y hablamos. pasamos horas hablando, conversando, disfrazando palabras desnudas con risas y guiños, alguna lágrima también. he de decir que nunca me había sentido así, nunca antes había dormido sobre un lecho tan dulce como aquella tarde en la que repasamos tiempos antaños, en la que tú comentaste cómo había sido tu vida a pesar de los pesares, a pesar de los sueños incumplidos y las ganas de huir.
y hablabas mientras yo te miraba y comprendía que los años habían pasado de verdad. tus ojos que habían sido realmente azules, ahora habían perdido viveza. tus labios, gruesos hacía tiempo, eran más delgados y tristes. y aún así, las arrugas que empezaban a percibirse en tu rostro te hacían la mujer más guapa de la ciudad.
tú no parabas de hablar y para mí no existía nadie más. el resto del bar y del mundo giraban a nuestro alrededor como si, juntos, estuviéramos en el centro de un tornado de recuerdos e imágenes, como si nada más importara, como si las horas no estuvieran pasando cuando en realidad, el tiempo se acababa y la noche, que corría más veloz en invierno, hacía rato que había llegado.
así fue como sorbiste el último trago de tu tercer café y me miraste de una forma extraña pero a la vez tan conocida, tan anhelada... me estremecí y me di cuenta de en quién te habías convertido, de los años robados, de las penas compartidas y los momentos perdidos. entonces me di cuenta. pagué y prometí llamarte. pero aún no lo hecho.
9 comentarios:
Que desconocida tu historia tan familiar a mi vida, queharia yo en esta cobardia intensa de no tomar el telefono? cosas mias, dejadme. Un abrazo a vos.
Pues llama enseguida.No se pueden perder las viejas y auténticas amistades.
Un post precioso,de esos que se encuadran bajo el tema"encuentros en bares y antros",con los que ya tienes para escribir un librito.
Besos para los dos.
LLegue curoseando, y me ha encantado tu blog esta entrada, t la sonrisa de Julia sensacional
saludos
Gracias por pasar por mi blog y por los hagos(pronto publico la segunda parte!). Y llegue aquí, y me senti reflejada(la otra vez me paso lo mismo)tu forma de escribir me gusta demasiado,me situaste perfectamente en el cafe y me imagine a cada uno,¿y sabes que pense?:en Jóevenes y Hermosos(canción de Ismael para quién no entienda!).
Hermoso!.Placer....y quiero más de estos escritos....todavías estas a tiempo de llamarla:¡nunca es tarde!, o si?.Saludos bet!
Cada tanto pienso en si será buena idea llamar o intentar ubicar a 'El Loco' (personaje que aparece cada tanto en mis escritos y que me empeño por creer que fue real) pero no sé, soy muy cobarde. creo que además tengo una idea de neustra amistad que me dolería mucho desmitificar.
no sé, esta entrada reavivó cosas viejas.
A veces pasa. Llevamos tiempo sin ver a alguien querido, y al hacerlo nos damos cuenta de que han pasado tantas cosas entretanto,cosas de las que no hemos sido partícipes, y que han cambiado de tal manera a aquella persona, que nos puede costar reconocer en ella a la que conocimos, o creíamos conocer. ¿Pero sabes? creo que la esencia sigue siendo la misma... yo volvería a llamarla :). Besucos
es bonito ver cómo pasan las horas sin previo aviso cuando estás a gusto, si
Besicos de regreso :)
Que recuerdos me trae tu historia, recuerdos que me llevan a un poema de un viejo amigo, pero que sobre todo me llevan a desear ser aquella mujer que toma un café contigo.
En ese café, yo te contaré todos los detalles de mi huída, hasta donde llegué, si mis sueños se cumplieron, cuántos se quedaron en el camino.
Ojala ese café, pudiéramos tomarlo esta misma tarde,
Un abrazo,
Hola! segui tu camino de baldosas amarillas pero no encontre oz! Me gusto mucho tu blog, en cuanto al texto, pienso que al pasar el tiempo la gente cambia y cuanto puede cambiar! pero la escencia siempre es la misma, nos estamos leyendo, estas invitado a pasarte por mi blog, saludos
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