23.6.08

verano

caminaba en paralelo a las vías del tren, como si quisiera caminar hasta el infinito, donde ellas morían y él vería un universo distinto, distante, contrario a aquel pueblo de ancianos y vacas en el que se había criado por error, pensaba él.

el verano estaba a punto de llegar y con él también lo harían otros niños acostumbrados a una realidad más divertida, menos apartada del mundo. y traerían consigo historias de todo un año, hablarían de cuentos y nuevas experiencias, de juguetes y cosas aprendidas, de películas vistas y libros leídos. él tendría que volver a mirarlos con ojos como platos y dientes rechinando.

soñaba a finales de junio con subir a uno de esos trenes que alguna vez por semana pasaban por el pueblo para viajar a esos otros lugares distintos que él no había tenido oportunidad de visitar. soñaba con abandonar todo aquello y andar por una gran ciudad, rodeado de gente, de vida. soñaba con habitar otros mundos donde nadie le conociera, donde pudiera pasear sin ser observado, donde hubiera otras cosas más allá del río, de los animales y de la plaza del pueblo.

¿sabes? a mí me da por pensar que el ser humano es insatisfecho por naturaleza. nunca tenemos lo que queremos o simplemente puede que siempre queramos algo más de lo que tenemos. algo más bonito, algo distinto, lo que otros tienen... yo hoy me conformo con abandonar madrid y huir a ese pequeño pueblo al sur que me espera y que, aunque sólo sea por algunas semanas, me alejará del ruido de obras y gentes. donde los semáforos no existen y la vida nace en la calle. donde sigo siendo yo.

16.6.08

de chubasqueros

el día en que salió de casa con el chubasquero celeste supo que no iba a llover más. aquel día un gran sol lucía en todo lo alto y ella decidió ir al parque a dar un paseo. sus ojos azules, de un color que hacía juego con su chubasquero, no paraban de moverse observando cada rincón de un mundo que no dejaba de sorprenderla.

la primavera estaba acabando pero los pajarillos seguían tan vivos como siempre, cantando en las copas de los árboles, revoloteando entre las las ramas coloreadas de sauces llorones. sonreía al ver los tonos cálidos de un verano que se acercaba. y supo que no iba a llover más. que a partir de entonces todos irían abandonando poco a poco la ciudad y empezaría esa época extraña y sugerente en la que podía disfrutar de los lugares más recónditos de ella sin tantas prisas ni tanta gente, sin ruido de coches ni ambientes cargados. a solas, sin más.

ella se enamoraba cada año de las calles por las que andaba en invierno sin atender a su belleza, sin mirar a los ojos a los que paseaban a su lado, sin saber quiénes eran aquellos viajeros espontáneos que de vez en cuando se reunían en un vagón de metro y después se desvanecían entre pasillos y recovecos. ella se enamoraba cada año de la luz de una ciudad que cambiaba y se hacía más bella cuando los habitantes eran menos y las emociones más verdaderas.

está a punto de llegar el verano y en madrid sigue lloviendo. el cielo está gris y yo acabo de salir de un resfriado inoportuno... notas de agua y frío. notas de lluvia.

7.6.08

larry


nueva york, 1952. la redacción del times estaba a punto de cerrar en una de esas noches tranquilas de finales de primavera. larry oldman era el único periodista que aún no se había marchado del edificio, siempre se quedaba hasta al final y nadie sabía por qué, ni siquiera él. era uno de esos viejos sabuesos ultraconservadores que llevaba décadas en la profesión, sin haberse llevado una buena noticia a la boca. gafas gruesas, sombrero de ala, anchos tirantes, una libreta y un par de plumas en ristre, eran sus señas de identidad. sin embargo, nunca le habían servido de mucho.

aquel día alguien telefoneó a la redacción. era una voz sugerente, de mujer, de femme fatale, pensó él. la voz susurró unas cuantas cosas a su oído impaciente y para cuando hubo colgado el auricular, una primicia estaba a punto de salir por sus dedos para plantarse en alguna linotipia de las que tenían en el primer piso. la ciudad iba a tambalearse, el periódico acogería el mayor de los prestigios y él se convertiría en el periodista más grande del siglo.

no había tiempo para contrastar la noticia, la fuente le había convencido, todos los flecos estaban bien atados, era una historia sin fisuras y de todas formas, a aquellas horas no podía consultar con nadie. aquello tenía que ser contado. ¡paren las máquinas! ¡tengo un notición! al día siguiente nueva york se despertaba con estas líneas en portada:

la verdadera realidad del club habana. a últimas horas de la noche de ayer este periódico pudo saber que el citado club había recibido un cargamento de puros procedente de la isla maldita. al mismo tiempo, también supimos que el mismo local fue el centro de un intercambio de dinero por cientos de botellas de ron. además, el new york times supo a las mismas horas que un avión llegará esta mañana a la ciudad lleno de bailarines cubanos para actuar en algún lugar de esta maravillosa urbe, muy presumiblemente, en el mismo club habana.

después de esta entradilla, larry estaba convencido de ser el periodista más avispado del lugar. había dado todas las pistas para evitar un gran delito al día siguiente. sin embargo... por la mañana, todos sonrieron pícaramente. el club habana había ganado muchísimos clientes aquel día, nadie en toda la ciudad querría perderse semejante fiesta para celebrar la llegada del verano. larry, otra vez has metido la pata.

3.6.08

llama que se apaga

a veces la vida me parece la llama de una vela que se enciende, que fluctúa, que va y viene, que parece apagarse y vuelve a lucir, que a veces crees que ya no puede brillar más fuerte, que dura y nunca se agota... hasta que irremediablemente la cera acaba y tú apenas te das cuenta, o puede que sí lo hagas. y después de todo comprendes que tu luz ha iluminado otras velas, otras vidas y que esos resplandores jamás van a olvidarse, que tu lugar no lo va a ocupar nadie aunque las demás sigan brillando.

¿y sabes ese pequeño punto de luz que se queda en la mecha cuando la llama se apaga? ¿ese pequeño punto que parece una estrella en mitad de la noche? esa incandescencia son los recuerdos en las mentes de los demás. los recuerdos que nunca se van, porque no pueden irse, porque la vida es demasiado corta para olvidar. ismael me ha acompañado estos días, como siempre. y he de darle las gracias. ayer paré en unos versos que me empujaron un poco más y me ayudaron a seguir andando, siempre adelante.

si se callase el ruido
oirías la lluvia caer
limpiando la ciudad de espectros,
te oiría hablar en sueños
y abriría las ventanas.
si se callase el ruido
quizá podríamos hablar
y soplar sobre las heridas,
quizás entenderías
que nos queda la esperanza.

sé que tiene otro significado, pero también sé que cada línea de una canción encierra un sentido en sí misma. y sé que si se callase el ruido aún nos daríamos cuenta de muchas cosas y entenderíamos que nos queda la esperanza.

por eso hoy quiero brindar por nosotros, por ti y por mí, por ella, por la vida que se va y no vuelve, por la incandescencia de unos recuerdos anclados en tu ser, por saber que después de todo nadie se va porque siempre habitarán en ti... porque hoy es siempre todavía.

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letra de la canción si se callase el ruido, de ismael serrano. y brindo por nosotros, tres palabras mágicas de una amiga de este blog. gracias a todos.
 
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