aquella mañana al despertar no se levantó de inmediato como acostumbraba. la miró y se quedó observando cómo se movía su pecho, acompasado, arriba y abajo, mientras dormía. no sabía como lo hacía pero siempre amanecía destapada y muerta de frío, no podía estarse quieta. recorrió su cuerpo con la mirada y la vio despeinada y preciosa, con la boca entreabierta y sus graciosas aletas de la nariz hinchándose y deshinchádose como si de velas de barco se tratara.
le gustaba ponerse sus camisetas para dormir, dichosa manía que hacía que no volvieran a su armario sino que se quedaran en el de ella. aquella mañana llevaba una con un dibujo de tom y jerry que habían comprado juntos en su último viaje a barcelona, en una tiendecita "muy mona" -habría dicho ella- perdida en el barrio gótico. había sido un viaje perfecto, como cada uno de los días que habían pasado juntos.
al fin decidió levantarse, bajó las escaleras y fue a la cocina. encendió la cafetera que un día habían comprado de un color que hacía juego con la encimera y se preparó un capuccino al más puro estilo italiano. con la taza en la mano salío al balcón y respiró el aire fresco de aquella mañana soleada en madrid. bajó la mirada y en la calle, algunos rezagados aún querían tomarse la última. él mientras sonreía y recordaba sus noches absurdas por los garitos extraños de la capital. en uno de esos la conoció.
hacía ya muchos años, años de miles de experiencias, de miles de días iguales pero distintos a la vez, en los que no habían dejado de cautivarle eso que él llamaba "las cosas de ella", sus manías, sus costumbres, sus formas de hacer esto y aquello, sus teorías (inventadas) de hasta lo más mínimo, sus gestos, sus miradas que siempre lo explicaban todo... un mundo de connotaciones y sentimientos, en fin, sin el que ya no podía vivir.
sonreía porque se estaba dando cuenta de que se hacía mayor, de que ya no era aquel joven que vagaba por las calles en busca de otro bar en el que acabar la noche, sonreía porque había descubierto la reconfortante tranquilidad que da la felicidad.
Cerca del cielo
Hace 1 mes
14 comentarios:
Yo si que te voy a "despetar" a tí :P
Tierno... un poco disitnto a lo que he leído últimamente por aquí.
Pero tierno al fin
;)
Sí, es tierno y bonito y muy dulce.
Tú ya sabes que a mí me encantan las palículas amables y los finales felices.Y es que cada pequeña historia que escribes, tan adornada de detalles, me parece una película.Besos.
Coño, así me conocieron a mi. Espero que dentro de muchos años eso mismo siga así.
Un beso
esta es una historia para él y para ella. ellos ya lo saben.
gracias por leer mis historias, por hacerme sentir bien contándolas sabiendo que estáis más cerca de alguna forma. y gracias también por mantener mi mundo limpio de erratas :)
un abrazo.
Oh, l'amour...!
:)
Pues me ha encantado. Vengo por primera vez y me encuentro con este sencillo y penetrante texto.
!Que bien!
¿Es autobiográfico?
(Nunca me equivoco: cuando accedo a un blog a través del de Manda Azul, siempre la paso bien).
Y que tiene una historia de amor, pasion en sus inicios, ternura en sus finales, entremedias pues de todo un poco, incluso felicidad :)
Beso!
Realmente precioso, no tengo palabras por lo que me remito a las que usa Robin Williams en el Indomable Will Hunting: "Lo que realmente echo de menos son sus idiosincrasias eso que la gente llama defectos, pero que en realidad no lo son, son lo mejor, esas pequeñas cosas hacían que fuera mi mujer, y ella lo sabía todo de mí, conocía todos mis pecadillos"
Eso es verdaderamente querer a alguien!!!
Un grandisimo relato!!
Besos
Ufffff... Que ganas siente uno despues de leer esto, de sentir la felicidad, esa felicidad de estar sin estar.
Hermoso. Lindo lugar este...
Un Fuerte Abrazo!
Aunque no es autobiográfico, seguro que tú también has sonreído al leer tu propia entrada pensando que te haces mayor, ¿me equivoco? ;-D
COMO SIEMPRE,SENCILLAMENTE PRECIOSO
NO SE QUE MAS DECIR... BESOS
feooo no fui yoooo!!! jejeje
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