hoy algo se mueve dentro de mí. y no son las naúseas de otro viaje al centro de la tierra, no, tampoco es el tedio de un nuevo día de trabajo. es algo distinto, algo extraño, algo que pocas veces he sentido. ni siquiera sabría explicarlo. sí, sí sabría. es esa sensación de adiós, de despedida que te invade después de haber marchado.
hace semanas que me he ido. pero el teléfono no deja de sonar. y yo nunca quiero cogerlo. jamás me he atrevido a enfrentarme a lo que he hecho. no creo que ella quiera oír mis explicaciones. aunque llame para saberlas. tengo la sensación de que no serán motivos suficientes para ella. sé que pensará que podríamos arreglarlo. pero no es así. y no quiero volver a hablar de ello, nunca volveré a verla. ni siquiera iré a la cita pactada, ni siquiera volveré a aquella plaza en la que la esperé durante tantos días con un ramo de flores en las manos y aquel mimo idiota que no dejaba de mirarme.
esa sensación de despedida invade mi cuerpo. lo hace suyo y se olvida de mí, de lo que yo pienso, de las historias que me ha contado, de las que cada día inventaba. "me iré lejos y olvidaré escribirle", pensé. y ahora quiero volver y no quiero. quiero hablarle y no quiero. quiero sentir y no siento. no quiero sentir y siento. triste orgullo que me hace viajar para no verla, porque no podía esperar más, porque ya estaba bien de aguantar. triste orgullo que hace que me aleje de ella. que cada vez me hace más pequeño.
pero no quiero ser más orgulloso. quiero esperarla a la salida del trabajo y abrazarla como otras veces, quiero volver a la plaza del mimo extraño y esperar a que llegue y regalarle flores y caminar hasta el café parisino. quiero llegar a casa y esperar a que despierte para besarla. quiero... no, no quiero esperar más. no voy a volver. no merezco esta espera que se hace eterna, cada día un poco más. no quiero volver. jamás volveré.
Cerca del cielo
Hace 1 mes
8 comentarios:
Genial,eso de retomar un post anterior.Así se escriben las novelas.Me parece,eso creo,porque yo no he escrito ninguna...todavía.
Muchos besos para los dos.
El orgullo nunca es el mejor consejero. Yo creo que es mejor pensar qué queremos hacer de verdad y hacerlo. Eso sí, sin aguantar, no se trata de aguantar... pues el aguante tampoco es un buen compañero de viaje...
Besos mil!!
Primera visita por acá.
Escribes desde adentro, desde lo profundo, desde la herida que duele y no sana, desde la nostalgia que añora tiempos pasados, desde el olvido que recala y duele...
Sin consejos. Tú sabes si esperas o no.
Adiós!!
esperar o no esperar, esa es la cuestión. Ay, la mente humana, tan llena de contradicciones, prejuicios, orgullo a veces tonto... yo creo que debería volver a esperar...la. Un beso.
Revelador, contar la historia desde fuera y desde dentro. Una continuación digna de ti.
Esperar o no esperar?
No esperar es pecar de orgullo y posiblemente perder la felicidad
Esperar es dejar pasar la vida, y pueda que ella no te recompense
Tal vez la preguntra sea. Esperar sí pero ¿hasta cuando?
Un beso
¿Por qué no volver? ¿cuándo pierdes más: cuando vuelves o cuando abandonas?Dulce reflexión.
En estas cosas, creo que el orgullo (de ambos ambos) es el único enemigo.
Vuelve ya, y ma�ana ya veremos.
UN saludo
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