17.12.07

nada de líneas

un día alguien pintó una línea que cortaba el planeta y le dijo "jamás podrás atravesarla, si no lo haces te compensaré muy gratamente, si lo haces algo realmente malo puede pasarte. además, ya sabes que tienes la mitad del mundo para seguir viviendo y descubrir nuevos lugares y gentes". él era joven aún y como le había prometido compensarle, aunque no sabía muy bien de quién era aquella voz pensó que no estaría mal hacerle caso. no estaba demasiado convencido pero no le importó y confió en quien le hablaba.

no mucho tiempo después aquella voz volvió y le preguntó "¿estás bien?" y él dijo "sí, muy bien, aún no he visto demasiado mundo, pero te prometo que no voy a atravesar la línea que marcaste". aquella voz que parecía muy amigable le pidió un nuevo favor a cambio de recompensas aún mayores. así que dibujó otra línea que cortaba el planeta en cuatro trozos. "nunca atravesarás esta segunda línea", le dijo. y él que creía que jamás podría conocer tantos países pensó que no le importaba, que al final la recompensa valdría la pena.

la voz no le habló en unos meses y él seguía en su trozo del mundo. vivía contento sus monótonas jornadas de trabajo con la certeza de que en algún momento algo muy bueno le pasaría, como le habían prometido.

un día aquella voz volvió a hablarle: "siento decirte esto, pero debo pedirte otro favor. sin embargo, ya sabes que te voy a recompensar, y además, esta vez lo haré de forma muy muy agradable, ya lo verás". "¿sí?" preguntó él. "sí, pero debes prometerme que jamás abandonarás la ciudad." él se quedó pensando, como si esta vez la oferta no le hiciera tanta gracia, como si le costara desprenderse de esa parte de su libertad. la voz, que sabía que le estaba pidiendo demasiado a aquel hombre bueno, insistió en que la recompensa sería extraordinariamente generosa, mucho más de lo que pudiera imaginar y que además, si salía de la ciudad, quién sabe la de cosas malas que podrían ocurrirle, sí cosas malas, tremendamente malas. "¿cuáles?" preguntó él.

pero la voz se fue y no le respondió. ahora los límites cercaban su ciudad y aquel hombre no sabía que hacer. pensaba que era demasiado estricto pero no se atrevía a dar un paso fuera de ella, ¿qué podría pasarle? así que decidió quedarse, de todas formas tampoco salía mucho de allí, se pasaba los días en el trabajo, no estaba casado ni tenía hijos y cuando tenía un poco de tiempo libre era mejor quedarse en casa, descansando, como siempre había hecho.

los años fueron pasando y aquel hombre se acostumbró a ver el mundo desde los escondites de su ciudad, bajo el manto que la envolvía y que le hacía sentir seguro. o eso creía él.

sin embargo, un día la voz le habló de nuevo. casi había olvidado como sonaba pero volvió y otra vez le prometió grandes recompensas, una vida mejor no se sabía cuando, oro, incienso y mirra, amor, mujeres, alegría y felicidad. "¿a cambio de qué?" preguntó. "a cambio de que jamás abandones tu habitación." "¿mi habitación? ¿estas cuatro paredes?" y la voz le dijo "sí, estas cuatro paredes, de lo contrario..." "de lo contrario, ¿qué? -le interrumpió- me has prometido grandes recompensas durante toda mi vida y aún no he visto nada, olvida tus promesas y olvídate de mí, estoy cansado de esperar."

y salió de la habitación. y cuando salió de casa cogió su coche que casi no había usado en los últimos años y abandonó la ciudad. y nada le pasó. y siguió conduciendo hacia el sur, hacia una de esas líneas que aquella voz había trazado y la dejó atrás y no ocurrió nada. las personas andaban por las calles de otras ciudades, corrían por los parques e incluso se reían y parecían felices. ¿por qué alguien querría ahogarle en un lugar tan estrecho con tanto mundo por descubrir? ¿qué ganaba aquella horrible voz? ¿qué ganaba aquel hombre creyendo todo lo que la voz decía?

no lo sé.

10 comentarios:

Arcángel Mirón dijo...

Lo leía y sentía asfixia. Pobre tipo. Por fortuna tapó la voz a tiempo.

Abel dijo...

Errata:
vivía contento SUS monótonas jornadas

Tengo que decir que no entiendo el propósito de esta historia. ¿Cuál es la moraleja?

Ana dijo...

Bonita historia.
Quizás la moraleja sea sólo salir de nuestra habitación particular y respirar.
Un beso

Anónimo dijo...

jummm... esto no se hace!!! dejar cn la intriga a la gente ¬¬
malaje! jejeje weno weno quiero segunda parte de la historia!!

Isabel Burriel dijo...

¿Y no fue a un psiquiatra? Eso de oir voces está muy mal visto, sobretodo si te dicen lo que tienes que hacer, corcho.

Besos

Castigadora dijo...

Vaya a veces tenemos que ser valientes y poner nuestras propias reglas o el mundo se nos reduce como al de tu relato.
Brillante!

Besos!

yo mismo dijo...

no sé si cada historia que cuento tiene moraleja, sólo hablo de cosas que no ocurren o que puede que sí lo hagan. yo veo aquí a un hombre que tiene que ser fuerte, que tiene que ser él mismo porque hoy sólo tiene una vida, la de ahora. un hombre que no puede dejarse llevar por ninguna voz, que tiene que oír sólo la suya, la que él lleva dentro y dejarse llevar por lo que siente.

no todas las historias tienen un final, porque siguen, porque aún no han acabado, porque aún no se sabe cuando acabarán.

la vida, señores. gracias por guardar un poco de tiempo para mí.

Anónimo dijo...

Yo creo que todos tenemos que ser generosos unos con otros y no cortarnos las alas, sino al contrario, animarnos a vivir, a descubrir el mundo, a ampliar cada d�a m�s nuestros horizontes... Estoy segura de que seremos m�s felices. Besos

Abel dijo...

Gracias por tu respuesta "yo mismo".

En mi opinión no es malo dejarse guiar, dejarse aconsejar. Todos somos libres de aceptar la guía o los consejos que se nos den, o de rechazarlos.
Verás... por ejemplo, tu madre siempre estará ahí para cuando necesitas ayuda, no? Pues si ella cree que te equivocas, o que puedes salir mejor parado haciendo otra cosa, te lo dirá, verdad? Eso no coarta tu libertad de poner en práctica ese consejo, esa guía.
Pero, porque "alguien" te aconseje mal no deberías dejar de oír consejos de nadie. También hay que tener la perspicacia de saber cuál aceptar, y cuál no.
Esta es mi opinión.

Esta completamente de acuerdo con esto:
"no todas las historias tienen un final, porque siguen, porque aún no han acabado, porque aún no se sabe cuando acabarán."

Saludos

Antonio dijo...

Muy buena historia. Auqneu las "voces" suelen ser más insultantes y suponene un bajón a tu autoestima y orgullo, que se encuentra machacado por ellas, en un círculo recurrente.

De todas maneras, las "tuyas"; no son malas del todo; ese tipo de pensamiento mágico; al menos aconseja, no discuten, ni insultan ni ...

Es muy bonito que pienses así. La peor frontera, ese dibujo que tienes de avatar. El Viaje (físico), la mejor manera de salir de ella e intercambiarla con los demás, como aquí y ahora.

Un abrazo

 
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