14.1.09

un par

aquellos dos tipos amenazaban con iniciar una disertación sociológica de lo más compleja acerca del cómo, el cuándo, el dónde y el por qué de las cosas que les habían llevado a estar en aquel lugar, a aquella hora y con las mismas tristes ganas de acabar la botella whisky más asquerosa y cara de un bar oscuro en mitad de una noche aciaga.

los dos habían cumplido años de penas y traiciones en los que una barra de aluminio había sido el único apoyo para ambos. todos esos días de temores y enemigos... todas esas luces que en lo negro de aquel túnel parecían mujeres desnudas y no habían sido más que difuntos fantasmas de almas igual de perdidas, con algo más de suerte. aquella barra de aluminio donde apoyaban sus copas había sido también el lugar donde sostuvieron sus miedos, sus pasiones... el lugar donde cantaron las letras de aquellas canciones pasadas de moda, como ellos.

el camarero les había cerrado la puerta tantas veces en las narices que al final siempre dejaba que durmieran allí, con el cuerpo escacharrado y las cabezas pegadas a la última copa sin recoger. la misma historia de siempre, los mismos pesares, las mismas lágrimas que se derramaban encima del mismo hombro, del mismo abrigo... dos balas perdidas que alguien disparó alguna vez. dos pétalos marchitos de flores que fueron hermosas, que marcaron algunas vidas, que olieron alguna vez a rosas... dos oscuras golondrinas ancladas a una piedra que no les dejaba volar. dos palabras del mismo sueño que ya estaba roto... la certeza de no salir de allí.

y tú que los veías todo los jueves, mientras jugabas al póker respirando las briznas de una espesa cortina de humo que había levantado uno de tus puros. habano, por supuesto. y tú que los veías bajo aquella luz verdosa de extrañas propiedades... tú siempre les invitabas a otra. te hacían gracia, decías. jamás habías tenido un amigo tan fiel, un sancho tan fantástico que no abandonara tu causa, que siempre estuviera a tu lado. tú sólo sabías ganar dinero, comprar joyas caras a esa mujercita que habías conocido el mes pasado... sólo sabías querer ser más sin llegar a serlo. y pensabas... ellos dormirán solos pero se tienen el uno al otro. yo dormiré acompañado, pero ¿acaso me queda alguien?... y envidiabas sus vidas, sus penas... y también sus pocas alegrías. 

9 comentarios:

yo mismo dijo...

porque a veces las miserias personales acaban encerradas entre cuatro paredes invisibles... porque a veces, el que menos tiene tiene más que el mundo entero y jamás seremos capaces de verlo. porque las dificultades de la vida no deben cegarnos... porque hoy es miércoles y mañana, irremediablemente, será jueves.

besos y abrazos.

Anónimo dijo...

Bueno,ya sabes lo poco que yo necesito para sentirme la peersona más feliz del mundo...Yo soy rica aunque no tenga dinero.

Me pareces mayor cuando te leo.No me hago a la idea de dónde buscas y encuentras la experiencia para escribir y reflexionar como lo haces en tus post y luego en los comentarios con que los aclaras.

Un beso para los dos.

Luis Cano Ruiz dijo...

Me encanta la trsteza de algunos de tus personajes, como les describes y como enseñas que, ha menudo, el que tiene menos no teme perder, sino que sólo puede encontrar algo, y casi siempre, y mal o bien, lo encuentra.

Un saludo.

Lucina dijo...

Estas letras, cargadas de significación, cada una de ellas y el poder que tienes de trasladarme a ese bar..
Un beso

silvia dijo...

Hay una máxima en marketing (que desgraciadamente es tan real como la vida misma) En esta vida de nada sirve ser bueno, sino parecerlo...

Escaparates, máscaras, sonrisas tatuadas... pero todos con nuestros pesares, nuestros talones de Aquiles... Creerse más, es ser menos...

Me encanta!

P.D: Como me encanta tu comentario en mi blog, eso de "personas que dejan asaltarse"...

Anónimo dijo...

Porque cuando has tocado fondo, al menos, sabes que ya no puedes perder nada más...

Es más sencillo vivir en la sombra que arriesgarte a que la luz te ciegue.

Un fuerte abrazo desde el Otro Lado

Ceci dijo...

saborea rico tus lecturas siempre.
Y esta vez me he quedado con ese interrogante que, de tercos o aburridos tal vez, muchas personas no alcanzamos la claridad en la respuesta. ¡que son las cosas que realmente valen en nuestros días?

eso interpreto.
me dejas pensando.

Ceci dijo...

y eso es bueno.

:)

saludos!!!

ceci

Isabel Burriel dijo...

Oye, muchas gracias por tu comentario. Realmente, podrías haber venido fue muy divertido.
Lo que sí que te animo a que tú que escribes tan bien mandes un relato para la próxima edición.

Muchos besos

 
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