27.11.07

la decisión

no creo en el destino. creo en ti y en mí y en nuestra fuerza para cambiar las cosas. nada está escrito, nosotros decidimos.

por eso aquel año, en plena depresión económica, los altos ejecutivos de su empresa pensaron que ya no valía la pena sostener aquella situación, que llevaban meses perdiendo cantidades ingentes de dinero y decidieron declararse insolventes, suspender los pagos y despedir a cientos de trabajadores que de la noche a la mañana se verían con una familia a la que alimentar pero sin nada para llevarse a la boca.

cuando el jefe de plantilla les reunió en el salón de actos de la compañía todos sabían qué era lo que les iban a decir. de hecho, todos entraron con la cabeza baja, como si el peso de la noticia que aún no habían recibido cayera ya sobre sus hombros. las caras de aquellos colegas reflejaban la resignación de los que no podían hacer nada contra lo que ya estaba escrito. y es que el destino había reservado para ellos y para todo el país años de un futuro desorientado, de hambre y pérdida.

pero él dijo que no. se puso a gritar como un loco entre el murmullo apesadumbrado de los que estaban allí. gritó y gritó hasta que todos se callaron y sólo se escuchó su voz. de repente se vio de pie ante 200 compañeros y vio como sus expresiones iban cambiando. y salió a la calle y esos 200 trabajadores le siguieron y recorrieron las grandes avenidas de la ciudad y la gente le seguía. él no sabía dónde iba, no sabía qué estaba haciendo pero seguía gritando y gritando y la gente le aplaudía y le animaba, "estamos contigo, amigo" le decían.

y andaban y andaban y aquello se convirtió en una manifestación que no era manifestación. la gente de las tiendas, de los bares, de las empresas que estaban en su misma situación, salían a la calle y se unían a aquel hombre que había dicho no. y seguían andando y no paraban nunca. alguien preguntó "dónde vamos" y el hombre que había dicho no respondió "ya lo verás". ya lo sabía, ya lo había descubierto. al final de la calle estaba la casa del presidente del país.

para entonces alguien le había dado un megáfono por el que seguía gritando y gritando. luego calló y el murmullo cesó, todos esperaron.

- quiero trabajar, quiero salir de esta situación, quiero que nuestro país salga adelante -al instante, todos los demás dijeron "y yo", "nosotros también queremos salir", "sí, todos queremos"- quiero innovar, quiero dar soluciones a los problemas que tenemos y a los de los demás. tengo algunas ideas y seguro que vosotros también. quiero que sepáis que confío en vosotros, que confío en mi país y que lo vamos a conseguir.

la marea de hombres y mujeres que abarrotaba la gran plaza de la república empezó a hablar en susurros, como asombrada de aquel mensaje que alguien les enviaba.

- quiero que sepáis que somos capaces, que hay que buscar la forma de ganarle a toda esa panda de empresarios adinerados que sólo miran por sus intereses y que nos han dejado en esta situación. somos capaces. tenemos ideas y las pondremos en marcha. sí, encontraremos la forma, ya lo veréis.

y las caras se iluminaron y se empezaron oír "sí, podemos", "a mí se me ocurrió una idea para sacarle más partido a la impresora de casa", "yo encontré la manera de hacer algunas ventas por internet", "yo he decidido crear mi propia línea de ropa"...

la gente no dejaba de dar ideas, los trabajadores abatidos de las empresas que quebraban se estaban dando cuenta de que de verdad podían, sólo hacía falta tomar la decisión. y pensaron que el mundo cambiaría porque pensaban cambiarlo ellos mismos. ellos decidían.

10 comentarios:

Isabel Burriel dijo...

De grandes ideas tomadas conjuntamente salen cosas buenas. Tiene que venir la verdadera revolución social.
Un beso

Abel dijo...

Yo tampoco creo en el destino.
Mi futuro está en mis propias manos, ¿y el tuyo?

Azul dijo...

Siempre he sido consciente de que el poder, el verdadero poder, es de la gente, pero se duermen, se olvidan... porque ¿de que va a valer? y eso piensan...

El conformismo, y darle a todo lo que nos parece complicado el nombre de "utopía", es suficiente para adormecer...

El otro día un "amigo" en el Palacio de Congresos dijo algo esperanzador... otro mundo no es posible, es inevitable...

Gracias por la invitación, encantada de la visita.

Un saludo

Castigadora dijo...

Que bueno! La revolución del trabajador, que sería de las empresas que los explotan si no tuvieran esas necesidades que los obligan a aguantar y aguantar!!!

Todos juntos siempre lograremos más que separados, en el mundo actual se ve todo de manera muy individual y sólo juntos podemos lograr grandes cambios que beneficien a muchos

Yo tambien quiero!!!!

Besossss!!!

Antonio dijo...

Hmm.. interesante; me recuerdas a alguien, pero sólo tengo un caballo muerto.

Si te vale mi zapato;)

Jorgelina Mandarina dijo...

Es cierto, todos podemos, todos tenemos ideas, asi como miedos...

Pero podemos!

Has sido la inspiracion que me faltaba este dia...

Gracias Compañero!



Un fuerte abrazo y un par de besos...

Anónimo dijo...

YO SABIA QUE ESCRIBIAS MUY BIEN, PERO HOY CASI ME HACES LLORAR
TE QUEREMOS MUCHO

Anónimo dijo...

NO SE SI LOS GRANDES GENIOS NACEN O SE HACEN. MI IMPRESION ES QUE ESTAS EN EL CAMINO.ESPERO QUE ME DE TIEMPO VERTE LLEGAR A LA META.

ENHORABUENA SEÑOR FILOSOFO...


UN ABRAZO.

Mandarina azul dijo...

Ay, yo mismo, cómo me gusta que escribas así, como lo haces, con el corazón...
Me quito el sombrero una vez más, ¡genial!

:)

Anónimo dijo...

Hay que tener fuerza y tú la tienes. Estoy segura de que conseguirás todo aquello que te propongas.Besos.

 
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