13.5.08

mañana de lunes

cierro la puerta de casa. pulso el botón y espero impaciente al ascensor. nunca pensé que un aparato así pudiera tardar tanto tiempo en llegar. normal, con la de años que tiene... por fin ha llegado. pulso el botón de la planta baja y ya sólo me queda esperar. 45 segundos de bajada lenta y desesperante. 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0. abro la puerta, el rellano está oscuro. ando unos pasos y la luz se enciende como por arte de magia. la tecnología no deja de sorprenderme. bajo un par de escalones más, abro la pesada puerta y salgo a la calle. por fin.

ya son las doce y media. huele a comida, pero no a una, sino a muchas. la ropa tendida también desprende un fresco olor a suavizante y los niños no dejan de gritar. parece que pronto será la hora de salir del colegio. ando un poco, no demasiado y el sol, que ya empieza a lucir con todas sus fuerzas a estas alturas de la primavera, me toca y me llena por dentro. parece que hiciera años que no piso la calle.

sigo andando, tuerzo la esquina de uno de esos jardines vallados tan típicos en la periferia de madrid y las mujeres que compran el pan en el 24 horas se paran a hablar de recetas, la tele o los niños. a veces me paro a escucharlas, a veces me gusta saber algo más de la vida de los otros. pero a veces tengo prisa y no me da tiempo. maldita prisa, siempre corriendo.

sigo andando. ya no hay que torcer más. los viejos, sentados en los bancos a lo largo del paseo, hablan no sé muy bien de qué pero sobre todo se hacen compañía. siempre me ha gustado la forma que tienen de hacer amigos, tan fácil, tan rápida... sólo basta llegar hasta el mismo lugar para ponerse a hablar del tiempo, el alcalde o los tiempos mozos. sus voces suenan distintas, con acento, como si no fueran de aquí, como si, igual que yo, fueran de otro lugar, un poco más al sur, o al norte, o quizá al este o al oeste. emigrantes de otros tiempos que ya no han vuelto a casa. también de otros colores. a veces también me apetece envejecer un poco para saber qué se siente.

el semáforo está en rojo. no viene nadie. dudo. cruzo la calle. la parada del autobús está vacía, seguro que acaba de pasar el mío. la ley de murphy se ceba conmigo cada vez que puede, es decir, siempre. el sol calienta más de lo que debiera, busco la sombra. parece que no soy el único que lo ha hecho. murphy me da un respiro. un hombre y una mujer charlan amigablemente. yo intento leer la sentencia de publicidad ilícita que tengo que comentar. no me apetece. por fin llega el autobús. subo... próxima parada, facultad de ciencias de la comunicación.

6 comentarios:

En El Corazón del Bosque dijo...

Qué bonita manera de describir un día cualquiera.

No tengas tanta prisa por saber qué sienten los jubilados porque cuando te quieras dar cuenta, el tiempo habrá volado y sentirás añoranza de otros tiempos que sólo existirán en tu memoria y en tu corazón. A veces creo que sienten eso, al menos mi padre, ya que habla cada vez más de otros tiempos.

Por cierto, estuve en el concierto de Bergia, me acordé de todos vosotros. Estuve charlando con él, y la verdad, un sol. Fue genial.

Un besito

En El Corazón del Bosque dijo...

Por cierto, tu facultad me recuerda a "otros paisajes, otros tiempos, en los que, una suerte mejor, me conoció..."

Siempre hay una canción de Ismael que narra nuestras vivencias. en 1998 pasé un verano metida allí, y es que un periodista me traía loca.

Gracias a él, hoy soy quien soy.

Anónimo dijo...

Vaya si tu mañana de lunes fue agitada...La mia me tuvo un poco aletargada por la fiebre,pero ya casi ha pasado...

Tienes que hacer el comentario de publicidad ilícita aunque no te apetezca no?

Me resulta apasionante tu forma de narrar las cosas:yo creo que también huelo a comida,que escucho las conversaciones de las mujeres,que observo a los jubilados...Espero que aunque tengas mucho que estudiar,encuentres un ratito para escribirnos algo y relajarte.

Muchos besos para los dos.

Olga dijo...

Aunque no haya ido a verte aún, ya puedo imaginarme tu barrio, jejeje, a partir de ahora viviré de manera diferente mis mañanas, de manera más poética, a lo mejor hago un relato, jejeje. bss

Eclipse dijo...

genial que puedas traducir el tedio de los lunes y la ciudad en este pequeño relato.
siempre es un gusto leerte, aunque esté super apurada y llena de trabajo, no podía dejar de escribirte...
besos!

Jorgelina Mandarina dijo...

Quiero vivir eso, en algun madrid de por ahi....

Besos amigo!
siempre es un placer pasar por aqui...

Lastima que no pueda hacerlo mas seguido, la facultad me tiene a trasperder..

 
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