22.11.07

a solas

últimamente ando un poco perdido, pero la vida sigue triste y pausada. te marchaste cerrando la puerta hace ya casi dos meses. como el protagonista de la náusea me observo en el espejo y no veo más que un hombre abatido, inmerso en un trabajo que ya aburre y que ni siquiera me apetece terminar. te marchaste y perdí. fin del juego.

hace días que vengo dándole vueltas a todo esto. es como una de esas sit com de televisión, donde nadie envejece nunca. nada ha cambiado durante los dos últimos meses excepto el hecho de que ya no estás. sigo igual de absorto en mí mismo, o en ti, ya no sé muy bien. a veces creo que se trata siempre del mismo día, que toda la vida es el mismo instante, que nada se mueve. te marchaste y todo quedó estático. o puede que no, puede que todo estuviera ya muerto antes de que te fueras, puede que por eso te fueras.

a solas conmigo mismo pierdo la noción del tiempo. ya ves, hoy he despertado por fin, a las tres de la tarde. la nevera está tan vacía como la dejaste. no sé qué es lo que me pasa pero cada vez me parezco más a ese antoine roquentin del que habla sartre. antoine... qué gran ironía. a veces creo que soy él, que me asomo a la ventana y no hay nadie bajo la farola amarillenta.

creo que voy a necesitar un woody allen, algo de psicoanálisis no le vendría mal a un hombre desquiciado por la soledad. pero tú no tienes la culpa, tú estuviste conmigo durante más tiempo del esperado. fui yo el que me aislé, el que dejé de pensar en ti, porque ni siquiera podía pensar en mí. ahora no creo que esté perdiendo el juego, supongo que estoy perdiendo la batalla.

fuera los colores se entremezclan, se me nubla la vista si me veo rodeado de muchos, ya no soy capaz de bajar a la calle. tendrías que volver para curarme. tengo miedo, miedo de mí mismo, de ti, de todo, pero necesito que me saques de aquí. vuelve con la vacuna de esta enfermedad, vuelve con tu regazo y tus historias mal contadas, esas que no tenían fin porque te perdías en los detalles. soy yo, pero me faltas tú.

13 comentarios:

Abel dijo...

Qué fuertes los lazos que el hombre es capaz de crear; y qué difícil es dejarlos atrás.

Castigadora dijo...

Un buen relato, reflejo exacto de lo mucho que perdemos sin darnos cuenta, y de lo que necesitamos a la gente que se nos va.

Un fiel reflejo, me gusta tu estilo

Besos!

Anónimo dijo...

¡Qué bonito y qué triste! Pareces mayor reflexionando sobre el fracaso de una historia.
A mí también me gusta muchísimo tu estilo, sólo espero que en este caso no sea autobiográfico.
Besos para los dos.

eigual dijo...

Escribes genial...

Jorgelina Mandarina dijo...

Se siente tan propia esta historia, es el año del estar estaticos... Parece que estos sintomas hasta cruzan el charco.

Gracias por el lugarcito en tu espacio! Se siente a gusto aca. Y por pasarte por el mio.


Un Fuerte Abrazo!

AROAMD dijo...

ánimoooooooooooooo
un abrazo

Rodolfo Serrano dijo...

Tus dos últimos pst me han gustado mucho. El de gente corriente me parece de una gran sensibilidad y capacidad de observación.Saludos

Anónimo dijo...

QUE BONITO,QUE SENTIDO¡¡¡
POR QUE SE QUE NO ES REAL,QUE SI NO ME HUBIERAS CONVENCIDO DE LO MAL QUE LO ESTAS PASANDO Y ALLA QUE ME IVA YO A MADRID A INTENTAR AYUDARTE.
CADA VEZ ME GUSTA MAS LEERTE
SIGE ASI
BESITOS

Isabel Burriel dijo...

Hay un puntito en este muchacho que no me gusta. Es un perdedor, se muestra como un perdedor y casi se regodea en ello. ¿Era esa tu intención?

Un beso

.... dijo...

Por casualidad encontré este pequeño rincón azul, me impresionó lo que leí, no tengo ni encuentro palabras con las que expresar lo que este relato me ha hecho sentir.

Gracias.
Besos

yo mismo dijo...

¡hola, inte! claro, es un reflejo del hombre de la náusea. es un tipo que sabe lo que le pasa, pero que no puede salir de ese sentimiento, no sabe cómo cambiar lo que le está pasando, por eso al final pide ayuda.

por otro lado quiero dar la bienvenida a todos aquellos que encontráis en estos días un lugar en mi rinconcito azul. espero que os sintáis como en casa. un beso.

Eclipse dijo...

muy como en casa.. siempre leo y pocas veces comento... a veces tus palabras simplemente me enmudecen. Pero sigue así, prefiero esos silencios cargados de imágenes que me asaltarán luego en sueños.
Me encantó eso de que quizás ya estaba todo así antes, pero ahora ella no está y uno viene a darse cuenta.
Sigue con tus historias. Hasta cuando relatas lo más simple se siente genial leerte.

Mandarina azul dijo...

Querido yo mismo, cada día se está más a gusto en tu casa azul. Parece que tu catarro no fue grave, y que, además de toses y sudores fríos, te dejó la inspiración en perfectísimo estado. ¡Madre mía, cómo escribes!
Mmmm... ¿seguro que "La náusea" no la escribiste tú?

¡Un beso, yo mismo! :)

 
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