17.4.08

cada tarde


cada tarde frente al espejo, ella pintaba sus labios de un rojo profundo, tan oscuro que casi parecía marrón. siempre lo hacía igual. nunca pintaba sus ojos, quizá una tímida línea si se sentía contenta, puede que algo de rimmel si aquella noche iba a ser especial, pero jamás utilizaba sombras. algo de colorete para disimular su piel blanquecina por meses de negrura y soledad.

cada tarde frente al espejo elegía algún bonito conjunto de lencería. casi siempre rojo, negro, a veces azul brillante. después recorría sus piernas suavemente con el débil tacto de unas medias nuevas y elegía la ropa con la que saldría a pasear. era más bien discreta aunque siempre le gustaba enseñar su "mercancía", como las llamaba. cada tarde frente al espejo volvía a pintarse los ojos después de que la misma sensación de impotencia los llenara de lágrimas.

cada tarde se repetía una y otra vez frente al espejo que aquello sería provisional, que no duraría para siempre y pensaba en aquel bebé que había dejado lejos, en su madre que nada sabía, en sus hermanas que jamás verían bien un trabajo así. cada tarde ella bajaba las escaleras de su minúscula habitación en chamberí y caminaba hasta el bar en el que algún hombre feo y sucio querría pagar para acostarse con ella.

y, ¿sabes? ella estaba enamorada. había cambiado de país, había tenido que abandonarlo todo, también a él, había tenido que recorrer miles de kilómetros y pagar miles de dólares para acabar así. pero ella era fuerte, aunque a veces no lo creyera. y cuando ya no podía echar más de menos a su amor, cuando parecía que todo iba a venirse abajo, la cara del borracho de aquella noche, su voz, su asquerosa piel, se tornaban en las de él. ella volvía con su mente a la playa en la que se encontraban a escondidas y allí morían exhaustos los dos. así era como lo soportaba. esa era su vida.

5 comentarios:

Olga dijo...

Holaaaa!!! aunque nunca te haga comentarios (lo haré a partir de ahora) siempre te leo, y me encantas, eres capaz de transmitir con un pequeño relato lo que muchos no son capaces con un libro entero, de verdad.Bss, nos vemos en el puenteee!!!

Anónimo dijo...

Seguramente esta historia sea la historia real de muchas mujeres,su triste historia real.Tú lo cuentas muy bien y tu adorno la hace bella,pero no puede dejar de ser triste.

Como siempre y para no variar,aunque me han cambiado la antena de internet,no consigo abrir el video.

Besos para los dos.

Castigadora dijo...

Seguramente una de las historias más duras que podamos leer y todos sabemos que estas no son de ficción

Un saludo

Anónimo dijo...

Weeee antoñico que pasa.... na que toy por aqui para felicitarte como no x esta entrada que ma gustao, y también para dar publicidad sobre mi blog tio, Q LO E VUELTO A ABRIR!!! increible verdad??? pero cierto, aqui lo tienes la nueva dire ---> http://gallardov.blogspot.com/ un salu2 y nus vemooooo

Carlota dijo...

Y es que hay que intentar ponerse en su piel y tratar de ver el mundo a través de sus ojos. Dentro de lo terrible, buscar una manera de volar de aquello. Un beso.

 
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