22.4.10

hilo conductor

un hilo conductor. un haz de luz que coloreaba cada semana que vivieron juntos. una película soleada de idas y venidas. de encuentros. una señal que los hacía volver a verse. como en algo para recordar o como en esas historias de disney que siempre acaban bien. un guiño del futuro o una estrafalaria concatenación de casualidades. al final siempre volvían a verse en alguno de aquellos bares de malasaña.

las barras pegajosas de aquellos antros sostuvieron miles de copas en aquellos años. centenares de conversaciones que no decían nada nuevo, que sólo recordaban tiempos pasados, casi siempre mejores. dos almas libres tan iguales que apenas se miraban, ya sabían qué era lo que estaban pensando. y tan distintas que nunca llegaron a tener una relación constante. quizá en algún momento los encuentros fueran menos casuales, quizá compartieran algunas noches en alguna época. pero al final siempre se desvanecían entre neones y humos celestes.

pero nunca llegaron a nada. nada serio, quiero decir. durmieron juntos la mayoría de aquellos días. se dieron calor en las frías noches de madrid, mientras afuera la nieve siempre caía. se acompañaron cuando notaban el zarpazo de la soledad, el disparo eterno que los ahogaba cada martes y trece. siempre estuvieron en el mismo lugar cuando alguno lo necesitó. siempre pensaron que eran más que amigos, que ni siquiera eran amigos, que eran otra cosa. que jamás serían otra otra cosa.

hasta que el hilo se rompió. y se dieron cuenta de que aquello necesitaba una solución. pensaron que ya no tenía sentido andar buscándose en atmósferas oscuras, que no había razón para seguir escondiéndose el uno del otro, que aquello era así, que no había marcha atrás. que era mucho mejor compartir el mismo lado de la cama. que en días de lluvia lo mejor era refugiarse en alguien. así que no hubo más encuentros cifrados. no hubo más hilos conductores ni más pasadizos secretos. no hubo estragos, no hubo sacrificios. sólo aquello que, sin saberlo, siempre habían estado buscando.

4 comentarios:

Eclipse dijo...

genial... ojalá siempre fuera así.
pero a veces no pasamos de los hilos conductores, de una vaga coincidencia para curar el frío o refugiarnos bajo techo alguna mañana de sol.

maria jose dijo...

¿Y hay algo mejor que dormir juntos,darse calor en noches frías de cualquier parte y acompañarse cuando se siente el zarpazo de la soledad...?

Yo creo que no.

Me he pasado sólo un momento.Tengo que repasar todo lo que no he leido por falta de tiempo.

Un beso para los dos.

Belén dijo...

Lapena es esa, que hasta que no se rompe, pensamos que no necesitamos reparación...

Besicos

Anónimo dijo...

No hay nada mejor que tejer realidades con el hilo de las casualidades

 
Copyright 2010