8.11.07

estudiantes

cuatro pisos distintos, en cuatro años de universidad. tres ciudades, una al sur de españa y dos al sur de madrid. un anhelo... la fría esperanza de vivir donde tú vives, allí donde los semáforos colorean las grandes avenidas y donde el cielo se oscurece para que todo parezca más acogedor.

este año vivimos bien, para qué engañaros. nuestro barrio es un lugar alegre, de gente humilde, de largas jornadas de trabajo, de sonidos extraños, de olor a ropa tendida, de cristales opacos en los balcones, de rejas, de niños que corren por el parque, de mujeres que hablan en idiomas distintos y que aún así se entienden, de chinos, marroquíes, subsaharianos, rumanos, rusos, búlgaros, españoles... qué más da. gente corriente con una vida corriente. quizá el tipo de vida del que más historias podemos contar.

sí, este año vivimos bien. ayer fui a pagar la comunidad y un señor de pelo cano y muy barrigudo me abrió la puerta. llevaba la camisa del pijama manchada, como si hubiera estado pintando un cuadro, o como si la llevara desde hacía semanas:

- buenas tardes, vengo a pagar la comunidad -le dije.
- ah, muy bien. dime en qué piso vives -me espetó.
- en el séptimo b.
- ...
- tu cambio y tu recibo -me despidió, cerrando la puerta.

como el que va al banco a pagar el gas o la luz. después de cuatro años fuera de mi rincón en el sur, después de estar alejado durante tanto tiempo del pueblo que me vio crecer y donde todo el mundo se saluda y se pregunta qué tal estás, donde aún todos nos conocemos... no deja de sorprenderme la tremenda frialdad de la ciudad. quizá porque el señor vivía en el noveno, porque ya habrían pasado por allí bastantes vecinos a cumplir con su obligación de buenos contribuyentes o porque su vena artística le impedía relacionarse con los demás, lo cierto es que me sorprendió su espesa amabilidad.

es extraño ver como cambia la vida de un lugar a otro. a veces pienso que la generosidad en el ser humano muere en la ciudad. otros se moverán en ella cuál pez en el agua. a mí me cuesta ser como ellos. sin embargo, este año vivimos bien.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro de que eches de menos la calidez de tu rinconcito del sur.Aquí estará siempre para recibirte, aunque este año vivas bien.
Un beso

Isabel Burriel dijo...

Pues a mi me cuesta vivir bien en Madrid. No sé si a ti te ha pasado antes, cuando no estabas tan bien como ahora pero esto es demasiado grande y a veces, inhumano.


besos

Castigadora dijo...

Bueno yo vivo en una ciudad mediana, no es como Madrid o Barcelona, y también está en el Sur, que (no sé si será amor de patria chica) para mi es el mejor lugar para encontrar amabilidad en la gente que no te conoce.
Pero a pesar de eso noté el cambio cuando me mude de mi pueblo a la ciudad.
Es cierto que en las grandes ciudades siempre todo es más frio, pero puede ser que las personas se protegen ante todo lo que arrastra el vivir en esas urbes!

Siempre encantada de leer tus historias, reflexiones...

Un Beso!

Abel dijo...

Yo me adapté rápido a la ciudad. Pero... sinceramente, prefiero vivir en un lugar pequeño, no sé tú.

Saludos ;-)

Isabel dijo...

Estoy de acuerdo contigo a medias,la ciudad descompone la cercania de las personas ,pero el que quiere ser amable lo es en todas partes...
Por cierto, mi hija también estudia lo mismo que tú,hermosa y creativa profesión...
Me dais envidia.
Un abrazo desde el sur... :-)

Mandarina azul dijo...

Yo mismo, de nuevo tu escrito invita a reflexionar. Y me pongo a pensar, y me digo que no me gustan, para vivir en ellas, las grandes ciudades (sí para otras cosas), y que estoy muy a gustito en la pequeña ciudad en la que vivo... Pero a continuación me digo también que podemos vivir bien más o menos en cualquier sitio medianamente aceptable siempre que nosotros estemos bien.

¡Un beso! :)

Ana dijo...

Llevo 4 meses y medio aquí y estoy deseando volver a mi ciudad, donde todo es más pequeñito, estar al lado no significa 30min en metro, donde me es más fácil respirar...
Un saludillo

Pasitos de bebe dijo...

No creo que el papel de una gran ciudad sea la amabilidad, aunque esa gran ciudad este llena de gentes de otras ciudades más pequeñas...los pueblos. Entonces creo que es la mezcla de multitud y velocidad lo que crea la brusquedad. El papel de una gran ciudad es ser fria pero acojedora a la vez, eso lo consigue Madrid

Buen día!!

 
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