7.8.07

otra vez

un hombre mira desde una ventana la vieja muralla de dubrovnik. aquella enorme construcción que encierra la antigua ciudad ha visto ya muchas cosas, quizá demasiadas. no obstante, sigue firme.

los ojos del hombre lloran ahora como lo hacían en 1991 durante los bombardeos cuando aviones y misiles se cebaban con un pueblo maltratado ya por dos años de guerra.

de nuevo la tragedia se acerca a dubrovnik. el fuego hizo estallar varias minas antipersona olvidadas en la guerra. los recuerdos se amontonan y el agrio sabor de boca que le acompañó en aquellos años vuelve a este hombre.

sin embargo la muralla sigue ahí, erigida en símbolo inequívoco de la fortaleza de un pueblo que nunca desfallece.

2 comentarios:

Isabel Burriel dijo...

Hola Tú. gracias por la visita. Así que te la devuelvo.
Observo (no hace falta ser muy observador) que aunque tienes blog desde hace años no has escrito demasiado.
Esto de Dubrovnik es absolutamente lastimero pero en fin...

Mandarina azul dijo...

Qué triste, yomismo. Tu escrito y que pasen cosas así.

¡Saludos! :)

 
Copyright 2010