4.9.08

la azotea

recién levantada y con los pies fríos aún, somnolienta, preciosa, sonriente, altanera, hambrienta, distraida, acelerada... así es como tú la conociste aquella mañana de enero. ¿lo recuerdas? ella acababa de volver de las vacaciones y tú aún dormías la mona de la noche anterior. fue en mi apartamento, cuando aún vivía en la zona alta de madrid, desde donde podía verse gran parte de la ciudad. a los dos os gustaba mirarla desde la azotea. allí os conocisteis.

yo no sé por dónde andaba, seguro que ya estaba trabajando. o quizá haciéndoos el desayuno. lo único que recuerdo es aquello que me contasteis, aquella conversación tan subrealista, como sacada de una de esas pelis antiguas que no tienen nada que decir pero en las que nadie deja de hablar. ¿no lo recuerdas?

- buenos días -dijiste entre bostezos.
- hola -dijo ella algo extrañada... después de haber bostezado también.
- ¿tú quién eres?
- ¿yo? ¿y tú?
- ¿yo? yo soy... ¿y qué haces aquí?
- pues yo... ¿y tú? ¿eres amigo de...?
- claro, me quedo unos días en su casa. ¿y tú? ¿tú también eres amiga de...?
- sí, también yo me quedo algunos días.
- vaya, parece que ha montado una casa de hospedaje sin avisarnos...

ahora sí que recuerdas como seguía, ¿verdad? hace tanto tiempo que casi he olvidado lo heladas que siempre tenía las manos pero aún la recuerdo justo antes de coger aquel tren. y recuerdo que te miraba al centro de los ojos, como si en aquel momento hubiera podido hacer cualquier cosa por ti, como si de habérselo pedido se hubiera quedado contigo... y conmigo. tendrías que haberlo hecho.

¿sabes? yo también la quería.

4 comentarios:

Elegi@ dijo...

como me gustan tus historias rapidas, me dan de pensar, me intrigan y me llevan a soñar, supongo que un ser tan logico, tan exquisito y fugaz merece una historia tan bien hecha, redonda por donde le mires y te de (sin conocerla) la sensacion de que la vas a extrañar. Bien

Eclipse dijo...

me dio una curiosidad terrbile por saber si esta historia es cierta. apenas unos detalles nomás, pero disparaste un montón de cosas que me dieron ganas de saber más... al menos que tenga una continuación.
besos, niño del norte.

Anónimo dijo...

Precioso,como siempre.
Hace mucho que no me paso por aqui, tengo que ponerme al dia otra vez,no me gusta perderme ni uno solo de tus relatos,pero he notado un cambio,¿por que los comentarios antes eran zapatos y ahora baldosa amarillas?
Besos para ti y para tu nena,

Anónimo dijo...

Llegaste y te pusiste a escribir.Muy bien.No hay que perder las buenas costumbres.

Muchos besos para los dos.

 
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