20.2.08

tango en un vagón

un vagón de metro en mitad de la noche europea se despereza por las vías en uno de sus últimos viajes del día. alguien toca en el acordeón la melodía de un viejo tango argentino y todo se vuelve distinto. todo se convierte en poesía. supongo que no puede ser de otra forma, será porque ahora estamos predispuestos a ello. esta ciudad nos convierte en artistas por momentos.

la música avanza pausada, serena, de vez en cuando un despunte, de vez en cuando un pequeño parón... y en el asiento de enfrente un señor espera su parada. es ya mayor y sin embargo, hay algo en su mirada, en sus gafas un poco a lo john lennon, un poco a lo urbanita de otras épocas, o quizá en esas pequeñas arrugas que rodean aquellos dos pozos negros por los que veía, no sé, que me inquietaba.

sus pies se balanceaban sin querer al compás de aquella música que ya empezaba a deslizarse más fluidamente, como si al baile le tocara levantar una pierna o girar la cabeza, en uno de esos movimientos tan sensuales... aquel hombre cogió su cartera de piel y sacó un cuaderno, uno parecido a este cuaderno azul en el que ya hacía tiempo que no escribía y apuntó unas pocas líneas, unos pocos versos quizá, alguna tarea pendiente, un recordatorio perdido... y me vi a mí mismo reflejado.

ella me guiñó un ojo y me dijo: "así serás tú con el paso de los años" y yo sonreí mintiendo "qué va... no, no... mira que gafas más feas lleva". y me di cuenta de que nunca dejará de sorprenderme su capacidad infinita para sorprenderme. me di cuenta de lo bien que me conocía, de lo bien que sabía quién era yo y todo, cualquier cosa, cualquier detalle... en el que pensaba. aquel hombre iba a ser yo un año de estos, después de algunas décadas. iba a ser yo con ese aire algo melancólico, ávido por escribir, por leer, por soñar... alguien que no podría formarse lejos de aquel viaje, de aquella ciudad y de aquel país.

mientras tanto, la escena, mis pensamientos, se dejaban envolver por la música, ese tango, que jamás podré olvidar aunque jamás pueda recordar su nombre.

7 comentarios:

Carlota dijo...

qué bonito... tener a alguien como ella, que te conoce tan bien, verte por un momento en ese futuro, ese tango sonando que sólo recordarás si lo vuelves a escuchar...me encantó. Un beso.

Anónimo dijo...

Insisto,¡cómo has vuelto!...Ya te dije que experiencias como vuestro viaje a París, estrechan los lazos.

¡Qué tiernos los tangos y qué bueno que ELLA te conozca ya tan bien!

Muchos besos.

Arcángel Mirón dijo...

Es shokeante vernos en otros.

:)

Un abrazo.

Zanzara dijo...

QUe miedo da y qué bonito es a la vez que alguien te conozca así de bien...

Besos mil!

Castigadora dijo...

Conozco esa sensación cuando miras a alguien y descubres en él tu reflejo, como verte desde fuera, como descubrir como la gente te ve a ti. Alguna vez me pasó con un amigo, "te he visto diez años mayor, igual que tú", pero cuando me ocurrió a mi, me dejó bastante más impactada.
Está claro que ella conoce tus pensamientos antes de que lleguen a tomar forma dentro de ti, es una gran conexión!

Besos

Jorgelina Mandarina dijo...

Que lindo verte asi...

Y que puedan verte asi.

Es algo maravilloso que traigan a la boca esas cosas que uno esta pensando.

Y lo raro que se siente saberse entendido, y conocido...

Y gracias por el tango.

El tango y los vagones siempre van de la mano.

Un grandisimo abrazo amigo!

Mandarina azul dijo...

Enhorabuena, Yo mismo. Por ella, porque serás dentro de unos años como él, por ese tango, por tu texto, por todo...

¡Un abrazo grande!

 
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