2.7.08

la cortina


tras la cortina azul una figura no dejaba de moverse al otro lado de la habitación. yo estaba tumbado en la cama, la siesta veraniega después de la comida no me permitía mantener los ojos abiertos durante mucho rato, así que puede que fuera una de esas ensoñaciones como las que tienen aquellos que vagan por el desierto viendo espejismos que primero están y luego ya no.

sin embargo no creo que fuera así del todo. aquella figura se movía como danzando, balanceaba sus brazos y se contorneaba al son de una extraña música. tan extraña como las ropas que se le intuían. flecos, velos, turbantes... quizá deliraba un poco. y creo que tenía algo de fiebre. parecía otra época en otro lugar del mundo pero pienso que estaba en casa, como siempre. en fin...

olvidé el sueño y me levanté de la cama, despacio, en una penumbra de persianas bajadas y calor sofocante. esquivé los pequeños muebles mientras pisaba aquello que más que un suelo de baldosas eran arenas movedizas. "qué extraño", recuerdo que pensé. al llegar a la cortina me escondí como pude para poder ver aquella figura mejor. era una mujer, una mujer muy joven de larga cabellera y tostada piel.

avancé haciendo a un lado la tela azul que me separaba de ella. y ya no estaba. no estaba. ni se oía música alguna, ni había rastros de arena al otro lado. "qué extraño", recuerdo que pensé. así que abochornado de mí mismo quise regresar a la cama de la que no tendría que haber salido, volví a correr aquella cortina y la figura regresó. la música sonó de nuevo y las contorsiones de la joven seguían allí como si nunca se hubieran ido.

descorrí la cortina de sopetón, aquella vez no tendría tiempo de irse. pero desapareció. decepcionado corrí la cortina otra vez y otra vez volvió. pero la descorrí y se fue de nuevo. "qué extraño", recuerdo que pensé. y también pensé "valiente cortina, que parece una pantalla de cine". y luego sonreí. así que corrí el telón, la muchacha volvió, me tumbé en la cama y entre sueños y verdades a medias me dispuse a disfrutar del espectáculo.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

leyendo estas palabras y escuchando esta música me han dado ganas de cerrar los ojos y ponerme a bailar detras de esa cortina...pero te aseguro que si fueras tú el que corriera esa cortina no desapareceria por nada del mundo.

En El Corazón del Bosque dijo...

Qué maravilla de cortina, lástima que no puedo escuchar la música.

Genial que hayas vuelto, se te echa de menos... como a los palitos PEP. Gracias por la visita.

Besos

Eclipse dijo...

delicioso....
estas cuotas de sensualidad le quedan muy bien a tus letras.
envidio tu verano... pero me encanta que te haga escribir cosas tan lindas. el invierno me tiene hecha un ovillo y más chiquitita de lo que soy.
me mantiene viva el sueño de playas y quizás alguno que otro espejismo.
besotes.

Anónimo dijo...

Esa cortina y esa siesta de verano. Algo tan sencillo y a la vez algo tan idílico. Me gusta la siesta, me gusta la siesta en verano.
Feliz siesta.

Jorgelina Mandarina dijo...

Que hermosa imagen mental que has sembrado!!!


Siempre es un placer pasar por aqui...
Esos sueños locos son preciosos...


Un fuerte abrazo!!!

Andina dijo...

La Que No Está

Ninguna tiene tanto éxito como La Que No Está. Aunque todavía es joven, muchos años de práctica consciente la han perfeccionado en el sutilísimo arte de la ausencia. Los que preguntan por ella terminan por conformarse con otra cualquiera, a la que toman distraídos, tratando de imaginar que tienen entre sus brazos a la mejor, a la única, a La Que No Está. (A. M. Shua)
Ojalá mañana a la hora de la siesta, corras esa cortina azul y ella esté, así no te la tienes que imaginar en brazos de otra. Ojalá.
Andina- Patagonia- Argentina

TUITA dijo...

Qué buena siesta!! Describes muy bien todos los detalles. Leyendo el texto parecía que lo estaba viendo.
Besos.

Anónimo dijo...

Efectivamente, la cortina azul existe...Pero es tu imaginación la que te jugó una ¿buena? pasada durante la siesta.

Estupenda entrada.

 
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