27.9.07

estrellas

ella siempre volvía a aquel lugar. le gustaba sentarse sobre las piedras y disfrutar observando el reflejo de la luna sobre el mar. ella creía que cada ola era un recuerdo, cada suspiro que traía el océano un nuevo impulso para contar, era allí donde había imaginado los cuentos más bellos, los poemas más profundos.

y siempre era igual. miraba al cielo iluminado por millones de puntitos brillantes y se quedaba absorta, prendada. hacía cabalgar su mente sobre las brisas marinas y la llevaban a cada uno de esos diminutos mundos iluminados. un remolino de colores, de letras, de notas musicales la transportaban a un lugar mágico, casi divino donde todo se componía de mil maneras distintas cada vez.

allí podía ver a un hombre que reflexionaba acerca del mundo y sus problemas (sus alegrías, también), o quizá veía a una triste adolescente que suspiraba por un muchacho que aún no sabía que existía, puede que viera alguna vez un bar donde dos amigos conversaban acerca de los viejos tiempos, o puede que sintiera el pinchazo horrible en alguien que pierde a un ser querido, o el pinchazo maravilloso en el que encuentra a su amor perdido... a veces también se veía a ella misma viviendo sus propias experiencias.

en fin. cada estrella en el cielo era todo un universo de sentimientos que ella luego plasmaba en sus textos. cada estrella y su rayo de luz significaban una nueva historia, un nuevo relato con el que transmitir al lector, un nuevo poema con el que atraparlo, divertirlo, asombrarlo o conmoverlo, pero sobre todo, significaban una nueva forma de poder compartir.

cada minúsculo agujero en el tapete azul de la noche se había convertido para ella en una catarata enorme de pequeñas y maravillosas vivencias.

4 comentarios:

AROAMD dijo...

con ella, contigo, conmigo, ...
me alegro mucho de compartir palabras, eso es lo que me gusta de esto, las habitaciones con las puertas abiertas
la luz desconocida
y ya que empieza a ser familiar
y también asombra
espontánea
un fuerte abrazo

silvana melo dijo...

Estamos aquí, cerca pero lejos. Pensando, sintiendo, que esas estrellas son las mismas (¿o no?) que las que yo veo en mi cielo, en mi noche. ¿serán las mismas o tanto nos separa el mundo? o será setiembre, que huyó de tu tierra y se vino a la mía. Siempre es hermoso encontrarte

Isabel Burriel dijo...

Y lo tremendamente paradójico es que cuando vemos esas estrellas que tanto nos hacen pensar, nos llega una luz emitida hace millones de años. Quizá ya ni siquiera existe mientras tú la ves...

Rodolfo Serrano dijo...

Hermoso lo de cada agujero en el tapete azul de la noche

 
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