cerca, que me necesitabas a mí, me pedías que me quedara contigo...

¿que qué hice? qué iba a hacer, lo había estado esperando tanto tiempo...

7.8.07

otra vez

un hombre mira desde una ventana la vieja muralla de dubrovnik. aquella enorme construcción que encierra la antigua ciudad ha visto ya muchas cosas, quizá demasiadas. no obstante, sigue firme.

los ojos del hombre lloran ahora como lo hacían en 1991 durante los bombardeos cuando aviones y misiles se cebaban con un pueblo maltratado ya por dos años de guerra.

de nuevo la tragedia se acerca a dubrovnik. el fuego hizo estallar varias minas antipersona olvidadas en la guerra. los recuerdos se amontonan y el agrio sabor de boca que le acompañó en aquellos años vuelve a este hombre.

sin embargo la muralla sigue ahí, erigida en símbolo inequívoco de la fortaleza de un pueblo que nunca desfallece.

ayer murieron 19 niños en tel afar

un niño pierde la inocencia en cualquier parte del mundo y yo me pregunto qué será de él, qué será de esos ojos que han visto a tan temprana edad lo que jamás tendrían que haber visto, quién le devolverá lo arrebatado...

miles de niños soldado pierden la inocencia la primera vez que cogen un arma. otros trabajan esclavizados, en pleno siglo xxi, cosiendo los balones que luego beckham regalará a otro niño con mucha más suerte. algunos deben cargar con el peso de toda una familia que depende de sus ingresos. otros simplemente mueren de hambre o de sida, o de las dos cosas, porque los grandes países del primer mundo les han dado la espalda.

quiero pensar que no estamos tan lejos de todo esto, quiero pensar que algo podemos hacer, aunque sólo sea darnos cuenta de la inmensa suerte que hemos tenido. sin embargo, jamás será suficiente.

6.8.07

ya ves (ismael serrano)

ya ves, a veces me canso de ser hombre y también
me agota escuchar que todo va bien,
y ver tristes hombres mirando al sur,
y no existir si no me miras tú.

ya ves, a veces me canso de perderte y saber
que estamos solos y no va a volver
guevara para darme la razón
de no verte tendida en mi colchón.

y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
y mientras tanto,
si hoy se cae la habana,
¿el día de mañana
quién será nuestro dueño?

así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aún sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
así yo canto para recordar
que aún seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.

ya ves, a veces me canso de ser libre, de ser
libre para venderme y caer
muerto donde mi libertad prefiera,
siempre al otro lado de tu frontera.

ya ves, a veces me canso de mí y de no tener
valor para buscarte y cometer
todo delito que este amor exija.
"quieta ahí, tus labios o la vida".

y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
y mientras tanto,
si arde lacandona
si marcos abandona,
¿quién será nuestro dueño?

así yo canto para recordar
que sigues a mi lado,
que aún sueñas despierta porque así
vencemos el cansancio.
así yo canto para recordar
que aún seguimos vivos,
si no ves más allá de tu horizonte
estaremos perdidos.

5.8.07

¿soñaba?

esta noche he tenido un sueño. soñaba que era parte de una muchedumbre ansiosa, no sabía que hacía allí, no sabía por qué me habían arrastrado hasta aquella esquina ni por qué alguien se entretenía en refrescarnos con un enorme botellín de cocacola. soñaba que un camarero con cara de alelado me recitaba la carta de un bar en la terraza de mi casa. soñaba que dos enamorados eran capaces de dar luz, con tan solo mirarse, a toda una excursión de japoneses cámara en ristre por cualquier ciudad del mundo. soñaba que una voz de niño me hablaba más barato porque no hacía spots en hawai... soñaba con nieve, curvas imposibles, obras sin razón, jabones, vacas sordas, carteles sin comprensión, superhéroes heridos, rocas en reproducción, ciclistas que distraigan, richards claydermans con sus pianos sin control y... una maratón.

no, no soñaba.

4.8.07

a oscuras (bis)

llevaba varios días enjaulado en aquel antro de aire viciado y nulo encanto. el camarero me hablaba pero apenas podía entender de qué iba toda esa sarta de palabras que salía de su boca casi a borbotones. mi mente había escapado de allí. ahora vagaba por un mundo de sonidos estridentes e imágenes borrosas, alguien gritaba mi nombre, yo no dejaba de repetir el tuyo. la ciudad ardía bajo mis pies y yo sólo tenía frío. nadie habitaba las calles, todo parecía negro... la vida había muerto. nunca pensé que un pequeño rayo de luz pudiera significar tanto.

3.8.07

a oscuras

allí estabas tú. la sonrisa marcada como a fuego, los ojos tristes, tus manos temblaban sobre la barra de aquel bar y sin embargo, aún salían de tus dulces labios palabras llenas de optimismo. no sabías qué ibas a hacer. no sabías dónde poder encontrar una respuesta que te solucionara la vida, así, como por arte de magia. por primera vez en mucho tiempo entendí que necesitabas mi ayuda. "no te preocupes", te dije. acaricié tu mejilla sonrosada y pensé que jamás volvería a dejarte escapar.
 
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