27.1.08

calor

una conversación en la barra de un bar cualquiera, un verano cualquiera cuando ya no echan fútbol. uno de esos días en los que alguien baja a la calle con una hortera camisa de flores y unas bermudas fluorescentes, en busca del único rincón con aire acondicionado de todo el barrio porque hasta las aceras chorrean sudor, de tanto bochorno.

- eso son palabrerías, ya está.
- sí, ya está dice, pues no porque a mí me lo ha dicho el yerno del hermano de mi vecino que se lo ha contado el primo de su mujer que estuvo allí y lo vio.
- ¿cómo lo va a ver? niño, ponme un par de cervecitas y a ver si enchufas el aire acondicionado de una vez que estamos aquí asándonos como pollos.
- ahora mismo, perdone, es que estaba limpiando la máquina de los cafés, que se ha atascado antes y tengo un lío... el jefe se ha marchado a ver no sé que historia a no sé donde... y no doy a basto.
- sí, bueno, relájate hombre.
- es que también es mi primer día...
- a ver paco, escúchame. te digo que es verdad, que él lo vio y yo me lo creo.
- ¿cómo va a ser verdad? niño, invita a un aperitivito, unas aceitunitas o algo, ¿no? y a ver cuando pones el aire que nos estamos derritiendo.
- ahora mismo, señor, ya voy, ya...
- paco, hombre, que te estoy hablando, escúchame que todavía no lo sabe casi nadie, te estoy dando una primicia, como en salsa rosa.
- a ver, jacinto, ¿estás seguro?
- pues claro.
- ¿y todavía sigue allí?
- pero si te lo estoy diciendo.
- ¿y dónde está exactamente?
- pues allí, subiendo las escaleras mecánicas del centro comercial. cerca de la tienda de animales. pero vamos si quieres, y ahora lo vemos.
- vale, pero porque ya me estás poniendo nervioso... es que no puede ser cierto, pero lo dices tan convencido. venga, vamos. niño, ya no hace falta que enchufes el aire acondicionado, cóbrate, anda.

las paredes se deshacían bajo el tórrido sol de agosto y los dos hombres se dirigieron al viejo centro comercial del barrio. hacía años había sido uno de los más modernos de la ciudad, ahora muchas de las tiendas estaban cerradas, la depresión de esos años había dejado a todos en números rojos. subieron las escaleras y arriba, cerca de la tienda de animales, allí estaba.

era cierto... habían abierto una nueva tienda de ventiladores a bajo precio. ¡salvados!

8 comentarios:

Carlota dijo...

Jajaja...desde luego, lo que no se te ocurra!!! muy bueno. Un besito lleno de aire fresco.

Belén dijo...

jajajajaja!!!!!

Yo ya estaba muerta de la intriga... y si son baratos nene, donde está que yo también quiero ir!!!! así ya estoy preparada para el verano...

Besos

Castigadora dijo...

Oh! Jajaja, no me lo esperaba! Muy realista, me recordó mi tierra en la que como dicen algunos no hay aire no para respirar!!

Muy divertida! Los que pasamos por esas temperaturas también nos emocionaríamos con esa tienda!

Besos!

La Dama de Cristal dijo...

JAJAJAJA!!! excelente. Me hizo sentir el calor.

Seguiré por aquí leyendo, con tu permiso bueno y sin el a escondiditas sin hacer ruido.

Besos!

Anónimo dijo...

UFF QUE CALOR¡¡¡,TIENES LA GRAN HABILIDAD DE CONTAGIARNOS A TODOS ,SEA DE LO QUE SEA QUE TRATE TU HISTORIA,AQUI NOS TIENES PASANDO CALOR ,NERVIOS O LO QUE ESTE PASANDO EL PROTAGONISTA.
GENIAL,ME VOY A REFRESCARME UN POCO,BESOS.

Anónimo dijo...

Yo creía que se estaban contando un chisme...Le sacas punta a todo.¡Eres genial, yo mismo!

Cuídate mucho.Besos y ánimo y suerte.

Pilu...Pilar dijo...

Muy divertida la historia... y muy original... me gusto y me hizo reir con el final... jejejeje...

Me gusto mucho tu blog... seguiré pasando por aqui con tu permiso... y te enlazo para no perderte además la pista...

Un saludo y un placer pasar...

Mandarina azul dijo...

Jajajajaja...

 
Copyright 2010