8.1.08

de teléfonos

ella esperaba junto al teléfono sentada a la mesa de la cocina. los segundos pasaban lentos, como si ni siquiera pasaran, como si el mundo sólo andase de vez en cuando. los minutos se hacían largos mientras esperaba. en cualquier momento aquel aparato casi verde, casi azul, haría "ring, ring", ella dejaría que hiciera aquel ruido varias veces para no parecer desesperada y luego, justo antes de que él colgara ella lo cogería y diría, "¿dígame?". todo estaba planeado, todo tendría que salir bien, pero el teléfono no sonaba.

las agujas del reloj apenas se movían, y sin embargo aquel paquete de galletas cada vez estaba más vacío. "me voy a poner como una foca", decía mientras cogía otra. pero no podía evitarlo, necesitaba hacer algo mientras el tiempo no corría, necesitaba saciar su apetito, aunque fuera comiendo. él aún no había llamado desde la última vez que se vieron. y los minutos pasaban lentamente, casi sin pasar, como si el mundo sólo andase de vez en cuando. y las galletas se acababan.

a cada poco ella descolgaba el teléfono para comprobar que la línea seguía allí, intacta, para saber que ningún bromista había cortado los hilos que unían su casa con la de él, que de alguna manera seguían conectados. y siempre había línea, pero aún no se oía ningún "ring, ring". "quizá aún esté dormido", pensaba. "pero si ya son las 6 de la tarde, no puede estar dormido", volvía a pensar. "¿será que no me quiere? ¿qué hice mal aquella tarde? ¿pensará que soy una borde? o peor, ¿creerá que no me gusta?"

las dudas la atacaban, el día se hacía interminable y él seguía sin aparecer. "¿por qué no me llama?". la ansiedad se apoderaba de ella, "¿le di mi teléfono? sí, claro que se lo di. entonces, ¿por qué no me llama? no lo sé, no lo sé". las galletas se habían acabado, el mundo se estaba desplomando y una sensación de vacío la inundaba... qué ironía, ¿verdad? hoy el tiempo se agotaba para alguien en aquella cocina.

sin embargo, pasó lo que tantas veces pasa. "ring, ring", "ring, ring", "ring, ring", y cuando estaba a punto de colgar... "¿dígame?"

era él.

14 comentarios:

Carlota dijo...

Hijo, pues que alegría que acabe bien, entre otras cosas por la salud de ella...me has tenido con el alma en vilo hasta el final. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Por fin,se ha dignado a llamar,me he visto reflejada,en mis años mozos claro,ahora ya no espero tanto,si el no llama lo hago yo.Pero conozco a alguien muy cercano que se ha estado sintiendo asi todas las vacaciones.gracias a dios ya paso.

Mientras leia me estaba riendo en voz alta y laura me imitaba,te hubiera gustado verla,a sido genial,

Espero que estes mejor,y que vuestro primer dia del año juntos haya sido perfecto,un beso grande para los dos.

Belén dijo...

Pues yo hubiera llamado ;)

besos

joaninha dijo...

uffff, menos mal que ha llamado...

y qué estaba pensando él?, se estaba haciendo el duro para no parecer impaciente?

Aprendiza de risas dijo...

¡Pero qué tontos somos madre mía!
Si realmente actuásemos de corazón, hiciésemos lo que nos dicta nuestro instinto, no pasarían tontadas de este tipo. ¡Claro! Entonces parecería que "vamos detrás, como corderos"... pero si eso tiene cabida dentro del amor, por Dios...
Somos estúpidos y estamos cargados de señales equívocas.
Yo, cuando tengo ganas llamo, y si le "carga", algo va mal, porque a mí no me carga nunca que él llame. Así de sencillo.
Besitos,
Un besito,

Anónimo dijo...

Me alegro de que al final haya llamado =)

Saludetes!

Hanna dijo...

Feliz año 2008

Saludos

Jorgelina Mandarina dijo...

Yo no puedo creerlo... Venia con la mirada baja, esperando que suene el telefono, y me encuentro con este relato. Ojala que en mi historia sea parecido, ojala no sea solo una simple historia...

Y es que a veces la ciudad parece un mundo, cuando se ama un habitante, los minutos se hacen horas y la espera interminable...


Gracias por darme ilusion amigo...

Un beso enorme!

Una Transeúnte del otro lado del océano...

Zanzara dijo...

Si es que no hay que agobiarse tanto, siempre llaman, y si no llamamos nosotras, yo lo hubiera hecho, qué se puede perder?

Mil besos!!

Azul dijo...

Suena el teléfono... y es él...

A veces el mundo se conjura a nuestro favor... lastima que no dure lo que esperamos... o quizá sea mejor así, quien sabe...

He vuelto a sentir lo que sentía cuando el teléfono sonaba... gracias por eso...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Me encanta y me sorprende a partes iguales tu manera de crear intriga y de mantener el suspense. Y tú ya sabes que sobre todo me encantan los finales felices.
Feliz 2008 juntitos. Muchos besos para los dos.

Arcángel Mirón dijo...

Una vez, una amiga mía pretendía que yo llamara a un chico para preguntarle si él había perdido su teléfono.

Menos mal que no lo hice: la llamó a las dos horas.

Castigadora dijo...

Con tanto curro casi no puedo pasarme a verte. Esto de volver al curro se hace cada vez más duro. No me lo habría perdonado.

Siempre nos ponemos en lo peor antes de que pase. Mucho tiempo y energía se nos va en pensar cosas que al final nunca pasan

Me encantó sobretodo el detalle de las galletas medir el tiempo en galletas sería una gran manera de pasar las horas muertas.

Besos campeón!

Mandarina azul dijo...

¡Bien por ese final feliz!
Qué bien has sabido reflejar esa "ansiedad" de la espera, Yo mismo, jaja...

¿Nos contarás otro día qué sucedió tras ese "¿dígame?"?

¡Muaaaac!

 
Copyright 2010