camino de la facultad he recordado lo que me contó. otra vez ismael ha traído a mi memoria una historia, la suya, la que él vivía mientras a mí se me enrojecía la oreja pegada al teléfono. aquella historia que le atormentaba pero que también le hacía cosquillas en el estómago. ese cuento de hadas maldito, ese miedo horrible que jamás acababa y que no podía superar.
me contó que una mañana aún con los ojos pegados, aún con esa cara de sueño que acompaña a los estudiantes en el autobús, camino de las aulas en las que seguirán dormidos, vio a una muchacha de mirada avispada y melena oscura al viento, de esas que sólo salen en los anuncios de champú. sin embargo, no le prestó mucha atención, no en vano, mucha gente se sube a un autobús en una ciudad tan grande como ésta. él bajó no mucho más tarde y ella siguió su camino.
pero, ¿sabes? volvió a encontrársela al día siguiente, y al otro, y al otro... él se quedaba mirándola desde el momento en el que subía. admiraba su rostro, con las líneas perfiladas, los ojos marrones y grandes y la nariz puntiaguda, sus labios gruesos, sus graciosas orejas y aquel pelo que tanto le gustaba. cada día él repasaba sus rasgos y encontraba nuevas sorpresas en ella. pero jamás se atrevió a decirle nada.
ella se fijaba en él, a veces. a veces, incluso parecía que quería decirle algo con la mirada, que se acercara quizá, que le dijera su nombre, que le contara su historia y la divirtiera con sus chistes. pero él siempre me decía que no se sentía capaz, que le daba miedo no estar a la altura, que ella le rechazaría y que jamás podría olvidarlo. yo siempre pensaba que era mejor arriesgarse, que las oportunidades se repetían un número finito de veces, que no podía dejarla escapar esta vez.
jamás pude convencerle. un día ella dejó de subir a aquel autobús. él aún no ha podido olvidarla, todavía se lamenta porque no fue capaz siquiera de preguntarle cómo se llamaba. quizá algún día vuelva a encontrarla. quizá.
Cerca del cielo
Hace 5 semanas
11 comentarios:
Qué bonito y triste lo que cuentas... espero que alguna vez haya alguien a quien le resulte mágica mi presencia aunque sea en un autobús...
Quizás él no se animó porque ella no era su chica... quizás ella no se acercó porque no pudo ver el brillo de sus ojos al mirarla... Quizás el destino les haya preparado otros muchos autobuses en los que cruzarse... y quizás y sólo quizás algún día suban al autobús juntos de la mano...
Mira...yo creo que más vale arrepentirse de algo que se hizo, que de algo que no se hizo...porque esto último te puede estar torturando en cuanto a preguntarte de contínuo sobre como podía haber cambiado tu vida si lo hubieses hecho. De todos modos, quien sabe...tal vez haya una segunda oportunidad, y ella aparezca de nuevo en su vida, cuando menos se lo espere. Un abrazo.
Si está en el destino, se encontrara sin duda :)
Pues solo faltaba eso jo...
De todas formas, historias de estas, a millares, quien sabe igual hasta ella está suspirando por él en otro blog ;)
Besicos
Dejar pasar un autobus, dejar pasar un tren... es complicado... el mismo no vuelve, o al menos, no acostumbra a volver...
Pensar que no se estará a la altura, es cruel para la otra persona... sobre todo cuando ella no hace nada por estar más arriba, sino que es él quien la coloca donde le parece... no se si logro explicarme...
Es muy duro que te cierren puertas, porque el cree que no estará a la altura... es muy duro que te pongan en una vitrina para no tocarte... es muy duro que te hagan sentir tan lejos, cuando en realidad, estás tan cerca...
Perdón... me recordaste algo... que aun duele...
Un abrazo
Las oportunidades perdidas, un tema siempre dificil de superar. Tal vez ella era una insipida, tal vez él no la aguantaba dos minutos seguidos, pero ese tal vez es el que convierte la oportunidad perdida en una idea que golpea nuestra mente y no nos deja descansar. Tal vez no debamos perder oportunidades, y así lo malo que pase y lo bueno que se quede.
Magnifico (no es novedad)
Besos!
Otro indeciso,el del ultimo blog no se decidia a llamar,y este ni siquiera a preguntar su nombre.
Estoy de acurdo en que es mejor arrepentirse de algo que has hecho que de no haber hecho algo.
A mi tambien me a recordado una historia de un conocido; cuando este se vino a decidir ella habia muerto.Jamas se ha perdonado no haber pasado con ella los ultimos meses.
Triste pero cierto.
un beso
De cuantas indecisiones está llena el reino de los solitarios. Pero es fácil decirlo. ¿Qué habría hecho yo?
Pero quién sabe (yo sí) sorpresas te da la vida y detrás de cada esquina aguarda una de esas (sorpresas).
Un beso
Debo contradecirte: las muchachas de cabellera al viento no existimos sólo en las propagandas de champú :)
Debo contradecirte: las muchachas de cabellera al viento no existimos sólo en las propagandas de champú :)
Total, que tú estabas empeñado en que no desperdiciara su oportunidad, por si no volvía a presentarse...Me suena a cosas de las que hablamos y con las que a veces te enfadas...Yo creo que tú hubieras sido más práctico y te hubieses acercado a ella el mismo día que te cautivó. Besos para los dos.
Esta historia está a medias entre Recuerdo y La dulce Carola.
Y agrego una frase lapidaria del tito Sabina:
"No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió"
Supongo que de todo se aprende; aun corriendo el riesgo de inventar lo que nunca fue..
Estoy merodeando por tu rincón y es francamente hermoso, felicidades :)
Un saludo.
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