13.11.08

andando

andaba susurrándole al viento, despacito, como cuando sólo quieres andar por sentir tus piernas y saberte eterno, como cuando lo único que necesitas es disfrutar de la ciudad que te acoge, mirar caras desconocidas pero tan cercanas que casi podrías descifrar sus vidas encerradas en sus ojos. como cuando lo único que te apetece es que el sol te bañe las entrañas y te recorra el cuerpo para aliviar el tedio y la rutina.

y no sabía dónde, pero sus pasos la guiaban por las calles mientras observaba edificios altos como torres de babel. caminaba desorientada en aquel laberinto de cristal oscuro y metales pesados, entre paredes grises y pequeñas luces de colores que se encendían y se apagaban mientras dirigían el tráfico de cientos de personas que a un tiempo se encontraban en el mismo lugar aunque distintas urgencias los llevaran por direcciones, también distintas.

en su camino encontró obras que la hacían cruzarse de acera cada vez que a alguien se le ocurría abrir una herida en el suelo de la ciudad, también encontró hileras de niños que salían del colegio y la saludaban sonrientes, con los brazos muy arriba, apuntando alto, alto, y moviéndolos a un lado y al otro, como si temieran no ser vistos. ella también les sonreía y les decía adiós mientras ellos subían al autobús.

pero no dejaba de andar, y al cabo de un rato empezó a comprender dónde la llevaban su pies. así que al paso de unos minutos allí estaba. plantada delante del escaparate más bonito que nunca había visto. el mismo que tantas veces había contemplado en sus excursiones a aquel lugar, cuando era pequeña. no lo pensó,  entró y preguntó por su cómic favorito. reconoció al vendedor, era el mismo hombre delgado y bonachón de antes, aunque bastante más avejentado. le sonrió, pagó y después de echar un rápido vistazo a la tienda, intacta desde hacía años, volvió a casa.

y lo hizo como siempre... con la nariz dentro de un libro. 

6 comentarios:

Eclipse dijo...

qué fantástico, volver a la niñez y a la lectura al mismo tiempo.
yo necesito hacerme más tiempo para leer... creo que ansío que de una vez llegue el verano para pasarme días enteros con la nariz dentro de un libro, sin los retos de mis padres de cuando era adolescente porque lo único que hacía en vacaciones era dormir, comer y leer.
qué lejos parece todo aquello ahora...

Anónimo dijo...

¡Qué agradable volver a casa y ponerse a leer,sin más!

Yo creo que si volviera por Cádiz y me dejase llevar por mis pies también me llevarían hasta la plaza Mina,a mirar los escaparates de las librería Mignon(ahora Quentum)

Tu post me ha hecho recordar muchos viernes por la tarde,cuando era todavía estudiante y dedicaba un trocito del fin de semana a disfrutar en las librerías.¡Qué tiempos!

Un beso para los dos.

Elegi@ dijo...

Ahora mi tiempo es dificil, pero tengo muchas ganas de volver a ese tiempo de leer. Es viernes amigo, salud con una copa de buen tinto, bien por tu inspiracion. Un abrazo

, dijo...

Es muy bonito.

Vértigo dijo...

Hacía tiempo que no venía por aquí... Me gusta leerte.

Carlota dijo...

has hecho que paseáramos con ella... gracias :)

 
Copyright 2010